Un desconocido pueblo habría vivido en la meseta tibetana entre 30.000 y 40.000 años atrás, lo que es 20.000 años más temprano de lo que se pensaba hasta ahora. Al menos así lo sugiere un reciente hallazgo de la Academia de Ciencias de China.
La gran altitud de la meseta del Tibet, en el suroeste de China, sus bajas temperaturas, la poca presión atmosférica y las reducidas precipitaciones crean un entorno extremadamente desafiante para la colonización humana. Incluso hoy día estas tierras son unas de las menos pobladas del planeta y los científicos las consideraban como uno de los últimos hábitats terrestres colonizados por el ‘Homo sapiens’. Hasta ahora.
Un equipo de investigadores del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de los Vertebrados (IVPP) ha publicado los resultados de un estudio que muestra que estas tierras habrían sido habitadas mucho antes de lo que se pensaba.
El asentamiento Nwya Devu, descubierto por el equipo, se ubica en la meseta Qinghai-Tíbet, que tiene elevaciones cercanas a los 5.000 metros sobre el nivel del mar. Conserva su estratigrafía intacta, lo que permite la datación de la antigüedad del sitio.
El sitio comprende una extensa y densa distribución de artefactos que confirman que los ancestros humanos pisaron estas tierras hace unos 30.000-40.000 años, en pleno período paleolítico.
Este logro arqueológico es un gran avance en nuestra comprensión de la migración humana y la evolución de la meseta tibetano, así como en la migración e intercambios humanos prehistóricos a gran escala, concluyen los investigadores.
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