Durante décadas, los misiles balísticos intercontinentales con ojiva nuclear fueron el arma más peligrosa del mundo, casi invencible y una amenaza para la supervivencia mundial.
Eso podría estar a punto de cambiar ahora.
El presupuesto de defensa de 700 mil millones de dólares que el Congreso envió al Presidente estadounidense a firmar el 30 de noviembre, le otorgó al Departamento de Defensa algunas prioridades de investigación, como sistemas de información cuántica, ingeniería biológica y mejoramiento genético.
Pero otros programas como de ciencia ficción están alcanzando la madurez, con pruebas exitosas dando paso a cronogramas de desarrollo previsibles.
El secretario de Defensa James Mattis testifica ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado en el Capitolio en Washington el 13 de junio de 2017. El Congreso le concedió al Departamento de Defensa 700 mil millones de dólares en su último presupuesto mientras que las tensiones en la Península Coreana se agravan. (Chip Somodevilla/Getty Images)
Tres de esas tecnologías – sistemas de microondas de alta potencia, láseres de alta energía y armas hipersónicas – podrían tener un impacto importante en un futuro no muy lejano.
Misiles de microondas
De los tres, los misiles microondas son los únicos que podrían ser desplegados actualmente.
Las armas de microondas tienen el poder de destruir la electrónica pero no lastimar a las personas, una capacidad que el jefe de Electromagnética de Alta Potencia del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, explicó en una presentación de TedX el año pasado.
La jefa de división Mary Lou Robinson le pidió a la audiencia que imaginara por un segundo el agua o la comida en el microondas. No afectaría a la comida, argumentó, al igual que no afectaría a una persona.
“Ahora… enciende tu celular y ponlo en el microondas por un segundo”.
Esa ráfaga de energía de alta potencia sería suficiente para reiniciar un celular y probablemente evitar que se vuelva a conectar otra vez a otra red inalámbrica wifi.
“Ese es el poder de las microondas contra la electrónica”, señaló.
El equipo de Robinson ha probado un misil crucero equipado con una carga de microondas de alta potencia.
El misil está diseñado para sobrevolar sobre instalaciones enemigas y emitir una onda expansiva de microondas de alta potencia que desactiva la electrónica pero que deja con vida a la gente y en pie a los edificios.
La Fuerza Aérea ha probado con éxito el arma y dos funcionarios estadounidenses anunciaron recientemente a NBC News que fueron informados en agosto.
Si se despliega el arma, conocida como el Proyecto de Misiles Avanzados de Microondas de Alta Potencia de Contra-Electrónica (CHAMP), podría freír la electrónica relacionada con el lanzamiento de un misil norcoreano.
“La capacidad es real… y la tecnología puede estar disponible hoy en día”, afirmó el Mayor General de Brigada Thomas Masiello, ex director del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, en 2014.
Sin embargo, hay desafíos.
A diferencia de una bomba convencional que puede comprobarse su impacto, las microondas son invisibles, lo que deja a los comandantes de campo en la incertidumbre sobre si el objetivo fue alcanzado y neutralizado.
Edificio bombardeado por ISIS en el norte de Alepo, Siria, el 8 de abril de 2015. Las emisiones de microondas de alta potencia brindan a los militares la oportunidad de eliminar la tecnología enemiga sin dañar los edificios o las personas. (Zein al-Rifai/AFP/Getty Images)
Otro problema es el alcance limitado de 1130 km del misil de microondas, que obliga al avión a acercarse peligrosamente al enemigo para poder realizar su ataque electrónico sin causar daños colaterales.
Ese alcance limitado también fue un problema de los militares para el otro programa de armas de energía dirigida.
Láseres de alta potencia
Si bien CHAMP no está específicamente dirigido a la defensa de los ataques de misiles balísticos, otros programas si lo están, y el Congreso requiere un rápido desarrollo de los mismos.
El Congreso otorgó 90 días a la Agencia de Defensa de Misiles para entregar “un plan revisado de campaña de pruebas de defensa de misiles que acelere el desarrollo y despliegue de nuevas tecnologías de defensa antimisiles”.
Una de esas tecnologías, los “láseres montados en pequeños vehículos aéreos no tripulados” podría proporcionar al Organismo de Defensa de Misiles una nueva y crucial opción para destruir a los misiles nucleares.
Un X-47B drone militar a bordo del USS George H. W. W. Bush el 13 de mayo de 2013 en el Océano Atlántico. El Congreso quiere drones con láser de alta potencia capaz de destruir los misiles balísticos ICBM. (Especialista en Comunicación de Masa 2ª Clase Timothy Walter/ Marina de los EE.UU a través de Getty Images)
El desafío actual en derribar los misiles balísticos intercontinentales ICBM es que se mueven extremadamente rápido, alcanzando velocidades de hasta 17.700 km/h, viajando desde Moscú a Nueva York en menos de 30 minutos.
Las defensas de misiles actuales eliminan los ICBM en la etapa de medio curso, o sea cuando alcanzan la cima de su trayectoria parabólica en el espacio y comienzan a descender sobre sus objetivos.
Para ese entonces, los misiles ya aceleraron a una velocidad vertiginosa y pueden haber activado sus medidas defensivas como señuelos e interferencias de radar. El mejor momento para derribarlos ya pasó.
Pero un drone con un láser de alta potencia podría estar al acecho cerca de los sitios de lanzamiento de misiles enemigos y destruir el misil cuando se encuentra en la etapa inicial de su vuelo.
Los esfuerzos anteriores para crear un arma de este tipo resultaron inviables porque las tecnologías anteriores de láser químico eran demasiado grandes y peligrosas.
“Los láseres químicos producen mucha energía, pero necesitan una cantidad de sustancias químicas peligrosas del tamaño del Jumbo 747 para producir esa energía”, aclaró el Mayor Masiello en un informe de comunicaciones de la Fuerza Aérea justo antes de su jubilación el año pasado.
El Avión Láser Aerotransportado Yal 1A realiza las pruebas iniciales de rotación de bola en el Campo de Pruebas del Oeste. El Boeing YAL-1 era un láser químico de categoría megavatio montado dentro de un Boeing 747-400F modificado. El avión y el láser resultaron ser demasiado grandes y costosos para ser efectivos en la destrucción de misiles balísticos en su etapa inicial de vuelo, pero los nuevos láseres de estado sólido son más pequeños y podrían ser instalados en drones no tripulados. (Foto MDA)
Ese problema se resuelve con láseres de estado sólido más pequeños que ahora producen energía “operacionalmente relevante” para la Fuerza Aérea, anuncia el informe.
“Hemos cambiado completamente nuestro enfoque hacia esos tipos de sistemas láser”, enfatizó Masiello.
El objetivo es lograr instalar un láser de alta potencia en un avión de combate. Si el sistema está montado en un drone, pueden permanecer en el aire hasta 36 horas a grandes alturas, donde el aire es más delgado y el láser puede viajar mucho más lejos.
Armas hipersónicas
Mientras que los láseres y microondas tienen importantes capacidades defensivas, las armas hipersónicas tienen una potente capacidad ofensiva.
Estados Unidos, Rusia y China están desarrollando armas hipersónicas.
El avión de transporte B-52B despega con la aeronave de investigación hipersónica X-43A de la NASA acoplada bajo su ala derecha el 16 de noviembre de 2004, en el Centro de Investigación de Vuelo Dryden de la NASA en la Base Aérea Edwards, California. El X-43A fue uno de los primeros jets experimentales hipersónicos. (ROBYN BECK/AFP/Getty Images)
Los misiles hipersónicos viajan a una velocidad similar a la de un misil balístico intercontinental, pero con algunas ventajas importantes.
Los misiles balísticos intercontinentales ICBM se lanzan hacia el espacio, viajando con una trayectoria parabólica predecible, como un balón de fútbol, mientras se dirigen a su objetivo.
Los sensores convencionales de los radares y satélites pueden rastrearlos fácilmente y proporcionar la suficiente advertencia para permitir un contraataque, asegurando así la destrucción mutua, que es la base de la disuasión nuclear.
Si el agresor sólo tiene unos pocos misiles, como es el caso de Corea del Norte, la temprana advertencia le otorga a la Agencia de Defensa de Misiles suficiente tiempo para que su sistema de Defensa Central en Tierra rastree al misil ICBM entrante y poder lanzar un misil de intercepción para derribarlo.
Pero los misiles hipersónicos viajan como misiles de crucero o en aviones de combate, volando nivelado, dentro de la atmósfera. Pueden cambiar de rumbo fácilmente y viajar a baja altitud.
Estos atributos, combinados con su increíble velocidad, dificultan el rastreo de los radares convencionales y los sistemas de alerta, lo que le da al usuario que lo utiliza la capacidad de atacar a un enemigo del otro lado del mundo en una hora, con muy poca o ninguna advertencia.
Un diseño del avión de prueba hipersónico X-51 en vuelo. El X-51 alcanzó el Mach 5 (6120 km/h) durante un vuelo de prueba en 2010. (Fuerza Aérea de EE. UU.)
Muchos estrategas militares creen que podrían cambiar el rostro de la guerra moderna.
Estas armas se estuvieron desarrollando durante decenios y, como se evidencia en el presupuesto, “se establecieron en gran medida los requisitos para los avances tecnológicos en hipersónicos”.
Eso significa que las armas tienen un claro camino de desarrollo y el Congreso quiere que se acelere el proceso, especialmente porque China y Rusia las persiguen agresivamente. El presupuesto destaca que esos esfuerzos avanzan “a un ritmo alarmante que amenaza con sobrepasar a los Estados Unidos”.
Las armas tienen enormes implicaciones, pero tendrán poco impacto en Corea del Norte en el futuro inmediato.
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