Una vez abierta la caja de Pandora de un «derecho a decidir», que lo sería acerca de como unos pocos pueden arrogarse el imponer a todos su criterio acerca de lo que a todos afecta, el sentido común, la mesura y la ponderación saltan por los aires. Si los secesionistas furibundos ya habían quedado al descubierto en su incoherencia, negando a los habitantes del valle de Arán el derecho a segregarse de su «República catalana de los mundos de Yupi» que, en cambio, sí puede, debe y es imperioso que ponga distancia y fronteras con España (integridad territorial para mí, pero ni por asomo para el diferente), me llega una noticia que tiene un algo de deliciosa justicia poética: dentro de la Cataluña independentista empiezan las fisuras. Parece ser que acaban de comprender que el déficit fiscal también se da a nivel interno y la Cataluña litoral no quiere ser solidaria con la del interior. Vamos, que ahora «Lérida o Gerona “roban” a Tarragona y Barcelona, y dentro de la ciudad condal, los barrios pobres “roban” a los más ricos, y los catalanes que tienen más dinero, son “robados” por los más pobres». ¿Solución? Seguir secesionándose, trocear aún más el territorio, atomizar la Comunidad y acabar con que lo de la «República independiente de tu casa» (o apartamento, o adosado, o chalet o masía) va a ser una realidad literal en vez de un lema publicitario. El nacionalismo -convertido en necionalismo- revela a las claras su esencia de egoismo, insolidaridad y disparate.
Con el lema “Barcelona is not Catalonia”, la plataforma para la autonomía de Barcelona, pretende la celebración de un referéndum para constituir, en una parte de lo que hoy son las provincias de Barcelona y Tarragona, una nación independiente separada de Cataluña.
Esta nación comprendida entre parte de la provincia de Barcelona y Tarragona con Barcelona como capital, es denominada Tabarnia (por el nombre romano de las dos provincias, Tarraco y Barna) por los secesionistas barceloneses.
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Este movimiento, que cuenta con centenares de asociaciones ciudadanas adscritas, es parte del inicio de un proceso de atomización de Cataluña causado por las tensiones separatistas.
Un nuevo elemento de discordia social muy del agrado de las élites que manejan otros procesos independentistas por todo el mundo (incluida la secesión catalana), para disgregar, dividir y enfrentar a la población.
Atomización que hace buena la profecía del ex-presidente aznar punto por punto.
¿Recordáis ?. Año 2012.
Este incipiente movimiento secesionista barcelonés, lograría un mayor peso específico si Cataluña rompiera con el resto de España, dado que Tabarnia comprende las zonas de Barcelona y Tarragona donde los independentistas son minoría.
Este asunto no deja de tener cierta similitud con la independencia de por ejemplo, Tejas en el siglo xix.
Los inmigrantes angloparlantes de la provincia mexicana de Tejas conquistaron su independencia para después incorporar su nación a los Estados Unidos como un estado más de la unión.
Este paralelismo, vista la evolución del actual problema social catalán, está cada vez más cerca de convertirse en una realidad. La situación de división entre la sociedad catalana corre el peligro de enquistarse y llegar a convertirse en irreconciliable.
¿Se avecina una nueva Irlanda del norte con muro de separación incluido, entre dos colectivos sociales irreconciliables, en plena zona mediterránea ?.
Tiempo al tiempo.