El presidente Macron aceptó retirar la edad fija de jubilación a los 64 años que era una de las principales demandas de los huelguistas que paralizan Francia desde hace 39 días. Pero pretende mantener el resto del paquete de medidas contra el derecho a la jubilación.
El primer ministro francés, Edouard Philippe, ha remitido una carta a los sindicatos en la que les informa de la retirada de la edad fija de jubilación a los 64 años. Esta medida estaba incluida en el proyecto de reforma de las pensiones que ha provocado una huelga general indefinida que cumple ya 39 días.
Edouard Philippe señala en su escrito que el Gobierno está «dispuesto a retirar temporalmente» esta edad fija, una de las demandas clave de los sindicatos, al tiempo que reitera que en cualquier caso la «voluntad del Gobierno de construir un sistema de pensiones universal».
La medida del primer ministro trata de romper una relación de poder entre los sindicatos moderados de la CFDT, que exige la retirada de la edad mínima a los 64 años, y la CGT, que exige la retirada completa de toda la reforma jubilatoria.
El principal sindicato opositor, la CGT, advirtió rápidamente que seguía «más resuelta que nunca» para lograr la retirada total del proyecto, mientras que la CFDT se declaró dispuesta a seguir negociando tras la retirada de esa edad mínima.
De todas formas, todos los sindicatos volvieron a convocar a una nueva manifestación el próximo jueves 16 de enero.
Continúan las movilizaciones
Las movilizaciones convocadas para hoy sábado han discurrido por el centro de la capital, entre la plaza de la Nación y la plaza de la República con unos 150.000 manifestantes. Hasta siete personas han sido detenidas en los disturbios posteriores a la manifestación, según la Prefectura de la Policía parisina. Los agentes han empleado gas lacrimógeno.
También ha habido manifestaciones en Marsella, Toulouse, Lyon y Nantes. En esta última se han producido incidentes entre manifestantes y policías, que han empleado cañones de agua delante de la sede de la Prefectura.
Y ahora qué?
Tras la primera victoria que supone la retirada del anuncio gubernamental, el reto para el movimiento huelguístico es sostener y extender la lucha hasta la retirada total del proyecto de Macron, frente a los intentos de división y debilitamiento del movimiento que el gobierno pretende conseguir apoyándose en las direcciones sindicales moderadas para sacar adelante, aunque sea parcialmente, su proyecto.
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