Por Sputnik
A pesar de tener 88 millones de kilómetros de diámetro, hasta ahora nadie ha logrado tomar una foto del núcleo de nuestra propia galaxia. Y es que este está compuesto por un enorme agujero negro. Pero ahora, los astrofísicos han dado un importante paso que nos acerca a la imagen de lo que, bromas aparte, podría ser un portal a otro mundo.
Llamado Sagitario A* (que se lee como ‘Sagitario A estrella’), este agujero negro supermasivo es ‘solo’ 17 veces más grande que nuestro Sol, pero tiene una masa que supera la de nuestro astro unas 4,1 millones de veces. Esto le permite ‘atar’ a toda la Vía Láctea con su fuerza de gravedad.
Parte del problema de tomar una foto de un agujero negro es que esa idea es una especie de oxímoron: estos cuerpos celestiales actúan como aspiradoras galácticas que tragan todo lo que se les acerca demasiado. No se les escapa nada, incluso la luz y todo tipo de ondas electromagnéticas. Así que si realmente decides tomarle una foto lo único que verás en una enorme mancha oscura de nada.Sin embargo, esto no detiene a los astrofísicos y eso es lo que hace que su reciente descubrimiento sea tan emocionante.
Durante varios años un equipo de astrofísicos observaba a Sagitario A* en el proyecto Event Horizon Telescope (Telescopio del Horizonte de Sucesos o EHT, por sus siglas en inglés). El EHT no es un observatorio o satélite en órbita; en realidad es una red de telescopios ubicados en Chile, Hawái y California que usan el fenómeno de interferometría de radio para actuar como un gran telescopio de dimensiones planetarias.
El objetivo final del EHT es crear una imagen completa de Sagitario A*, y aunque aún faltan varios meses para lograrlo, el proyecto ya está trayendo los primeros resultados. Por ahora las observaciones confirman que el horizonte de eventos —como se le llama a la superficie de un agujero negro— sí tiene forma de anillo con el propio agujero en el centro, como ya habían sugerido los cálculos matemáticos.
“Comenzamos a entender cómo se vería la estructura alrededor del horizonte de eventos, en lugar de simplemente sacar conclusiones genéricas sobre su visibilidad. Es muy alentador ver que la estructura tipo anillo se ajusta muy bien con los cálculos”, explica uno de los autores del estudio, Ru-Sen Lu, del Instituto Max Planck de Radioastronomía.
Buscando el portal a un universo paralelo
El resultado obtenido es solo un pequeño paso hacia la meta final de las observaciones: descubrir qué es lo que realmente son los agujeros negros y qué pasa con toda la materia que, una vez absorbida, nunca vuelve. Para eso los expertos planean seguir las investigaciones en el marco del proyecto EHT, cuyos resultados serán publicados en 2019.
Una de las hipótesis que ha tomado fuerza entre la comunidad científica en los últimos años es la de los denominados agujeros de gusano o puentes de Einstein-Rosen. Se trata de un especie de portal que técnicamente permitiría viajes a través del tiempo y espacio, incluso acceder a otras dimensiones o universos paralelos al nuestro.
Por muy fantástica que parezcan, estas hipótesis no contradicen la teoría de la relatividad de Albert Einstein, al tiempo que la teoría de cuerdas admite la existencia de más de tres dimensiones espaciales. Sin embargo, varios científicos advierten que hasta que no se demuestren en la práctica, esas hipótesis son solo ideas fascinantes.
“Averiguar si los agujeros de gusano de verdad existen solo será posible en el marco de otras observaciones. Por el momento no tenemos datos que confirmen su existencia. Pero el crecimiento del conjunto de instrumentos para estudiar los agujeros negros no ayudará a probar tales exóticas hipótesis en el futuro.
Es posible que en algunas situaciones los objetos que consideramos candidatos para los agujeros negros puedan ser agujeros de gusanos”, explicó a RT el principal investigador del Instituto Astronómico Estatal Shternberg, Serguéi Popov.
La búsqueda de agujeros de gusano es uno de los principales retos de la astronomía moderna. La popularización de la idea la proporcionó el escritor Lewis Carroll es su ‘Alicia en el país de las maravillas’, algo que no sorprendería tanto si tenemos en cuenta que bajo ese pseudónimo en realidad escribía el profesor de matemáticas de la Universidad de Oxford, Charles Lutwidge Dodgson.
De un cuento a una realidad científica —al menos teoréticamente— la idea de los agujeros de gusano llegó de manos del austriaco Ludwig Flamm, el primero en advertir su existencia en 1916. En 1935, Albert Einstein y Nathan Rosen publicaban un estudio según el cual la teoría general de la relatividad permite la formación de portales de espacio y tiempo, es decir, agujeros de gusano. El próximo paso en la exploración de los portales a otros mundos, lo hizo el físico teórico Stephen Hawking, quien sugirió que los agujeros de gusano podrían estar en los agujeros negros.
Es por eso la importancia de los estudios que se realizan en el marco del proyecto Telescopio del Horizonte de Sucesos. El investigador principal del Instituto de Estudios Nucleares de la Academia de Ciencias de Rusia, Viacheslav Dokuchaev, estimó que dentro de varios años el EHT podría incluso traerle a sus creadores el Premio Nobel.
“Es posible que en vez de un agujero negro los científicos descubran un agujero de gusano —un portal a otro mundo o a otro extremos de nuestro universo— (…) La teoría de multiverso está en la delantera de la ciencia moderna. De acuerdo con la teoría de la expansión del universo, hubo varios Big Bang que dieron lugar a nuestra galaxia y otros mundos paralelos. No puedo excluir que los agujeros de gusano permitirán entrar en tales universos paralelos”, concluyó Dokucháev.
Y mientras el proyecto EHT sigue trabajando para obtener una imagen del Sagitario A*, puede que este no sea el único portal a otros mundos. Los científicos ya han descubierto muchos de estos sorprendentes cuerpos celestes y puede haber enjambres de ellos esperando.