La luz azul del mar puede reducir los índices de ansiedad y depresión. Este color no fue solo el favorito de muchos pintores y artistas, sino que nuestro cerebro experimenta un gran equilibrio al entrar en contacto con él.
El efecto del color azul en nuestro cerebro es más significativo quizás de lo que podamos creer. Es la luz que orla nuestros cielos, el que mece nuestros mares y océanos y esa tonalidad que tanto abunda en el mundo del marketingy publicidad. El azul no solo tiene un efecto relajante, es más, diversos estudios llegan a concluir que puede mejorar nuestra salud física y psicológica.
Pablo Picasso solía decir que los colores son el reflejo de nuestras emociones impresas en la naturaleza. No iba mal encaminado. La psicología del color nos ofrece cada poco tiempo interesantes datos sobre cómo el impacto de las tonalidades que nos envuelven sortean a veces los factores culturales.
En este sentido, los trabajos de los investigadores Andrew Elliot y Markus Maier son todo un referente. En ellos nos demuestran no solo que se alzan como una valiosa herramienta de comunicación. Además, algunos, como pueden ser el rojo y el azul, pueden cambiar nuestro estado de ánimo, elevar o disminuir la presión arterial, cambiar nuestro metabolismo o incluso producir fatiga visual. Veamos más datos a continuación.
«No hay azul sin amarillo y sin naranja».
-Vincent Van Gogh-
El efecto del color azul cambia nuestro cerebro
Existen cerca de 111 tonos de azul. Entre ellos, podemos encontrar desde el azul Chagall hasta el azul Vermeer. El pintor Yves Klein, representante del movimiento neodadaísta, elaboró una tonalidad propia de azul a la que dio nombre para pintar obras en las que utilizar en exclusiva esta tonalidad. Se dice también, que el color más caro de todos los tiempos era el azul ultramarino, porque estaba elaborado a base de lapislázuli.
El azul ha fascinado desde siempre a la comunidad artística por un hecho muy concreto: por el impacto que origina en el ser humano. Vasili Kandisky, por ejemplo, solía decir que cuanto más profundo fuera el azul en un lienzo, más invitaba al que lo contemplara a pensar en el infinito. Es ese color parece provocar en nosotros un extraño anhelo donde habita la pureza y la sensibilidad.
Ahora bien, ¿qué nos dice la ciencia al respecto? ¿Es verdad que el color azul puede variar nuestro estado de ánimo?
La psicología del color azul
Uno de los trabajos más interesantes para comprender el impacto de los colores es sin duda el libro de Eva Heller: Psicología del color, cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón. En él, y gracias a sus elaborados estudios, deduce los siguientes datos sobre el color azul:
- El azul es el color favorito de la población.
- Es un color que se interpreta como no amenazante, relajante y sereno.
- En publicidad es uno de los más utilizados porque induce en el usuario o comprador tranquilidad, confianza y seguridad.
- Ahora bien, en ocasiones el azul también puede crear sentimientos de tristeza o distanciamiento.
- El colo azul se usa para decorar espacios de trabajo porque según diversas investigaciones, mejora la creatividad y la productividad.
Los beneficios del color azul para la salud están en la naturaleza
En los últimos años están surgiendo estudios con gran evidencia científica que nos invitan a tener en cuenta una valiosa información. El efecto del color azul puede reducir el impacto de los procesos depresivos. Los psicólogos Joanne K. Garrett y Mathew P. White, de la Universidad de Medicina de Universidad de Exeter, en Reino Unido, realizaron una investigación junto a diversas universidades de Hong Kong para descubrir lo siguiente:
- Las personas que visitaban de manera frecuente espacios naturales donde la luz azul es más intensa (mar, lagos, ríos donde el cielo se refleja en el agua, etc) mostraban una mayor salud mental.
- Asimismo, los índices de depresión se reducen en caso de que las personas frecuenten de manera continua estos escenarios.
- Por otro lado, otros estudios como los llevados a cabo en el Trinity College de Dublín, en Irlanda concluyen con estos mismos datos. Es más, este trabajo demostró cómo las vistas del mar se asocian con menores índices de depresión en ancianos.
Por último, existe otro dato no menos importante que nos señala algo interesante. Los índices de estrés y ansiedad se reducen también de manera significativa, cuando compartimos tiempo con personas a las que queremos en estos espacios naturales donde el color azul está presente. Así, algo tan sencillo como un paseo por la playa con nuestra pareja, hijos o amigos, se alza como un ejercicio tan catártico como beneficioso.
Conclusión
Rafael Alberti dedicó un poema al color azul. Alabó su tonalidad en el mar Mediterráneo, lo describió como esa tonalidad que adoraban los griegos y el que veneraron los pintores en la edad media dándole a las vírgenes en sus mantos ese color celestial y hasta divino.
El efecto del color azul es inmenso, profundo y evocador. Nuestro planeta, al que llamamos Tierra, alberga en realidad, mayor cantidad de agua, de ahí que a lo lejos y suspendido en la infinitud cósmica, sea ese insignificante peromaravilloso puntito azul que describía Carl Sagan en sus programas.
El azul es catártico, relajante y sanador. Por tanto, no evitemos abrazarnos a él, dejar que su luz nos acaricie de manera frecuente ahí donde suele habitar: en mares, playas, lagos, ríos y otros escenarios donde la naturaleza sigue vibrando en equilibrio.
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