Por Sputnik
Stanley Druckenmiller, inversor estadounidense y administrador de fondos de cobertura, compañero y socio del magnate financiero George Soros, predijo una nueva crisis global tres veces más fuerte que la anterior.
En 1992, Stanley Druckenmiller, junto con George Soros, realizó el ‘ataque especulativo’ más exitoso del siglo XX. Este dúo de financieros, que gestionaba el fondo Quantum, doblegó el Banco de Inglaterra y en pocos días ganó alrededor de mil millones de libras esterlinas en la depreciación de la moneda británica, recuerda Iván Danílov, columnista de Sputnik.
Más tarde, el camino de Druckenmiller, que amaba el silencio y prefería estar en la sombra, y el de Soros, que siempre quería participar abiertamente en la política mundial, se separaron. Pero ambos especuladores se convirtieron en leyendas del mundo financiero al humillar al banco central más antiguo de Occidente sin ningún castigo.
Recientemente, el socio de Soros decidió dar la primera entrevista larga en muchos años. Druckenmiller tiene malas noticias sobre la economía global y no le cae bien Donald Trump, resume Danílov.
El inversor advirtió que las semillas de una nueva crisis económica mundial no solo se sembraron, sino que pronto nacerán.
“Triplicamos las causas de la crisis anterior. Y lo hicimos a nivel global”, admitió Druckenmiller sin especificar a quién se refería. Sin embargo, el legendario especulador aseguró que son las autoridades políticas y monetarias de EEUU las únicas culpables de la futura crisis.
Druckenmiller culpó a los políticos y ejecutivos estadounidenses de la Reserva Federal de EEUU de “tergiversar el capitalismo” que no puede funcionar normalmente a tasas de interés cercanas a cero. Esta distorsión, según el financiero, es lo que hace que la próxima crisis no solo sea inevitable, sino mucho más grande que la de 2008-2009.
El multimillonario destacó que los intentos de resolver con la ayuda de nuevas deudas los problemas causados por las deudas antiguas están condenados al fracaso. Además expresó su preocupación sobre el nivel extremo de la desigualdad social al que había conducido la política económica estadounidense.
“El mayor acelerador de la desigualdad social fue el programa de flexibilización cuantitativa —el programa de la Fed, que ayudó a los bancos a salvarse de la quiebra a expensas del Estado—”, declaró Druckenmiller.
Según el inversor, el segundo componente de la próxima explosión social es internet, “que transmite información sobre la brecha entre los niveles de vida” a todos los habitantes del planeta. Como ejemplo, habló de Jeff Bezos, propietario de Amazon: “Mire, durante las últimas 48 horas hubo docenas de artículos que decían que la fortuna de Bezos supera los 150.000 millones de dólares. ¿Cómo lo vería esto una persona común?”.
A pesar de que la entrevista con Druckenmiller se publicó en un canal digital poco conocido Realvision, sus ideas se difundieron por los medios financieros mundiales a la velocidad de un incendio forestal.
Los periodistas de Bloomberg que analizaron la entrevista con Druckenmiller indican que está lejos de ser el primero en advertir de las próximas dificultades para la economía global. En los últimos meses, varias figuras influyentes de Wall Street presentaron al público pronósticos no menos sombríos.
Kenneth Cordele Griffin, multimillonario y administrador del gigantesco fondo de cobertura Citadel Investment Group, advirtió recientemente que demasiada deuda se convertiría en una “semilla” de un futuro declive económico.
Citadel es una empresa conocida por su participación en todos los mercados financieros mundiales y por sus enormes ingresos. Bajo la administración de Griffin existe un capital equivalente al PIB de países como Letonia o Paraguay. Unos actores tan grandes nunca hacen declaraciones sin pensarlo, porque los errores cometidos públicamente tienen un efecto muy negativo en su negocio, observa Iván Danílov.
En junio de este año, otro multimillonario, financiero y matemático, Jeffrey Gundlach, propietario del fondo de inversión DoubleLine Capital, se unió a la lista de profetas de la crisis. Él opinó que el punto de partida de la próxima crisis también será una deuda demasiado grande, y enfatizó que el déficit presupuestario de EEUU y la deuda nacional estadounidense están creciendo en el contexto del aumento de las tasas del dólar, lo que puede conducir a dificultades fiscales para Washington.
Además de los financieros multimillonarios, hay otra categoría de participantes en los mercados financieros que no pueden hablar públicamente sobre las crisis inminentes, pero que están obligados a prepararse y tomar medidas para protegerse de estas crisis. Se trata de los bancos centrales, explica Danílov.
Los analistas ya están notando un aumento anormal de las reservas de oro en Rusia, China, la India y otros países. Incluso el Banco Central de Polonia, a pesar de que el país no está amenazado con sanciones por parte de EEUU ni riesgos políticos que las acompañan, de repente comenzó a comprar oro, por primera vez en varias décadas.
“La situación recuerda un poco al Titanic: una orquesta está tocando en la cubierta y los pasajeros se están divirtiendo, aunque el encuentro con un iceberg ya es inevitable. En este momento, los más prudentes ya están bajando botes. La segunda ola de la crisis financiera mundial afectará a todo el mundo, pero cuando el Titanic de la economía occidental se encuentre con un iceberg, nuestro bote tendrá la oportunidad de estar a una distancia segura”, concluye Danílov.
Jeff Bezzos haria bien en intentar convertir sus 150.000 millones en oro fisico. Ya veriamos si ese disparate de fortuna se puede convertir en algo tangible, o es solo aire de la burbuja