«La historia del ser humano es la historia de las religiones», dijo Max Müller, uno de los grandes filólogos y eruditos de las religiones, traductor de los Vedas. En gran medida, el impulso religioso ha sido el impulso civilizatorio, de tal manera que para filósofos alemanes como Hegel y Schelling la difusión de la cultura humana era vista como una expansión del espíritu, un proceso de espiritualización de la realidad. Hoy en día la religión no goza del mismo prestigio, pero de todas maneras las religiones subyacen como fuentes de costumbres, ideas y modos de concebir la realidad en la gran mayoría de los movimientos sociales y políticos.
El World Religion Database compila desde hace algunos años un censo religioso del mundo, ofreciendo cifras sumamente interesantes para el análisis. En las siguientes estadísticas podemos ver los cambios en la concentración de las religiones más importantes del mundo en 100 años:
- Cristianismo 1910: 34.8%, 2010: 32.8% (% total de la población)
- Islam 1910: 12.6%, 2010: 22.5%
- Hinduismo 1910: 12.7%, 2010: 13.8%
- Agnosticismo 1910: 0.2%, 2010: 9.8%
- Religión tradicional china 1910: 22.2%, 2010: 6.3%
- Budismo 1910: 7.9%, 2010: 8%
El cambio más radical puede observarse en la religión indígena china o el shenismo, en el cual se mezclan el taoísmo, el budismo, el confucianismo y una capa de creencias y costumbres chamánicas o espiritistas. Esta religión se ha visto erradicada por el maoísmo y sus políticas antirreligiosas.
Se debe agregar que según datos más actuales, en 2015 el islam ya suponía más del 24% de la población mundial, y algunas personas creen que en un par de décadas se convertirá en la principal religión del mundo. El World Religion Database no incluye la denominación «ateísmo» (asumimos que se traslapa en este caso con el «agnosticismo»), una de las creencias que más están creciendo en el mundo, junto con otra muy particular que ocurre en Estados Unidos y algunos países europeos: las personas que se identifican como «espirituales pero no religiosas».
Según el Pew Research Center, en 2012 el 19% de la población de Estados Unidos se identificó como «espiritual pero no religioso» y en 2017 el 27% de la población se describió a sí misma de esta manera. Esto sugiere una clara tendencia en sociedades occidentales a distanciarse de la religión, en ocasiones queriendo mantener una cierta postura o inquietud en torno a la espiritualidad, manifestando su individualismo, sin pertenecer a ningún grupo organizado, más allá de cosas como ir ocasionalmente a un centro de meditación, consultar a un astrólogo o un tarotista, usar cuarzos mágico o algún tipo de droga psicodélica.
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