-Hace ya 14 años que un águila solitaria celebra el Año Nuevo desde un rincón perdido en los montes de Viniegra de Abajo.
Es Sergio Barbero, un madrileño que llegó a la Ermita de San Millán, en las faldas del Urbión y se quedó para siempre:
*cuando llegué ocurrió algo, dije:
este es el lugar*.
Después de muchos inviernos allí, el último temporal que azotó La Rioja le puso al límite como nunca antes había visto.
De hecho, pasó los primeros días de 2020 terminando las labores de retejar y hormigonar *la fortaleza de Urbionalia*, el refugio de montaña en el que vive.
*Yo fui siempre aquel que saltó ante una injusticia, ante un desprecio, ante una manipulación*, se describe.
Sin embargo, no fue hasta la tragedia del Prestige cuando Sergio lo dejó todo.
Cogió su mochila y se fue un mes como voluntario.
Volvió a Madrid convencido de que tenía que seguir la labor y organizó una marcha de Madrid a Santiago con el objetivo de concienciar sobre la protección de la Naturaleza.
Nunca más volvería a su vida anterior y después de algunas vueltas, llegó a La Rioja y se enamoró de las Viniegras.
Al llegar al refugio supo que era el lugar para quedarse.
Pronto lo bautizó como Paraíso Urbión, el mismo nombre que tiene el blog en el que narra su día a día y en el que comparte un podcast para hablar de su vida y sus valores.
Desde hace no muchos años, una pequeña radio y un smartphone le mantienen conectado al mundo, al que últimamente baja poco.
Al principio, daba algunas conferencias e incluso escribió un libro de poemas pero ahora lleva 14 meses sin ni siquiera ir al pueblo más cercano.
Sus días transcurren con tranquilidad y todavía más en estas fechas frías:
*cuando el invierno aprieta, le saludo desde la ventana y me dedico a leer y a hacer introspección sin salir del refugio*.
Su huerta le da el alimento que necesita y también recibe víveres de sus visitas:
*de cada 10 personas que pasan por aquí, 7 vienen a conocerme*.
A cambio, su hogar es un campo base que no ha tenido nunca cerradura:
*aquí la gente sabe que tiene un apoyo logístico, un botiquín, un teléfono, víveres…*.
Sergio Barbero comienza un año nuevo alejado de todo aunque, como canta en una canción de su blog,:
*me da igual, no tenga fechas ni calendario.
No tengo reloj, yo marco mi horario.
Yo solo quiero ser, puedo ser yo*, dice rotundo el Águila Solitaria del Urbión.
https://tiemposllegados.blogspot.com/2020/01/en-la-piel-del-otro-esta-uno-mismo.html