El cesado presidente catalán, Carles Puigdemont, admite que planteó una estrategia soberanista errónea al pensar que Rajoy cedería y dialogaría sobre Cataluña.
En declaraciones a El Punt Avui TV desde Bruselas (Bélgica), Puigdemont reconoció el miércoles que su Govern hizo un “análisis equivocado” de la situación en Cataluña al pensar que el Gobierno de España, presidido por Mariano Rajoy, negociaría tarde o temprano con Barcelona la hoja de ruta soberanista.
De igual manera, dijo que también se equivocó al creer que la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) supervisarían la postura de España contra Cataluña, una “pulsión autoritaria”, a su juicio.
Asimismo, tachó de ilegal la aplicación del artículo 155 de la Constitución española que permitió al Gobierno central intervenir la Generalitat luego de que esta organizara el referéndum “ilegal” soberanista el pasado octubre, en base del cual el Parlament declaró unilateralmente la independencia (DUI) de Cataluña.
Además, Puigdemont aseguró que, tras someterse a la justicia belga, confía en que algún día podrá volver a su Cataluña “con normalidad” ya que considera que no ha infringido ninguna ley.
Asimismo, espera acudir al Parlament el 21 de diciembre para tomar posesión de su cargo, si sale elegido como diputado por Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña) en los comicios regionales anticipados dispuestos por Madrid.
Además, consideró una “exigencia moral” que “los del clan del 155” —el Partido Popular (PP), Ciudadanos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE)—, digan si “respetarán” los resultados del 21-D y retirarán el artículo 155 de la Carta Magna en caso de que salgan derrotados en las urnas.
“Ganar unas elecciones y no poder tomar posesión porque las ideas que te han llevado a ganar las elecciones son consideradas un crimen por el Estado es una gravísima anomalía. ¿No se dan cuenta de lo absurdo de este planteamiento?”, cuestionó Puigdemont.
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