El 22 de febrero la embajada de de Corea del norte en Madrid fue atacada por una banda de terroristas de la CIA. Entraron en la sede, ataron y amordazaron a los diplomáticos y funcionarios, antes de salir con los teléfonos móviles y los ordenadores.
Una mujer escapó de la embajada gritando en coreano, lo que llevó a los vecinos a llamar a la policía. La mujer reveló que el personal estaba atado y amordazado, los policías llamaron a la puerta para investigar, pero fueron recibidos por un hombre que les dijo que todo estaba bien.
Poco después, dos coches salieron del recinto a gran velocidad, uno de los cuales llevaba secuestrado al hombre que había abierto la puerta. La policía no entró en el edificio, pero el personal se marchó poco después del incidente.
El asalto a la embajada no fue un robo normal. Había ocho personas en la sede cuando el ataque tuvo lugar a las 3:00 p.m. hora local. Los ataron, les pusieron bolsas en la cabeza y algunos fueron interrogados.
La operación estaba perfectamente planificada, como si se tratara de una “célula militar”. Los atacantes sabían lo que buscaban y se llevaron sólo ordenadores y teléfonos móviles.
La CIA organizó el ataque, según la policía española y el Centro Nacional de Inteligencia.
Al menos dos de los diez atacantes que irrumpieron en la embajada e interrogaron al personal diplomático han sido identificados y tienen vínculos con el servicio secreto estadounidense.
La intervención de la CIA es una obviedad. Pero la cuestión fundamental es: ¿por qué?.
El propósito era obtener información sobre Kim Hyok Chol, el antiguo embajador de Corea del norte en España.
Kim Hyok Chol fue embajador en España hasta septiembre de 2017, cuando el gobierno español lo expulsó a él y a otro diplomático tras los ensayos nucleares de Pyongyang y los lanzamientos de misiles.
Kim Hyok Chol encabezó la delegación norcoreana en las recientes negociaciones de Estados Unidos con Corea de norte. Es un diplomático de carrera que en vísperas de la cumbre del 27 y 28 de febrero, se reunió con su homólogo estadounidense Stephen Biegun para sentar las bases de la reunión.
Entonces todos empezaron a preguntar: ¿quién es Kim Hyok Chol? Es fácil: alguien al que expulsan de Madrid pero escuchan en Washington. Las fotos difundidas por Channel A News, un canal de televisión de Corea del sur, le muestra en la Casa Blanca sentado frente a Trump en enero.
Obviamente, la CIA también trataba de capturar los códigos de cifrado de las comunicaciones diplomáticas de Corea del norte. Por eso se llevaron el equipo informático y los teléfonos móviles del personal.
La mayoría de los asaltantes de la embajada, de los que se han identificado a dos, eran coreanos del sur conocidos por su pertenencia a la CIA.
Uno de los aspectos más oscuros del asalto fue el interrogatorio al que el jefe del comando, que se autodenominó “Empresario”, sometió al Encargado de Negocios, que encabezaba la delegación diplomática desde la expulsión del embajador.
El “Empresario” separó al diplomático del resto de los rehenes y se encerró a solas con él.
El asalto a una embajada extranjera en un tercer país es un serio atentado terrorista sobre el que parece haber un pacto de silencio como sobre todo lo que ocurre con Corea del norte. Hay que esperar que otros países del Eje del Mal adviertan al gobierno de Madrid sobre este tipo de atentados, que se pueden repetir.
La CIA no puede tener impunidad en todas partes. En 2005, un tribunal italiano ordenó la detención de 18 agentes de la CIA que secuestraron a un imán en las calles de Milán para torturarlo en Egipto y en otros lugares.
https://www.moonofalabama.org/2019/03/who-ordered-the-cia-to-raid-north-koreas-embassy-in-spain.html
Por qué la CIA asaltó la embajada de Corea del norte en Madrid