Por RT
Los astrónomos sugieren que ese antiguo planeta fue expelido fuera del sistema solar por la gravedad de Júpiter, un evento que salvó al resto de planetas, incluido el nuestro.
David Nesvorny, científico planetario del Southwestern Research Institute, en Boulder (EE.UU.), concluyó que es probable que nuestro sistema solar antiguamente hubiera albergado un noveno planeta que fue ‘expulsado’ por Júpiter. Ese evento permitió salvar a los demás integrantes del sistema, incluida la Tierra, según informa un estudio publicado en Knowable Magazine.
El científico forma parte de un grupo de investigadores que intentan comprender cómo nació el sistema solar y por qué los planetas se situaron tal y como lo hicieron. Los expertos crearon diferentes escenarios mediante sofisticados modelos matemáticos e informáticos.
Esos escenarios recreaban los primeros cientos de millones de años de nuestra galaxia, y gracias a ellos los expertos determinaron que inicialmente los planetas estaban situados más cerca el uno del otro de lo que lo están en la actualidad, y fueron intercambiando posiciones hasta situarse en su ubicación actual.
Sin embargo, tras cada escenario el grupo de científicos llegaba a la misma conclusión: que según los modelos observados, Urano o Neptuno deberían haber sido arrojados más allá de los límites de la galaxia debido al fortísimo campo gravitatorio de Júpiter, algo que no coincide con la realidad, ya que ambos planetas están relativamente cerca del Sol e incluso han sido visitados por naves espaciales.
El modelo hipotético que resolvió este interrogante y dio como resultado un sistema solar muy parecido al real fue uno que supone la existencia de un planeta extra que se encontraba entre las órbitas originales de Saturno y Urano. Ese planeta era casi tan masivo como Urano y Neptuno, o unas 16 veces más grande que la Tierra.
Ese planeta es el que podría haberse convertido en víctima de la órbita de Júpiter, que lo expulsó del sistema solar. La teoría fue sugerida por Nesvorny, que cree que el novena planeta fue ‘sacrificado’ para salvar a los demás, incluida la Tierra, debido a que Júpiter dirigió todas sus interacciones gravitacionales contra este astro que se acercó al gigante.