Con la compra de Monsanto por parte de la compañía alemana Bayer se forja un monopolio que amenaza con controlar el mercado mundial de la alimentación.
Werner Baumann, presidente de la junta directiva de Bayer, se convertiría en jefe del líder mundial agroquímico.
¿Qué significa esto para los consumidores, los agricultores o para la alimentación mundial? Bayer y Monsanto: una empresa alemana de reputación sólida se fusiona con el fabricante estadounidense de transgénicos Monsanto, productor de semillas manipuladas genéticamente y del polémico herbicida glifosato.
Para muchos agricultores, el glifosato es una herramienta eficaz; los críticos, sin embargo, lo consideran una sustancia cancerígena. A pesar de todas las dudas, Bruselas renovó por cinco años la comercialización del herbicida en la Unión Europea.
Las empresas continúan apostando por la utilización de productos químicos en la agricultura, si bien con una tecnología más moderna y eficaz que nunca: “Digital Farming”, Agricultura Digital, es la palabra mágica.
La agricultura digital proporciona al agricultor datos importantes para la siembra y cultivo directamente en su smartphone o en la tablet del tractor. También datos sobre la aplicación de químicos. Pero en el camino hacia la fusión de los dos gigantes acechan también riesgos.
¿Por qué el jefe de Bayer, Werner Baumann, asume que la imagen negativa de Monsanto pueda perjudicar a la tradicional marca Bayer? ¿Qué significa esto para los consumidores, los agricultores e incluso para la alimentación mundial?
Los cineastas Ingolf Gritschneder y Michael Heussen hablaron con defensores y críticos de la megafusión y rodaron en los laboratorios de investigación de Monsanto en los Estados Unidos. En América del Sur y la India se reunieron con científicos y agricultores que ya tienen experiencia con los monocultivos, las semillas de Monsanto y los pesticidas.