(Ernest Duchesne) |
¿Quién descubrió la penicilina? Fleming. Y eso le ha dado un lugar en la historia y una popularidad máxima. El premio Nobel le llegó en 1945, por varios de sus trabajos, no sólo por la penicilina y, aunque mucho más modesto como homenaje, no hay que olvidar que tiene su lugar en la plaza de toros de Las Ventas, por su ayuda a salvar la vida de muchos toreros. Fleming, escocés nacido en 1881, murió en 1955 y hoy todos le conocemos.
Unos años antes que Fleming había nacido Ernest Duchesne, en 1874, un médico francés que se adelantó al escocés no sólo en la fecha de nacimiento, sino en otras cuestiones más trascendentales.
Duchesne, médico militar, se dio cuenta de que los mozos de cuadra árabes untaban el moho que producían las sillas de montar en las heridas que las propias sillas hacían en los caballos. Es más, guardaban las sillas en sitios con el ambiente adecuado para que el moho proliferara. Preguntó Duchesne por qué hacían esto y los mozos le explicaron que el moho ayudaba a curar las heridas. Aquello fue unos años antes de finalizar el siglo XIX, mucho antes de que Fleming se pusiera a ello. También es cierto que tampoco Duchesne era el primero en interesarse por el tema.
El francés intentó descubrir entonces cuál era la causa real, el motivo médico y científico por el que el moho servía para curar las heridas de los caballos. Ideó y puso en marcha un par de experimentos concretos para avanzar en su investigación. Infectó a varios cerdos con E. coli y luego los trató con moho, consiguiendo que, contra todo pronóstico, los pobres animales sobrevivieran. No hubo ni una pérdida.
Los efectos antibióticos de los hongos sobre las bacterias fueron estando cada vez más claros para Duchesne y en 1897 escribió su tesis sobre el tema: Contribución al estudio de la competición vital entre microorganismos: antagonismo entre el moho y los microbios.
Su tesis ni siquiera llegó al Instituto Pasteur, no hay acuse de recibo de la misma en él, y a pesar de su juventud, tenía sólo 23 años, Duchesne se dedicó más a su vida militar desde entonces y sus trabajos de investigación quedaron olvidados. En 1912, falleció, muy joven. No llegó a ver por tanto cómo su trabajo era rescatado y reconocido en los años 40 del siglo XX, otorgándole entonces el mérito como precursor que fue.
En 1949, cuando Fleming ya llevaba algunos años con el Nobel en su curriculum, Duschesne recibió los honores de la Academia Nacional de Medicina francesa. Según parece, hasta Fleming admitió que, si bien su descubrimiento había sido producto de la casualidad, Duchesne había trabajado con rigor y método científico en la búsqueda de la explicación sobre el poder de los hongos sobre las bacterias.
Duchesne, el hombre que se adelantó a Fleming y del que ni leyeron sus trabajos