Los físicos han sospechado durante mucho tiempo que la mecánica cuántica permite que dos observadores experimenten realidades diferentes y conflictivas. Ahora esta suposición ha quedado demostrada.
Imagen ilustrativa
Pixabay.com / geralt
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Según un estudio publicado en el portal ArXiv, físicos de la Universidad Heriot-Watt (Reino Unido) demostraron por primera vez cómo dos personas pueden experimentar realidades diferentes, y lo hicieron recreando en la práctica un experimento teórico de física cuántica.
En 1961, el físico Eugene Wigner, ganador del Premio Nobel dos años después, describió un experimento mental que mostraba cómo la extraña naturaleza del universo permite que dos observadores, por ejemplo, ‘Wigner’ y ‘los amigos de Wigner’, experimenten realidades distintas.
El experimento involucró a dos personas que observaron el mismo fotón, la unidad cuantitativa más pequeña de luz, que en diferentes condiciones puede existir tanto en forma de polarización horizontal como vertical. Un fotón puede existir en uno de estos dos estados, pero hasta que no hayan sido polarizados —es decir, observados—, se encuentran en ‘superposición’, es decir, un estado en el que ambas condiciones se cumplen al mismo tiempo.
El experimento mental descrito por Wigner consiste en que un científico analice con calma el fotón y determine su posición. Otro científico, desconocedor de la medición de su colega, es capaz de confirmar que el fotón (y, por lo tanto, la medición del primer científico) aún existe en una superposición cuántica de todos los resultados posibles.
Como resultado, cada científico está en su propia realidad. Y, técnicamente, ambos tienen razón, incluso si no están de acuerdo el uno con el otro.
Para dar vida a este experimento teórico, se tomó un láser con un sistema de separación de haz y una serie de seis fotones que anteriormente fueron medidos por varios dispositivos que sustituían a los dos científicos humanos del experimento imaginado por Wigner. Según la página web del Instituto Tecnológico de Massachusetts, el desarrollo de una instalación de este tipo ya se había llevado a cabo anteriormente, pero esta fue la primera vez que se logró realizar el experimento hasta el final.
Utilizando estos seis fotones se crearon dos realidades alternativas: una que representa a ‘Wigner’ y otra que representa a ‘los amigos de Wigner’. ‘Los amigos de Wigner’ midieron la polarización de un fotón y almacenaron el resultado. Luego ‘Wigner’ realizó una medición de interferencia para determinar si la medición y el fotón estaban en superposición.
El experimento produjo un resultado inequívoco. Resultó que ambas realidades pueden coexistir aunque produzcan resultados irreconciliables, tal como lo predijo Wigner.
«Eso plantea algunas preguntas fascinantes que obligan a los físicos a reconsiderar la naturaleza de la realidad», indicaron los científicos del MIT.
https://www.periodicoelnuevomundo.com/2019/04/cada-persona-tiene-su-propia-realidad.html
Si los físicos hubieran leído algo sobre solipsismo, pudiera ser que se asombraran al darse cuenta que hace milenios que algunos filósofos conocen esta posibilidad.
Tú lo has dicho, hermano.
Mucho me temo que en todo este barullo del análisis ontológico de la tan cacareada ‘realidad objetiva’ como tal, la palabra clave va a ser justa y precisamente esa:
‘SOLIPSISMO’.
Y ciertamente, resulta dramático enfrentar semejante posibilidad, una vez deduciendo mediante la pura y dura praxis más verificable… hasta qué punto puede ser el verdadero sistema operativo de las cosas; esto es: Las leyes que rigen los fenómenos y la ultimísima esencia de las entidades que interactúan alrededor de los campos energéticos y de movimiento y cambio que circunscriben la percepción de todo observador individualizado en su caparazón orgánico, con mayor o menor grado de patología de amnesia.
Como también bien dices… sobre el asunto se sabe ya hace mucho: No va a haber 7000 millones de consciencias sesgadas en cada uno de los 7000 millones de organismos humanos dispuestos en el suelo terrestre; en realidad de lo que se trataría es de UN SOLO vector dinámico de consciencia repartido en distintas proporciones en todas y cada una de sus sub-divisiones ilusoriamente separadas entre sí.
Nada nuevo bajo el Sol, pues.
¡Gracias!