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Cuando reímos a carcajadas se activan entre 100 y 400 músculos. Al reír conseguimos el doble de oxígeno, una hiperventilación natural que beneficia a todos los procesos del organismo. La risa también es un potente analgésico natural, activa hormonas como la serotonina, la dopamina y la adrenalina, que producen una agradable sensación de bienestar. De hecho, la risa también es una excelente herramienta para combatir la depresión, la ansiedad y el estrés.
Ahora psicólogos de la Université Paris Ouest Nanterre La Défense han descubierto que la risa no solo es una excelente medicina para el cuerpo y el alma sino que también facilita el aprendizaje. Estos investigadores han observado que cuando los niños ríen, aprenden mejor.
El arma más eficaz para potenciar el aprendizaje
Los investigadores se preguntaron qué efecto tendría el uso del humor en la capacidad de aprendizaje de los niños. Así, trabajaron con 53 niños de 18 meses, cuya tarea era aprender a utilizar un objeto para alcanzar un juguete inaccesible. Un adulto les demostraba cómo hacerlo.
En un grupo, una vez que el adulto alcanzó el juguete, simplemente se limitó a jugar con este. Sin embargo, en el otro grupo el adulto adoptó una actitud más simpática, hizo cosas incongruentes, inesperadas o absurdas que hicieron reír a los niños.
Los psicólogos apreciaron que los pequeños que habían reído eran capaces de imitar mejor los movimientos del adulto para alcanzar el juguete. De hecho, los resultados no dejan lugar a dudas: el 94% de los niños que rieron fueron capaces de alcanzar el juguete. Sin embargo, solo el 25% de los pequeños que no rieron imitaron al adulto para alcanzar el juguete.
La risa cambia la dinámica cerebral
La explicación podría encontrarse en la química de nuestro cerebro. Las emociones positivas, como las que genera la risa, aumentan los niveles de dopamina a nivel cerebral, un neurotransmisor implicado en los procesos cognitivos. De hecho, se ha apreciado que la corteza prefrontal es muy sensible a los pequeños cambios en los niveles de dopamina.
A nivel celular, la dopamina influye fundamentalmente en las neuronas de la corteza prefrontal, potenciando la excitabilidad de las mismas en las capas más profundas, lo cual estimula el aprendizaje ya que facilita una regulación óptima de los procesos cognitivos. De hecho, en diferentes estudios se ha constatado que un déficit de dopamina afecta considerablemente la memoria de trabajo.
La risa enfoca la atención
Otro aspecto interesante de la risa es que permite captar la atención, de manera que los niños pueden aprender mejor. De hecho, un estudio realizado en la Sam Houston State Universityencontró que los estudiantes recordaban mejor los datos que se mencionaban en una lectura cuando el profesor incluía bromas relacionadas con el tema.
En el caso de los niños, la risa durante el aprendizaje es aún más importante porque genera un ambiente más distendido y alivia el estrés. De hecho, los niños no deberían ver el aprendizaje como una tarea impuesta y aburrida, sino como un momento especial que les permite abrir sus mentes, descubrir nuevos universos y divertirse.
Desgraciadamente, la mayoría de las escuelas aún están muy lejos de ese modelo pedagógico 🙁
Fuentes:
Esseily, R. (2016) Humour production may enhance observational learning of a new tool-use action in 18-month-old infants. Cognition and Emotion; 30(4):817-825.
Garner, R. L. (2012) Humor in Pedagogy: How Ha-Ha can Lead to Aha! College Teaching; 54(1): 177-180.
Shohamy, D. & Adcock, R. A. (2010) Dopamine and adaptive memory. Trends Cogn Sci; 14(10): 464-472.
García, F. B. et. Al. (2005) Implicación de la dopamina en los procesos cognitivos del aprendizaje y la memoria. Psiquiatría Biológica; 12(6)