Estados Unidos acaba de desplegar en Italia varios F-35, capaces de portar bombas atómicas, igualmente desplegadas en suelo italiano en violación del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP). Además, la participación de la industria italiana en el ensamblaje del nuevo avión de guerra estadounidense la convierte de hecho en parte del gigantesco complejo militaro-industrial de Estados Unidos, bajo la batuta de Lockheed Martin.
El aeropuerto militar de Ghedi, en la provincia italiana de Brescia, se prepara para convertirse en una de las principales bases de los aviones de los F-35 de Estados Unidos.
El ministerio italiano de Defensa publicó en la Gaceta Oficialde su país el anuncio sobre la concepción (a un costo de 2,5 millones de euros) y la construcción (a un costo de 60,7 millones de euros) de las nuevas infraestructuras para los F-35: el edificio de 3 pisos destinado al centro de mando con las salas de operaciones y los simuladores de vuelo; el hangar para el mantenimiento de los mencionados aviones de guerra, 3 460 metros² con un puente rodante de 5 toneladas, además de otros 2 800 metros² de estructuras diversas; un área de almacenaje de 1 100 metros² que tendrá como anexos un pequeño edificio de 2 pisos de oficinas y la central tecnológica con cabina eléctrica y piscinas contra incendios; y 15 hangares más pequeños (de 440 metros²) donde estacionarán los F-35 listos para despegar.
Como cada uno de esos hangares podrá acoger dos F-35, la capacidad total será de 30 de esos aviones de guerra.
Todos los edificios estarán concentrados en un área única cerrada, vigilada con cámaras de video y separada del resto del aeropuerto. O sea, será una base dentro de la base, a la que ni siquiera tendrá acceso el personal militar del aeropuerto. Sólo podrá entrar allí el personal que trabaje directamente con los nuevos aviones.
¿Por qué? Porque junto a los F-35A de despegue y aterrizaje convencionales –de los que Italia está comprando 60 ejemplares, además de treinta F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical– estarán las nuevas bombas atómicas estadounidenses B61-12.
Al igual que las bombas nucleares B-61, también estadounidenses, actualmente desplegadas en Italia, las B61-12también pueden ser utilizadas por los Tornado PA-200 del 6° Stormo. Pero, para guiar esas bombas atómicas con la mayor precisión y explotar sus posibilidades antibunker se necesitan los aviones F-35A, dotados de sistemas digitales especiales.
Cada F-35 puede llevar 2 bombas nucleares, lo cual implica que podrán desplegarse en Ghedi (Italia) 60 bombas atómicas B61-12, multiplicando por 3 el número de las actuales B-61.
Al igual que sus predecesoras, las B61-12 estarán bajo control de la unidad especial estadounidense 704th Munitions Support Squadron, de la U.S. Air Force, «responsable de la recepción, almacenamiento y mantenimiento de las armas de la reserva de guerra de Estados Unidos destinadas al 6° Stormo OTAN de la Fuerza Aérea italiana».
El papel de esa unidad de la fuerza aérea de Estados Unidos consiste en «apoyar directamente la misión de ataque» del 6° Stormo. Pilotos italianos ya se entrenan, en las bases aéreas de Eglin (Florida) y de Luke (Arizona), en el uso de los F-35, y el entrenamiento incluye la realización de misiones de ataque nuclear.
Varios F-35 (italianos) armados con las bombas atómicas estadounidenses B61-12, o al menos capaces de utilizarlas, serán desplegados también en la base de Amendola (provincia italiana de Foggia), adonde llegó hace un año el primer F-35, y en otras más. Además de esos F-35 (italianos) estarán los F-35 de la U.S. Air Force desplegados en la base de Aviano (también en Italia) junto a las bombas nucleares B61-12.
En ese contexto, pedir, como hizo ante la Cámara el Movimiento 5 Estrellas, que Italia declare su «indisponibilidad para adquirir los componentes necesarios para hacer los F-35 aptos para el transporte de armas nucleares» equivale a solicitar que el ejército sea dotado de tanques de asalto sin cañones ya que el nuevo avión de guerra F-35 y la nueva bomba nuclear (estadounidense) B61-12 constituyen un sistema de armas integrado.
La participación de Italia en el programa del F-35 refuerza la sumisión de Italia a Estados Unidos. La industria militar italiana, encabezada por la firma Leonardo, que dirige el complejo de ensamblaje de los F-35 en Cameri, se encuentra ahora todavía más atada al gigantesco complejo militaro-industrial estadounidense, bajo la batuta de Lockheed Martin –fabricante del F-35–, hoy convertida en la industria de guerra más grande del mundo –con 16 000 empresas que trabajan para ella en Estados Unidos y 1 500 en otros 65 países.
El despliegue en Italia de aviones de guerra F-35 armados con bombas atómicas (estadounidenses) B61-12 incrementa la subordinación de Italia a la cadena de mando del Pentágono, privando al parlamento italiano de todo poder real de decisión.
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