Las Piedras de Ojuelos ratifican que la conexión de los hombres con seres de otros mundos es de larga data.
Por Daniel Beylis
Las misteriosas Piedras de Ojuelos, en Jalisco, México, y que fueron estudiadas con mayor detenimiento por diferentes investigadores arqueológicos y también del fenómeno OVNI, describen el contacto extraterrestre que se produjo ¡hace 27.000 años!
Un tiempo pocas veces analizado en lo que respecta a la llegada de seres de otros mundos a nuestro planeta. Sucede que la historia del hallazgo fue variando con el correr del tiempo. Sobre todo después de descubrir hace unos años estos objetos cerámicos en los que se aprecian unas formas extrañas que al principio se consideraba de origen prehispánico. La particularidad de los mismos es que al parecer muestran a los nativos de la región realizando un contacto con seres llegados desde el universo.
Y lo más importante de este descubrimiento es que las piezas se caracterizan por la singularidad de sus motivos tallados, lo que da una idea de lo que intentaron dejar sentado aquellos que lo hicieron.
Fenomenales
Las figuras descubiertas hace unos años muestran caras de lo que se interpreta como alienígenas grises y naves voladoras que no eran terrestres. Las “investigaciones” efectuadas por García Sánchez y otros arqueólogos han ayudado a encontrar más estatuillas (dependiendo del lugar que se mire, el número de estatuillas varía de 300 a 3.000), pero no sólo eso.
Entre los muchos elementos encontrados, se identificaron al menos tres calaveras de especies desconocidas (presuntamente exóticas) que pertenecían a la zona árida de Ojuelos, la historia que forma parte de la ciudad de los aztecas, a saber, la mítica ciudad de Aztlán. Las piezas también parecen mostrar caras alienígenas en medio del calendario azteca.
Siempre se consideró que Ojuelos era también una región muy poblada por diferentes culturas de la Aridoamérica y Mesoamérica (y, cosa extraña, aparentemente de diferentes épocas) como la de los pueblos sioux, cheyenne, hopi, maya, mexica, olmeca, teotihuacan, mixteca, huastec, chichimec, y muchos otros, que habitaron el sur de América del Norte y parte de América Central.
Carbono 14
Claro que los arqueólogos e investigadores de OVNIs no se quedaron con la vista previa de los utensilios y estatuillas encontradas. Todo ese material arqueológico fue analizado con el método del siempre efectivo Carbono 14, por lo que llegaron a la conclusión de que datan de al menos 27.000 años.
Al principio, las redes sociales, así como los periódicos locales, entre los que se cuenta el diario La Jornada de Guerrero, fueron los únicos que hablaron de estas estatuillas que mostraban dibujos del contacto alienígena.
Sin embargo, después del análisis, el ufólogo mexicano Jaime Maussan presentó uno especial en su programa Tercer Milenio, con las presencias del investigador austriaco Klaus Dona y del físico teórico del proyecto de resonancia científica Nassim Haramein, quienes al hablar sobre las investigaciones de Piedras de Ojuelos se han asombrado y a la vez han dejado en claro que son un auténtico misterio.
Hay coincidencias
Así que después de un corto período de análisis e investigación, el gobierno de México ha decidido poner fin al misterio y presentar al público varios objetos arqueológicos, incluyendo las Piedras de Ojuelos que describen un contacto extraterrestre ocurrido hace 27.000 años. En apoyo de todo esto, el periodista investigador Jaime Maussan recordó que todo esto está relacionado con el descubrimiento de las momias alienígenas de Nazca, en Perú.
Cabe destacar al respecto que las momias alienígenas son idénticas a los dibujos encontrados en las cerámicas de Ojuelos y muestran extraterrestres grises con ojos y cabezas muy grandes que hacen contacto con las poblaciones mesoamericanas locales (prehispanas). En definitiva, que las piedras del primer contacto también muestran la misma tipología de seres grises que hacen contacto con el pueblo maya.
¿Qué es lo que nos muestran?
Tablillas, discos, cuchillos, platos, figurillas, anillos y colgantes de jade, de piedra o de diferentes metales, describen claramente cómo estos antiguos dioses alienígenas extraterrestres, (de cráneos alongados y grandes ojos achinados, con un evidente y elevado grado de inteligencia, un controlado estado de conciencia y una profunda espiritualidad y conexión con el universo), viajaban en sus naves espaciales.
A través del alto desarrollo tecnológico de sus sofisticadas naves extraterrestres, conocían muy bien no sólo nuestro sistema solar, en el que viajaban entre la Tierra y sus planetas de origen, sino que también podrían haber venido de más allá de nuestro sistema solar o de nuestra galaxia, según los estudios efectuados por los especialistas.
Lo más sorprendente de todo cuanto muestran estas diferentes piezas arqueológicas es que varias familias de la ciudad de Ojuelos han estado coleccionando desde hace 5 a 6 décadas un total de unos 400 objetos arqueológicos extraordinarios, con el sueño de poder un día abrir su propio museo, y darlos a conocer al público.
Los dibujos presentan un alto grado de refinamiento artístico, junto a una genial simplicidad. En algunos se ve una familia de dioses -padre, madre e hijos o bebés y perros-, y cómo los preparan para ser recogidos por los OVNIs, y otros cómo los astronautas manejan las naves, o miran hacia el cielo para dar ofrendas a los visitantes. Hay de todo: una familia ET con dos bebés y un hijo bajo una nave espacial.
Son los objetos llenos de detalles de la vida de personajes antepasados, de nuestra remota historia lejana y olvidada y que hasta ahora se había mantenido oculta. Lo bueno es que el gobierno mexicano ha decidido que salga a la luz, y ello se está viendo cada vez más en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
Por Daniel Beylis
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