La Asamblea Nacional francesa aprobó la pasada noche del jueves una proposición de ley para prohibir cualquier tipo de castigo corporal a los niños, incluidos los cachetes que algunos padres defienden para educar a sus hijos.
Un total de 51 diputados se pronunciaron por esta medida que, de finalizar su tramitación, haría de Francia el país número 55 en el mundo que lo prohíbe. Sólo hubo un voto en contra -el de una parlamentaria de la extrema derecha- y tres abstenciones.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo del Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, partió del partido centrista MoDem y constituye un nuevo intento de asentarlo en la legislación después de que el año pasado fuera anulada una disposición de contenido similar por razones de orden formal.
El texto votado anoche se incluirá en las disposiciones que se leen a las parejas en el momento de celebrar una boda para indicar que “los titulares de la autoridad parental la ejercen sin violencia”.
Y destaca que “no deben utilizar con los hijos medios como la violencia física, verbal o psicológica, los castigos corporales o la humillación”.
Según la ponente, se trata de acabar con el margen que todavía tienen los jueces para “reconocer un derecho de corrección heredado del siglo XIX, que sin embargo no existe en el derecho penal”.
La propuesta legislativa -que debe ahora continuar su tramitación parlamentaria- va acompañada de una demanda al Gobierno para que haga un estudio sobre el estado de la cuestión para septiembre de 2019.
Según la Fundación para la Infancia, el 85 % de los padres en Francia recurren a castigos con violencia con fines supuestamente educativos.
Los diputados franceses aprueban prohibir los castigos corporales a los niños