Uzay Bulut.- Turquía no deja de acosar a Grecia. El pasado día 17, dos aviones de combate turcos hostigaron al helicóptero que trasladaba al primer ministro griego, Alexis Tsipras, y al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas griegas, Evangelos Apostolakis, desde el islote de Ro hasta Rodas.
Tras sus ocupaciones ilegales del norte de Chipre, en 1974, y de la ciudad siria de Afrín, el pasado marzo –y sin apenas contestación internacional–, por lo visto Turquía se siente libre de ataduras y ansiosa por seguir; esta vez, parece, con las islas griegas ricas en petróleo y gas.
Hace poco unos días el Gobierno turco incurrió en otra provocación, cuando tres jóvenes griegos rindieron homenaje a un piloto fallecido plantando banderas de su país en varios islotes del Egeo.
Según los medios turcos, en un primer momento Turquía urgió a Grecia a retirar las banderas, y después llevó a cabo una operación militar nocturna contra un minúsculo islote, Mikros Antropofagos, por medio de la cual supuestamente unidades de operaciones especiales de la Marina turca quitaron las enseñas.
“No den pasos peligrosos”, advirtió a Grecia el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavuşoğlu: “Nuestros soldados podrían causar un accidente”.
Numerosos medios turcos informaron con orgullo de la operación; como si, luego de un combate victorioso, Turquía hubiese conquistado nuevos reinos. Los medios griegos, en cambio, reportaron que, según testigos, las banderas siguen al parecer en su sitio.
Las islas del Egeo que Turquía amenaza con invadir pertenecen legal e históricamente a Grecia.
Desde que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitó Grecia el pasado diciembre, los medios turcos han intensificado su cobertura antigriega y probélica de “la ocupación griega de las islas”. Unos afirman que “Grecia se ha convertido en hogar de terroristas hostiles a Turquía”; otros, que “Grecia está planeando invadir Turquía”. Hay columnistas que sostienen que “Turquía puede combatir contra Grecia en el Egeo” y columnistas que acusan a los funcionarios consulares griegos en Estambul de intentar resucitar el Imperio bizantino con la exposición que organizó su consulado en diciembre y enero.
¿Por qué hay tantos turcos obsesionados con Grecia?
En 1923, tras una vasta campaña contra los griegos de Anatolia (el genocidio de 1913-1923), se fundó la república turca. Desde entonces, los objetivos expansionistas de Ankara parecen inspirados en una supuesta agresión histórica, el odio a los griegos, el neootomanismo y una tradición islámica de conquista (yihad).
Desde mediados del siglo XV hasta la proclamación de la primera república helénica, en 1822, la Grecia moderna estuvo ocupada por el Imperio otomano. Erdogan ha sido explícito sobre su objetivo de resucitar el Imperio, o por lo menos expandir el territorio turco todo lo posible:
“Hay fronteras físicas y hay fronteras en nuestros corazones”, declaró. “Algunas personas nos preguntan: ‘¿Por qué os interesáis en Irak, Siria, Georgia, Crimea, Karabaj, Azerbaiyán, los Balcanes y el norte de África? (…) Nadie de esas tierras es un extranjero para nosotros. ¿Se puede separar Rize [en Turquía] de Batumi [en Georgia]? ¿Edirne [en Turquía] de Tesalónica [en Grecia]? ¿Cómo podemos pensar que Gaziantep [en Turquía] no tiene nada que ver con Alepo [en Siria], Mardín [en Turquía] con Al Hasaka [en Siria], o Siirt [en Turquía] con Mosul [en Irak]?”.
“Desde Tracia a Europa Oriental, a cada paso que des, verás la huella de nuestros antepasados. Estaríamos negándonos a nosotros mismos si creyéramos que Gaza y Siberia, con las que compartimos lengua y cultura, están separadas de nosotros. Interesarse en Irak, Siria, Libia, Crimea, Karabaj, Bosnia y otras regiones hermanas es tanto el deber como el derecho de Turquía. Turquía no es sólo Turquía. El día que nos rindamos en estas cosas será el día en que rindamos nuestra libertad y nuestro futuro”.
Erdogan también ha aludido al Misak-ı Milli (“Pacto Nacional”), una serie de decisiones aprobadas por el Parlamento otomano en 1920 relativas a las fronteras del futuro Estado turco. Los turcos suelen remitirse al Pacto Nacional cuando llaman a la expansión territorial de su país.
En el diario turco Hürriyet se publicó lo que sigue: “Algunos historiadores dicen que, según el Pacto Nacional, las fronteras turcas incluyen (…) Chipre, Alepo [en Siria], Mosul, Erbil, Kirkurk [las tres en Irak], Batumi [en Georgia], Tesalónica [en Grecia], Kardzhali, Varna [en Bulgaria] y las islas del Egeo”.
El pasado día 18, el ministro de Exteriores turco aseveró: “Las rocas de Kardak [los islotes griegos de Imia], sus aguas territoriales y su espacio aéreo están bajo exclusiva soberanía turca”.
Los principales partidos políticos turcos están unidos en su deseo de invadir las islas del Egeo; en lo que discrepan es en quién tiene la culpa de que Grecia les haya impuesto su soberanía. La principal formación opositora, el CHP (Partido Popular Republicano), acusa al gubernamental AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) de “dejar que los griegos ocuparan islas turcas”, mientras que el AKP acusa al CHP, fundador de Turquía, de “dejar que los griegos tomaran las islas mediante el Tratado de Lausana de 1923”.
La búsqueda turca de nuevos beneficios económicos procedentes del turismo, pero sobre todo del recién descubierto potencial gasístico y petrolero del Egeo, parece haber intensificado su renovado interés en Grecia.
En 2011, tras padecer una severa crisis económica, Atenas volvió a poner en marcha sus propias prospecciones de gas y petróleo. El año pasado las empresas Total (Francia) y Edison (Italia) firmaron un contrato de arrendamiento de gas y petróleo con Grecia, según informó Reuters.
Aunque Grecia pueda estar muy dispuesta a asociarse con Turquía en acuerdos económicos, Ankara parece preferir “otros medios”.
Las necesidades turcas están en realidad cubiertas por su asociación con EEUU. Los oficiales turcos consiguen de Occidente lo que quieren, pero parecen haber optado por alinearse con Irán y Rusia, posiblemente para intentar chantajear aun más a Occidente.
Entre tanto, los políticos turcos amenazan por televisión a Grecia. Yiğit Bulut, destacado asesor de Erdogan, afirmó recientemente que quiere vengar la sangre de su abuelo, del que dice fue asesinado por los griegos:
“Anatolia [Turquía] pasará por encima de Grecia. Y nadie puede evitarlo. Grecia debería saber cuál es su lugar. Si intentan atacar y violar esta geografía como hicieron hace cien años, confiados en [el presidente francés] Macron, Inglaterra, EEUU, Alemania y [Angela] Merkel, sus intentos acabarán terriblemente mal”.
Hay que parar a Turquía ya.
Turquía pone otra vez a Grecia en el punto de mira al amenazar con invadir las islas del Egeo