Según un estudio elaborado por el comparador Acierto con motivo del Día del Trabajo, sólo uno de cada cinco españoles recurre a este organismo, mientras que un 60% utiliza portales digitales específicos, un 4,5% usa también redes sociales y un 9% opta por ir presencialmente a entregar su curriculum a la empresa en la que quiere que le contraten. A pesar de que sólo un 26,5% piensa en el Estado para intentar  salir del paro, el SEPE cuenta con esa cuantiosa partida para llevar a cabo una política activa de empleo.

En concreto, en 2018 se destinaron 3.374 millones de euros para fomentar y gestionar el empleo, un 0,7% más que en 2017. De esos, 1.936 millones fueron a financiar las bonificaciones a la contratación, 415 millones fueron a oportunidades de empleo, 319 millones financiaron actuaciones de orientación profesional, 161 millones se destinaron al fomento de agencias de colocación y 75 a recualificación profesional de personas que han agotado su prestación por desempleo.

Además de esos 3.374 millones, se destinan 2.331 millones a la formación profesional para el empleo, cuyo objetivo es «impulsar una formación que contribuya a mejorar su cualificación y la competitividad de las empresas».

Estos créditos se reparten de la siguiente manera: 792 millones para formación de desempleados, 1.096 millones para formar a ocupados, 278 millones a oportunidades de empleo y formación, y 118 millones de euros a flexibilidad (formación y recualificación).

Estas mismas cantidades se utilizarán en 2019, al haberse prorrogado los Presupuestos Generales del Estado de 2018 en los que vienen desglosadas estas partidas.

La partida que destina el Gobierno a fomentar el empleo se redujo durante la recuperación (pasó de 7.751 millones de euros en 2010 a 3.772 millones en 2013), pero a partir de 2014 empezó a aumentar de nuevo hasta llegar al nivel actual.

¿Por qué un 60% busca empleo?

Según el estudio de Acierto, los motivos principales por los que un número tan elevado de españoles busca empleo son su insatisfacción con el salario que reciben, con su proyección en la empresa o con el poco reconocimiento que reciben por parte de sus jefes o superiores.

«Sólo 3 de cada 10 españoles está satisfecho con lo que cobra. Un perfil que responde al de hombre entre 40 y 45 años con estudios superiores, que precisamente son los que más cobran. La brecha salarial entre ellos y ellas también hace que las mujeres se encuentren más insatisfechas», señala el informe.

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