La idea es utilizar el móvil como asistente para la conducción autónoma, de forma que permita tomar el control de un Ford para girar las ruedas en caso de necesidad.
En 1997 James Bond conducía un BMW serie 7 con su Ericsson JB988 como control remoto. En aquella época era pura ciencia ficción de películas de espías, pero lo cierto es que puede que tengamos más cerca que nunca conducir el coche con el móvil. Sí, ya hay coches por control remoto, pero en situaciones de prueba y, sobre todo, bajo especificaciones que nada tienen que ver con el día a día.
Ahora parece que, aprovechando el auge de los coches autónomos, esto puede ser una posibilidad de que, cualquiera pueda conducir su coche con el móvil. O al menos esa es la idea de Ford, que pese a no ser más que una patente, puede poner el foco en las posibilidades de la conducción guiada con el móvil como complemento a la conducción autónoma. Y decimos como complemento porque se trata de tomar el control del coche en caso de apuro: sacar el teléfono y corregir el curso del automóvil.
La patente de Ford lo que muestra son dos ideas para coches autónomos que utilizarían un dispositivo de pantalla táctil para conducir un vehículo que, de otra manera sería autónomo. La primera idea utiliza el imaginario que, a día de hoy, se usa para los coches de conducción de móviles: el acelerómetro y el giroscopio de su dispositivo mueven las ruedas delanteras.
El segundo permite control del coche con la pantalla táctil como si de un volante se tratase: igual que James Bond en 1997. Como vemos, ninguno de los dos sistema da el control total del coche, solo se trata de sistemas guiados para situaciones de emergencia que permiten conducir el coche, controlar las ruedas y poco más, pero sin duda es un punto de inflexión interesante que puede servir de complemento a la conducción 100% autónoma.
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