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Cada vez que enfrentamos lo que llamamos un fin de año y un comienzo de otro, hay una revisión del pasado y un anhelo de cambio y renacer para el nuevo tramo.
Puede ser una oportunidad de despertar…de despertar a lo que Somos, y despertar a seguir interpretando el papel humano CONSCIENTES de la Unidad Espiritual que constituimos.
Este permanecer cada vez más alertas nos ayuda a recordar que es ilusorio el tiempo lineal, ese en el que nacemos y aparentemente avanzamos hacia “adelante”. A su vez, ese recordar nos hace no caer en la trampa de lo que suele llamarse…”vivir en modo de espera”.
Esperar algo futuro, idealizado, posiblemente mejor y más brillante, como si el AQUÍ Y AHORA, que es lo único cierto, no fuera suficiente. Por eso la palabra “esperanza” debiera borrarse de nuestro paquete humano. Y es que ESPERANZA…lleva a esperar y eso es un escapismo propiciado por el ego, que se columpia entre el pasado y el futuro tejiendo ilusorias redes ilegítimas y separatistas.
Sería iluminador preguntarnos ¿Qué estamos esperando?
No hay nada que esperar.
Este momento que vivimos está completo…el guion de nuestro personaje está escrito. Solo cómo interpretamos el guion queda por manifestarse en la ilusión del tiempo. Y ante lo efímero del tiempo, no esperar nada y VIVIR el presente es la mejor resolución de un final de ciclo.
Todo lo que necesitamos y ansiamos, está aquí, siempre disponible. En el corazón de nuestra experiencia presente.
Sin escaparnos por la línea del tiempo tejiendo “esperanzas” que son fuegos fatuos, sin historias ni juicios, sin creencias limitantes, sin apegos a conocimientos que hasta AHORA han llevado el sello de VERDADEROS y ante los cuales podemos abrir un signo de interrogación y hasta un humilde pero poderoso…NO SÉ.
La Vida no espera nada…SOLO ES. No busca completitud…ES UNA.
Es aceptada, amada y abrazada en su misma esencia por el Espíritu en que SOMOS.
Eso significa que a pesar de los calendarios humanos, podemos dejar de huir en el tiempo, perdiéndonos el PRESENTE.
Aun así, desde la temporal dualidad que nos sigue regalando años nuevos, también podemos no esperar nada, no proponernos nada, saltar fuera de las historias que tejimos y darnos la oportunidad de un nuevo nacimiento…como salir del útero eterno, vacíos y abiertos, para permitir que la Vida Una nos viva INCONDICINALMENTE…como lo que somos AMOR.
Podemos ir más allá de unos deseos de año nuevo y convertirnos en HACEDORES DE MILAGROS
El Milagro que todo lo incluye requiere soltarnos de las garras de la SEPARATIVIDAD…para percibir desde la Unicidad esencial…LO QUE ES REAL.
Gozoso Renacer!
Tahíta
http://elblogdetahita.blogspot.com/2020/01/nueva-oportunidad.html