Un equipo de científicos de la Universidad de Dalhousie, Canadá, ha realizado un sorprendente descubrimiento. Según precisan en un comunicado, en medio de la suciedad de Nueva Escocia fueron hallados unos organismos microscópicos que representan una nueva rama en nuestro árbol de la vida.
Los investigadores determinaron que estos diminutos organismos, «de apariencia inusual» y llamados hemimastigotes, no encajan en ningún reino clasificado hasta el momento, sean las plantas, los animales o un ‘supergrupo’ como el que incluye animales y hongos a la vez. El estudio detallado fue publicado en la revista Nature.
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«Como un ogro en miniatura»
Los extraños organismos son descritos por los especialistas como «protistas eucariotas con dos filas de flagelos». Eucariotas, según el estudio, significa que las especies tienen células complejas como los humanos, mientras que protistas significa que no son animales ni plantas ni hongos.
Los hemimastigotes son unicelulares y utilizan los flagelos para moverse y capturar otros microbios que consumen como presas.
Se detalla que los científicos hallaron dos especies diferentes de hemimastigotes. Una se denominada Spironema, que se había observado microscópicamente y solo unas pocas veces desde el siglo XIX. Sin embargo, su clasificación siempre ha sido un misterio para la ciencia.
La segunda especie es totalmente nueva y aún no ha recibido un hombre. El equipo propone denominarla Hemimastix kukwesjijk, que rinde homenaje a los micmac, que habitaron Nueva Escocia. En su folklore, Kukwes es un «ogro voraz y peludo». El equipo afirma que este microbio depredador en realidad se ve y se comporta «como un ogro en miniatura».
«Una nueva puerta para comprender la evolución de las células»
«De nuestros análisis quedó claro que los hemimastigotes no pertenecían a ningún grupo conocido a nivel del reino», señaló uno de los investigadores, Alastair Simpson. «Esta pequeña colección de organismos es un grupo completamente nuevo a ese nivel», agregó, indicando que «es una rama del árbol de la vida que ha estado separada por mucho tiempo, quizás más de 1.000 millones de años, y no teníamos información sobre ella en absoluto».
El comunicado señala que el hallazgo ofrece información muy importante acerca de cómo han evolucionado durante los últimos 1.000 o 2.000 millones de años células complejas de animales, plantas, hongos, algas y protozoos. Según afirman los especialistas, el descubrimiento «abre una nueva puerta para comprender la evolución de las células complejas y sus antiguos orígenes, mucho antes de que emergieran los animales y las plantas en la Tierra».