El calentamiento global pretende crear un mercado de la contaminación. Ya sabemos lo que a la larga traen luego los mercados.
El control de los mercados se convierte en un medio de control a los paises y ciudadanos.
Lo primero que hay que hacer es decir la verdad sobre las causas del cambio climático y los chemtrails.
Las emisiones no deberían sobrepasar las 660.000 millones de toneladas de aquí a 2050, explicaron científicos. Crédito: David Baron/ CC by 2.0
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UXBRIDGE, Canadá, 25 nov (IPS) – Líderes mundiales se reunirán la semana próxima en la oriental ciudad sudafricana de Durban para hallar una forma de limitar el recalentamiento planetario a dos grados.
Para respetar ese tope, las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2), causantes del cambio climático, no deberían sobrepasar las 660.000 millones de toneladas de aquí a 2050, explicaron científicos.
Sin embargo, al ritmo actual, el límite se superará antes de 2025.
Después de 17 años de conversaciones, las naciones parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) no han logrado frenar el aumento de las emisiones de carbono.
En Durban, entre el 29 de este mes y el 9 de diciembre, retomarán unas negociaciones que se han vuelto cada vez más complejas, atascadas por acusaciones políticas y discusiones sobre financiamiento.
Nadie cree que la situación pueda cambiar en el corto plazo.
Se necesitan cambios radicales
La oportunidad para controlar las emisiones de carbono y mantener el recalentamiento planetario por debajo de los dos grados se esfuma rápidamente. Por lo cual, es momento de adoptar enfoques no convencionales, sostuvo Mutsuyoshi Nishimura, embajador y exnegociador de Japón.
Nishimura propuso un cambio de juego, basado en un acuerdo explícito para fijar un tope de 660.000 millones de toneladas en las emisiones globales de CO2 entre 2010 y 2050.
Ese presupuesto de carbono sería luego subastado según el principio de que el contaminante debe pagar, comenzando con 25 dólares la tonelada, para financiar nueva tecnología y esfuerzos de adaptación de los países en desarrollo.
«Todas las empresas contaminantes en el mundo deberían comprar permisos correspondientes al monto de CO2 que emiten», dijo Nishimura a IPS.
Este enfoque evitaría los estancamientos en las negociaciones causados por acusaciones mutuas de quién debe dar el primer paso en la reducción de emisiones.
China, el mayor liberador de dióxido de carbono del planeta, se niega a someterse a cualquier límite hasta que lo haga primero Estados Unidos, país que le sigue entre los más contaminantes. Washington, por el contrario, quiere que Beijing actúe primero.
«Lo haríamos (aceptar compromisos vinculantes sobre emisiones) si todas las grandes economías fueran también parte de ellas en forma plena. Así que, en ese sentido, necesitaríamos ver la acción de los otros», dijo en conferencia de prensa el 22 de este mes el enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático, Todd Stern.
La propuesta de Nishimura se basa en un principio bien claro: o las empresas compran permisos para emitir CO2 o dejan de contaminar. Es simple y podría funcionar.
Científicamente óptimo, políticamente difícil
Científicos climáticos contactados por IPS coincidieron en que un presupuesto de carbono de 660.000 millones de toneladas sería la mejor opción si los países estuvieran realmente determinados a mantener el recalentamiento planetario en menos de dos grados.
«Desde una perspectiva científica, eso nos daría 75 por ciento de probabilidades de permanecer por debajo de los dos grados», dijo Malte Meinshausen, del alemán Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
Los análisis de Meinshausen fueron unos los primeros en determinar cuál era el presupuesto de carbono necesario para limitar el recalentamiento planetario en dos grados.
El presupuesto de 660.000 millones de toneladas puede parecer alto, pero no tanto si se considera el nivel de las emisiones anuales.
En 2010, por ejemplo, la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento liberaron 33.500 millones de toneladas a la atmósfera, según un estudio del Centro de Análisis de Información sobre Dióxido de Carbono, del Departamento de Energía de Estados Unidos.
Si todo sigue igual, unas adicionales 227.000 millones de toneladas serán liberadas a la atmósfera para 2015. Esto significaría que, en apenas cinco años, se cubriría más de un tercio del presupuesto de carbono necesario para mantener en menos de dos grados el recalentamiento del planeta.
Es improbable que las próximas negociaciones cambien el curso actual. China no aceptará la idea de poner límite a sus emisiones antes de 2015, opinó Alden Meyer, director de estrategias y políticas de la Unión de Científicos Comprometidos.
Pero aun obteniendo la aceptación china se necesitarían significativos cambios también en la política de Estados Unidos, añadió. «En la mesa de Durban no se pondrá en discusión ningún tope, no importa lo que diga la ciencia», dijo a IPS.
Tampoco estará la idea de una subasta mundial de derechos de emisión, señaló Meyer, quien simpatiza con la propuesta de Nishimura.
En el debate también está presente la cuestión de las emisiones «históricas». El cambio climático es consecuencia de la suma de todas las emisiones causadas por las actividades humanas, y el CO2 puede estar en la atmósfera por siglos. Parte del fenómeno actual es provocado por liberaciones de carbono hechas 100 años atrás.
Entre 1900 y 2008, Estados Unidos liberó a la atmósfera alrededor de 337.000 millones de toneladas de CO2, mucho más que cualquier otro país. China emitió unos 117.000 millones en el mismo periodo.
Nishimura sostuvo que para resolver el problema de la responsabilidad histórica en la contaminación se debía crear un nuevo sistema de financiamiento que favoreciera a los países en desarrollo.
Para mantener al planeta dentro del presupuesto de carbono de 660.000 millones de toneladas, los países del Sur no pueden darse el lujo de igualar las emisiones históricas de Estados Unidos.
Por tanto, deben ser compensados con los miles de millones de dólares que las empresas deberán pagar para seguir contaminando, señaló.
Un precio de 25 dólares la tonelada de CO2, por ejemplo, generaría 625.000 millones de dólares al año entre 2010 y 2020, explicó Nishimura.
Es simple, pero ¿por qué estas ideas no reciben el apoyo necesario?
«No creo que gane adeptos»
Ninguno de los expertos contactados por IPS dijo creer que las ideas de Nishimura sobre el presupuesto mundial de carbono pudieran ser consideradas en Durban.
«Es una argumento muy lógico para una respuesta racional global a un problema mundial del cambio climático», dijo Saelemul Huq, experto en políticas climáticas del Instituto Internacional de Ambiente y Desarrollo, con sede en Londres.
«Pero su debilidad fatal es que hace caso omiso de todo lo que se ha hecho hasta ahora (aunque sin éxito) a través del proceso de la CMNUCC», dijo a IPS