El artículo 13 ‘es la mayor amenaza para Internet’, tal y como lo conocemos ahora, según Reagan MacDonald. El artículo en cuestión se enmarca en la nueva ‘Directiva sobre los derechos de autor en el mercado único digital’, la propuesta de reforma de la ley de copyright a nivel europeo. Los días 20 y 21 de junio se votará en la Comisión de Asuntos Jurídicos, y ente julio y septiembre la votación se trasladará al Parlamento Europeo. Hay muchos otros puntos, pero el artículo 13 es uno de los más preocupantes.
El artículo 13, si se aprueba la Directiva, haría responsables a las plataformas de cualquier tipo de contenido que suban sus usuarios; es decir, que las redes sociales, por ejemplo, tendrían que hacerse responsables de las posibles infracciones de derechos de autor. Esto, según expertos en la materia, es una seria amenaza contra un Internet ‘abierto y saludable’. El artículo pretende ser específico y, sin embargo, es realmente amplia su interpretación: no se habla únicamente de contenidos de audio o visuales, sino que se incluye cualquier tipo y forma de derechos de autor, incluyendo código de programación. Las plataformas online necesitarán ‘máquinas de censura’ para asegurarse evitar infracciones.
El artículo 13 de la (posible) nueva ley de Copyright en Europa romperá por completo la libertad en Internet
Para ‘los ciudadanos’, dentro de esta propuesta de nueva ley de Copyright, el artículo 13 será el cambio más tangible. Se teme que uncluso parodias, sátiras y vídeos de protesta queden eliminados con este tipo de filtros; los usuarios verían cambios importantes en las secciones de comentarios, por ejemplo. Las que más difícil lo tendrían para cumplir con le Ley son las plataformas más pequeñas, lo que de forma indirecta podría beneficiar a las compañías más grandes. Algo en lo que también el artículo 11 juega un papel crucial en su intención por crear un impuesto por enlace en el que Axel Springer está como máximo defensor.
Este artículo 11 ayudaría a los editores a luchar contra gigantes tecnológicos y agregadores de noticias, según su planteamiento base, en tanto que Google y Facebook, entre otros, tendrían que pagar a los editores por los contenidos que atraen a los usuarios a sus plataformas. Sin embargo, van en contra de la innovación y el bien público, requiriendo un permiso especial antes de compartir contenidos, además de un pago por la acción en sí. En España acabó fracasando de forma estrepitosa, como canon AEDE.