El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, visitaron simultáneamente varios países de África pero no se reunieron. Ambos cancilleres abordaron con las naciones africanas la posibilidad de incrementar la cooperación frente al creciente dominio de China, informa el medio ruso RBC.
La encrucijada africana
Con la visita del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a Etiopia el 9 de marzo concluyó su gira diplomática de seis días por los países africanos. Durante su viaje, Lavrov visitó varios países del África subsahariana como Angola, Namibia, Mozambique, Zimbabue y Etopia.
Casi al mismo tiempo que Lavrov, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, llegó al continente. Su primer viaje oficial a la región empezó en Etiopia el 6 de marzo y concluyó prematuramente el día 12 del mismo mes. La lista de países por los que pasó Tillerson incluye a Yibuti, Chad, Kenia y Nigeria.
La posibilidad de que se encontraran Lavrov y Tillerson en Etiopia fue la mayor intriga de los últimos días de la visita del ministro ruso. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, informó el 6 de marzo de que la diplomacia rusa no había cursado una solicitud para mantener un encuentro con Tillerson.
Sin embargo, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, rechazó esta información. Más tarde, Serguéi Lavrov también desmintió a Nauert.
Durante su rueda de prensa en Zimbabue, el jefe de la diplomacia rusa explicó que desde Rusia y EEUU se había acordado en febrero un encuentro a la primera oportunidad
Después de que Moscú supiera que ambos ministros estarían en Etiopia el 8 de marzo, la diplomacia rusa se puso en contacto con sus socios estadounidenses.
Según informa Bloomberg, Lavrov y Tillerson tenían reservadas habitaciones en el mismo hotel de Adís Abeba. No obstante, la reunión acabó no celebrándose, aunque el Ministerio de Exteriores ruso comunicó que esperaba que en el futuro pudieran reunirse.
La última reunión entre Lavrov y Tillerson se produjo en diciembre de 2017 en Viena, la capital de Austria. Asimismo, a finales del mes de enero ambos diplomáticos mantuvieron una conversación telefónica.
Las prioridades de ambas potencias
La meta de la gira del canciller Lavrov por África fue intensificar la cooperación entre Rusia y los países del continente en los ámbitos del comercio y la economía, así como en las esferas tecnológica y humana, declaró el propio diplomático en una entrevista con la revista Hommes d’Afrique.
Tillerson, a su vez, antes de su partida proclamó que el objetivo de Estados Unidos era profundizar la cooperación con los países africanos y contribuir a su estabilidad y autonomía.
El secretario de Estado estadounidense declaró también que su país asignaría 533 millones de dólares adicionales en ayuda para Etiopia, Somalia, Sudán del Sur y Nigeria, así como para los países de la cuenca del lago Chad.
En total, Washington asigna este año 3.000 millones de dólares en ayuda humanitaria para el continente.
El ministro ruso no anunció grandes cifras de ayuda humanitaria, no obstante, recordó durante su gira que Moscú aporta otro tipo de ayuda como plazas asequibles en las universidades rusas para estudiantes africanos.
La gira de Tillerson, por su parte, tuvo como meta cubrir la ‘ausencia’ de África en el día a día de la política de Estados Unidos, afirma el responsable científico del Instituto de África de la Academia de Ciencia de Rusia, Eldar Salajetdínov.
La inacción de Washington en el continente africano, así como la prohibición a los ciudadanos de varios países de África —Libia, Somalia y Chad— de entrar en territorio de Estados Unidos, socavaron en cierta medida la influencia de Washington en el continente. La visita de Tillerson tuvo como meta llenar ese hueco en la política de EEUU, asegura el experto.
Antes de su visita Tillerson calificó la lucha antiterrorista como una de las prioridades en cuanto a la cooperación entre Estados Unidos y los países africanos. Esto explica por qué el secretario de Estado visitó Yibuti, el país que alberga la única base militar estadounidense en África.
Un nuevo ‘campo batalla’ geopolítico.
En todo caso, China está varios cuerpos por delante de Rusia y Estados Unidos en lo que se refiere a la cooperación con África.
Pekín adelantó a Washington en el intercambio comercial con África ya en el año 2009. Para 2015 alcanzó el nivel de 200.000 millones de dólares.
El continente africano se está convirtiendo en un nuevo ‘campo batalla’ geopolítico y China por ahora está ganando. Pekín está inmerso en una expansión económica activa en el continente, pero no se limita solo al dinero.
El gigante asiático muestra también sus ambiciones militares con su primera base fuera de sus fronteras —ubicada en Yibuti, igual que la base estadounidense—.
Pese al dominio de China en el continente, muchos países africanos últimamente han expresado su interés en fortalecer sus relaciones con Rusia. Varios presidentes regionales incluso expresaron su deseo de acoger una base rusa en su territorio, recuerda Salajetdínov.
El presidente de Sudán, Omar Bashir, declaró en 2017 que su Gobierno baraja la posibilidad de albergar una base militar rusa en su país. Moscú, al día de hoy, no ha comentado todavía la propuesta de Jartum.
Los demás países africanos tratan de mantener una posición neutral y evitan posicionarse en la confrontación geopolítica entre Rusia y Occidente o entre EEUU y China. Esta es la razón por la que son cortejados por todos los actores internacionales, concluye el analista.
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