La colección otros Mundos de Plaza y Janés, significó un antes y un después en la divulgación de las tesis alternativas.
Buena parte de estos libros no se han digitalizado, y poco a poco van desapareciendo de Las Bibliotecas al no ser demandados por desconocimiento de los lectores.
Sin duda una colección imprescindible para comprender la evolución histórica de nosotros mismos, de buscar respuestas a esas preguntas que el día a día se empeña en ocultarnos.
maestroviejo
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El libro El retorno de los brujos fue publicado por primera vez en francés en el año 1960 como «LE MATIN DES MAGICIENS» por la editorial Gallimard, escrito por el periodista Louis Pauwels y el escritor de fenómenos ocultos Jacques Bergier, muchas de las ideas del libro son inspiradas en varios autores y pensadores esotéricos y místicos como Hoy Fort, Lovecraft, Clarke, entre otros asi como en los manuscritos del Mar Muerto 2.
Publicado en esta colección por la editorial Plaza y Janes en noviembre de 1967 y con la traducción al español por J. Ferrer Aleu su contenido abarca temas tan amplios como de civilizaciones desaparecidas, sociedades secretas 46, alquimia y ciencias ocultas 13 y esotéricas.
Pretendía dar comienzo a una nueva revolución cultural, y levantó una gran expectación. Fue objeto de críticas tanto elogiosas como demoledoras. En los años 1960 y 1970, se vendieron más de 2 000 000 de ejemplares en francés y en otros idiomas, y la primera traducción al español se publicó en 1962.Wikipedia El retorno de los brujos
Con la creciente moda e interés por los temas paranormales, ciencias misteriosas, culturas antiguas y demás, Pauwels y Bergier crearon la revista «Planète» en Francia dando origen al concepto de Realismo Fantástico.
En la primera parte habla sobre las antiguas civilizaciones y sociedades secretas, principalmente sobre los habitantes de la legendaria isla de Atlántida 3 y por otra parte los Rosacruz 4; en la segunda parte del libro trata enteramente sobre el ocultismo Nazi; y la última parte está relacionada con el potencial del hombre como un ser vivo con análisis de grandes mentes del pasado y el futuro promisorio de la humanidad.
PREFACIO
Tengo una gran torpeza manual y lo deploro. Me sentiría mejor si mis manos supiesen trabajar. Menos capaces de hacer algo útil, de sumergirse en las profundidades del ser y alumbrar en él un manantial de bondad y de paz. Mi padrastro (al que llamaré ml padre, pues él me educó) era obrero sastre. Era un alma vigorosa, un espíritu realmente mensajero. Decía a veces, sonriendo, que el primer tallo de los clérigos se produjo el día en que uno de ellos representó por primera vez un ángel con alas: hay que subir al cielo con las manos. A despecho de mi torpeza, logré un día encuadernar un libro. Tenía a la sazón dieciséis años.
Era alumno del curso complementario de Tuvisy, en el barrio pobre. El sábado por la tarde podíamos elegir entre el trabajo de la madera o del hierro, el modelaje y la encuadernación. En aquella época leía yo a los poetas, especialmente a Rimbaud. Sin embargo, me impuse la obligación de no encuadernar; Une Saison en Enter. Mi padre poseía una treintena de libros, alineados en el estrecho armario de su taller, junto con las bobinas, los jaboncillos, las hombreras y los patrones.
Había también, en aquel armario, millares de notas escritas con caracteres menudos y aplicados, sobre un ángulo del tablero, durante las incontables noches de labor. Entre aquellos libros, había yo leído Le Monde avant la Création de l’Homme de Flammarion, y estaba entonces descubriendo Oi va le Monde?, de Walter Rathenau. Y fue esta obra de Rathenau la que me puse a encuadernar, no si