La custodia de pruebas de cargo debe de estar asignada a los más torpes del correspondiente departamento: ocurrió con las muestras de explosivo del 11-M, que vigiladas con cámaras sufrieron una extraña mutación «espontánea» durante un oportuno apagón que las convirtió de explosivo militar con Titadyne en la Goma 2-ECO que necesitaba la versión oficial, y ha vuelto a ocurrir al parecer en la Corte Penal Internacional de La Haya, donde por un «error técnico», se destruyeron materiales clave en el caso del atentado del mercado en Sarajevo que sirvió de detonante para el ataque de la OTAN contra la República Srpska en 1995.
«Los restos de la mina son la única evidencia material del ataque del mercado en La Haya. En la secretaría donde estaban almacenados dos estabilizadores en los depósitos y que desde el punto de vista serbio están rotos. Las minas fueron dañadas y ya no pueden ser evidencia de «en un momento en que la parte serbia planeaba usarlos para refutar la tesis de los supuestamente eran culpables de estos delitos», informa el periódico de Belgrado «Vechernye Novosti».
Por su parte, el abogado Branko Lukic, del equipo de defensa del General Ratko Mladić, explica: «Se enviaron dos minas a La Haya, una supuestamente 1994, la segunda en 1995».
Dichas minas habrían sido utilizadas en los ataques contra el mercado de Markale de Sarajevo, dos masacres sucesivas que causaron más de un centenar de víctimas mortales, además de casi 300 heridos. Los proyectiles podrían haber atestiguado, por su deformación, desde donde fueron disparados. Para falsear las muescas y estrías que facilitarían esa información haría falta un trabajo concienzudo con una llave especial. Pues bien, ese «trabajito» intencionado (comparable a los 35 borrados y el taladro de postre del ordenador de Bárcenas, por seguir con los paralelismos patrios) es el que alguien se ha tomado la molestia de realizar en sede judicial.
El resultado, que denuncia la defensa de Mladic, es que los agujeros que se encuentran en los estabilizadores ahora son diferentes de los que se fotografiaron en los embudos del mercado Markale en los años noventa. «Cuando quedó claro que estaban enredados en sus propias manipulaciones, y que podemos probar científicamente que los serbios son inocentes de estos ataques, han corrompido los estabilizadores», explicó Lukic.
Las masacres de civiles de Sarajevo fueron la excusa que utilizó la OTAN para lanzar su campaña de bombardeos sobre territorio serbio del 30 de agosto al 20 de septiembre de 1995, dentro de la operación llamada «Fuerza de reflexión». Sirvió para forzar la pacificación del territorio lograda con los Acuerdos de Dayton, que fijaron unas fronteras para las repúblicas contendientes y consagraron la atribución de la culpabilidad de la guerra al expansionismo serbio, presentando a la opinión internacional una narrativa de «buenos» y «malos», cuando tal vez habría que haber hablado de «malos» y «peores» entre los dirigentes de ambos bandos (la población civil fue quien sufrió en ambos bandos una violencia feroz y genocida como no se había visto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial).
Ya el informe sobre el terreno de los «cascos azules» sobre la masacre de la panadería de Sarajevo ya señaló en su momento (1992) la posibilidad de que ésta hubiese sido una «falsa bandera» de manual: «Ha habido sospechas de que fue el régimen de Alija Izetbegović (presidente bosnio) por hacer que los medios estuvieran allí. La calle había sido cerrada, después abierta, se formó la cola ante la panadería y es entonces cuando se produjo la explosión», algo de lo que se hicieron eco tanto el periodista Michel Collon en su libro «Poker menteur, Les grandes puissances, la Yougoslavie et les prochaines guerres» como el diario «The Independent» al publicar que «los responsables de las Naciones Unidas y los altos oficiales occidentales creen que algunas de las peores masacres de Sarajevo, especialmente la de las dieciséis personas que hacían cola ante la panadería, eran obra de musulmanes, principales defensores de la ciudad, y no de los sitiadores serbios. Se trataba de una maniobra con el fin de ganar la simpatía del mundo y forzar una intervención militar». La «false flag» de la panadería propició el embargo y las sanciones contra Serbia, su repetición dos años después en el mercado de Markale abrió paso a la campaña de bombardeos de la OTAN.
Es evidente que lo sucedido en La Haya no exculpa al bando serbio de las atrocidades que cometió, pero demuestra la parcialidad de un tribunal ante cuyas narices han ido destruyéndose sistemáticamente todas las evidencias que culpabilizan a otros actores en el macabro giñol, como las desaparecidas pruebas del comercio ilegal de órganos, al amparo del conflicto, en Kosovo y Metohija.
(posesodegerasa; fuenthttp://davidnesher.com.ar/)
http://astillasderealidad.blogspot.com/2019/02/el-tribunal-de-la-haya-destruye-pruebas.html
La OTAN , El Tribunal de La Haya . Son instituciones que en teoría tendrían que inspirar confianza . Nada mas lejos de la realidad . Hoy en dia esta todo politizado , hasta el deporte . Y los europedos ya se han decantado por un bando , ser sumisos siervos de USA y de sion .