Científicos descubren que la actividad física cambia la composición microbiana del intestino.
Los experimentos de un grupo de científicos estadounidenses –uno en humanos y otro en animales– han demostrado que el ejercicio físico cambia la composición de la flora intestinal, lo cual tiene un efecto positivo para la salud, según publica la web de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (EE.UU.).
En el experimento con humanos los científicos analizaron la flora de los participantes adultos que realizaban tres ejercicios cardiovasculares de 30 a 60 minutos 3 veces a la semana, a lo largo de 6 semanas.
Como resultado de esos entrenamientos, en el intestino de los participantes aumentó la cantidad de ácidos grasos de cadena corta (AGCC, o SCFA, por sus siglas en inglés), en particular del butirato. Tras regresar al estilo de vida sedentario, las cantidades de AGCC en el intestino se redujeron de nuevo.
El butirato es un ácido graso que estimula el crecimiento de las células intestinales sanas, reduce la inflamación y genera energía para el organismo. Es también capaz de reforzar el sistema inmunológicohumano, según un estudio de científicos japoneses del año 2016.
El otro experimento, en animales, también demostró que el ejercicio físico estimula la salud intestinal. Los científicos trasplantaron a ratones con intestinos estériles muestras de microbiota fecal de roedores con altos y bajos niveles de actividad física. En los ratones que recibieron microorganismos de ratones físicamente activos se observó una mejora de la salud intestinal.
https://actualidad.rt.com/actualidad/257116-revelar-consecuencia-inesperada-ejercicio-fisico