El Gobierno ha incrementado los controles de emisiones radioeléctricas de las antenas móviles ante la llegada del 5G. Hasta el momento se realizaba un único estudio anual de emisión de ondas electromagnéticas, pero a partir de ahora la periodicidad pasa a reducirse a cada tres meses, según ha podido saber Vozpópuli.
«Siguiendo un principio de prudencia y con vistas a los despliegues de redes 5G, recientemente hemos incrementado la periodicidad, de anual a trimestral, de los controles, con el fin de proporcionar mayor seguridad y garantía del cumplimiento de los límites establecidos por ley», aseguran fuentes de la Secretaría de Estado para el Avance Digital (SEAD), órgano dependiente del Ministerio de Economía.
El Gobierno publicaba cada doce meses un informe con los niveles de emisión e impacto en el ciudadano de las antenas de telefonía móvil de Telefónica, Orange, Vodafone yMásMóvil. El estudio correspondiente a 2018 desvela que la exposición de los españoles a las ondas electromagnéticas está muy por debajo de lo pautado por laOrganización Mundial de la Salud (OMS). El Gobierno establece el límite en base a lo recomendado por este organismo. Dicho límite fue revisado durante la redacción del Código Europeo de Telecomunicaciones aprobado en noviembre de 2018, una Directiva que ya contemplaba el futuro despliegue del 5G. La normativa está en proceso de trasposición al marco legal español tras decidirse que era válido.
Está previsto que la llegada del 5G dispare el número de elementos deemisión de señal radioeléctrica (la consultora Gartner habla de 20.000 millones de objetos conectados el año que viene) para el desarrollo de Internet de las Cosas. Se trata de un nuevo ecosistema que permitirá a los objetos conectarse de forma autónoma a la red y enviar y recibir información, así como realizar acciones concretas en base a sensores.
Los exposímetros son aparatos que se colocan sobre una persona durante 24 horas. Miden la radiación recibida cada diez segundos. Con un solo voluntario se registran más de 1,2 millones de datos
El estudio gubernamental de exposición radioeléctrica correspondiente a 2018 refleja que «después de las 1.959.472 mediciones realizadas en zonas donde suelen permanecer las personas, se resuelve que los niveles de exposición radioeléctrica derivados de los servicios de radiocomunicaciones, y detallados en este informe, son significativamente más bajos que los límites de exposición establecidos para la protección sanitaria de las personas». Además, desde la SEAD apuntan que se realizan «mediciones y controles exhaustivos antes, durante y después de los despliegues de infraestructuras de red».
El estudio recoge mediciones elaboradas sobre las estaciones de radiocomunicación autorizadas e instaladas por los operadores de telecomunicaciones. Se trata de infraestructuras que deben contar con una serie de certificaciones. Son marchamos puestos a prueba a través de mediciones regulares por parte de la Secretaría de Estado para el Avance Digital.
El estudio también recoge las consultas de terceros, como Administraciones Públicas, Instituciones Públicas o particulares. «Estas peticiones pueden ser tanto de información (consultas generales, reclamaciones o solicitudes de información concreta) como de inspección o comprobación (fundamentalmente la realización de medidas)», remarca el informe de 2018.
El Defensor del pueblo
El Defensor del Pueblo ha recibido quejas, consultas y observaciones sobre el plan Nacional 5G, la hoja de ruta para la expansión de esta tecnología. Esta figura recomienda, tras estudiar las demandas de asociaciones y particulares, tener en cuenta lo siguiente para el desarrollo de las nuevas redes de telecomunicaciones:
- Elaborar, conjuntamente con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social el proyecto de reglamento por el que debe regularse la Comisión Interministerial sobre Radiofrecuencias y Salud y, tras cumplimentar los trámites preceptivos, elevarlo al Consejo de Ministros para su aprobación.
- Someter a consulta de la comisión la forma de proceder respecto a la aplicación del principio de precaución en el desarrollo de proyectos que impliquen el uso de la banda de 26 GHz, en tanto no se determinen los límites seguros de exposición a emisiones radioeléctricas exigibles para dicha frecuencia.
- Someter los planes y proyectos en materia de telecomunicaciones a evaluación ambiental estratégica y evaluación de impacto ambiental respectivamente, cuando reúnan los requisitos establecidos en la Ley 21/2013 de evaluación ambiental.
Unas demandas a las que se suma AVAATE (Asociación Vallisoletana de Afectados por las Antenas de Telecomunicaciones), ente que defiende que las antenas de telecomunicaciones son nocivas para la salud.
Angel Bayón, presidente de AVAATE y miembro de Ecologistas en Acción,cuestiona a la OMS. «Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la contaminación electromagnética están muy cuestionadas a nivel mundial. Hay 26.000 estudios científicos que así lo atesoran, pero no se les da difusión porque todo es un negocio y los medios de comunicación están comprados. Sólo se tienen en cuenta los efectos térmicos de las antenas, no se valoran los efectos biológicos. El movimiento alrededor de este tema es quizá el más grande de los que existe en la actualidad a nivel mundial. Tenemos que poner la salud por delante».
La comunidad científica
Una opinión en los antípodas de lo que declara Alberto Nájera, profesor de radiología y medicina física en la Universidad de Castilla-La Mancha. Su campo de investigación es la exposición de los humanos a la radiación de móviles y antenas.
Nájera lanza un mensaje de tranquilidad. «Realizamos mediciones con exposímetros que luego se comparan con otros estudios similares realizados en toda Europa. Los valores de exposición de los españoles a las radiaciones están muy por debajo de lo pautado por la OMS. Por poner un ejemplo, sería como ir a 12 metros por hora por una autopista cuyo máximo de velocidad está fijado a un máximo de 120 Km/h. Es irrisorio. Tenemos que transmitir tranquilidad. Hay que acabar con las teorías de la conspiración en torno al 5G. A mí nadie me paga por hacer estos informes, y la realidad es que la exposición a las ondas electromagnéticas no supone ningún riesgo».
Los exposímetros se colocan sobre una persona durante 24 horas. Miden la radiación recibida cada diez segundos. «Arrojan 86.400 medidas al día. Calibrarlos cuesta 2.500 euros y con un sólo voluntario registramos más de 1,2 millones de datos», explica Nájera.
En Europa hay casi una veintena de científicos que realizan este tipo de mediciones, de los cuales cuatro de ellos se encuentran en España (en Madrid, Bilbao y Barcelona). Nájera incide en la teoría de la conspiración. «Sucedió lo mismo con el 2G, el 3G y el 4G, tecnologías inocuas en términos de radiación pero a las que algunos culparon de ser nocivas para la salud; cuando no hay más lejos de la realidad».