Si te has visto atraído por este título, quizás te encuentres en la tesitura de dar más por los animales que por el ser humano. Si no es así te preguntarás, ¿cómo puede ser esto posible? ¿Quién puede preferir antes a un animal que a un ser humano? La respuesta es clara: hemos perdido la fe en nosotros mismos.
El ser humano nos decepciona cada día, es algo normal. Cada vez, vemos más corrupción, más negatividad, personas malas… Por eso, en nuestro afán de encontrar la pureza, la bondad suma, nos dirigimos a un género que no suele fallar: los animales.
Hasta que gozamos de la oportunidad de amar a algún animal, una parte del alma permanece dormida -Anatole France-
Nuestras preferencias a este respecto pueden resultar descabelladas, pero desde luego no estamos aquí para juzgar a nadie. Eso sí, las razones que mueven a las personas a poner a los animales en un primer lugar no son tan descabelladas ni irracionales. ¿Qué piensas tú?
La empatía ¿selectiva?
El hecho de que te importen más los animales o las personas es una cuestión, también, de empatía. Pero, ¿es que acaso ser empático es algo selectivo?
La empatía es algo que no todas las personas poseen. Ponernos en el lugar de otro ser, saber qué puede estar sintiendo e incluso saber cómo piensa, qué pasa por su mente, es algo complicado.
Pero, ¿no es lógico que si somos empáticos con los animales lo seamos también con nuestra propia condición de ser humanos? Eso sería lo normal, pero algo nos frena, algo ha hecho que tengamos que elegir.
Cuando sentimos empatía no elegimos, por eso tienen que existir razones que provoquen esta selección tan antinatural. La verdad es que vemos a los animales mucho más indefensos que al ser humano. Esta es una de las razones que provocan que nuestra empatía sea selectiva.
La capacidad de colocarse en el lugar del otro es una de las funciones más importantes de la inteligencia. Demuestra el grado de madurez del ser humano -A. Curry-
La especie importa, nuestra especie importa, pero son muchas las personas que han perdido la fe en el ser humano. Tanta corrupción tanta maldad, han manchado, de alguna manera, la visión positiva que deberíamos de tener de nosotros mismos.
Giramos la cara entonces a una especie maltratada, a los animales, indefensos, vulnerables ante la maldad del ser humano. Empezamos a confiar en ellos más que en nosotros mismos.
Animales vs humanos
Esto tan solo es una visión de muchas otras, por eso, vamos a recopilar un poco algunos rasgos característicos de cómo ven las personas que anteponen los animales a los humanos la realidad. Así podremos conocerlos mejor:
- Los animales son más vulnerables: y el hecho de ser vulnerables hace que el ser humano actúe a su antojo con ello, sea para bien o para mal.
- Los animales no son considerados como “de la familia”: por eso muchas personas los abandonan sin pudor alguno, ¿abandonarían así a sus propios hijos?
- Los animales no albergan maldad: sobre todo los perros, pero porque no entienden qué ocurre, ellos confían en ti y si los abandonas esperarán tu regreso. Esto no quita que haya animales peligrosos y con un muy mal carácter.
- Los animales son considerados poco inteligentes: el ser humano parece tener una preocupación constante por sentirse inferior, por eso se considera superior a cualquier otra especie. ¿De verdad es así?
Estos son algunos de los motivos que llevan a algunas personas a elegir a los animales de entre los seres humanos. La verdad es que no se puede entender cómo se puede abandonar a un animal. Los que tienen mascotas lo entenderán, piensa en abandonarlo, en dejarlo tirado por ahí, en ocasiones en una autovía con el único fin de que sea atropellado. ¿No es esto cruel?
No existe mayor crueldad y cobardía que ofrecer amor a alguien para luego abandonarlo
¿Qué está pasando en nuestra especie? Nos sentimos tan superiores que estamos perdiendo los valores, nuestra verdadera esencia. Por eso, las personas que apuestan por los animales, en realidad están apostando por la pureza.
¿Qué piensas de todo esto? ¿Crees que nos consideramos demasiado superiores?Solo por el hecho de ser más inteligentes, de tener un cerebro más desarrollado, no deberíamos creernos dioses. Seamos humildes, empaticemos. No somos mejores que otras especies, tan solo somos diferentes.
Rincón del Tibet