El esfuerzo por el logro espiritual al tiempo que se excluye la dimensión personal de la vida, a menudo es un gran error en el camino de la indagación espiritual. Ignorar las contracciones psicológicas no resueltas es un peligro que con frecuencia se pasa por alto en el proceso del despertar.
Por supuesto, para algunos, el despertar ocurre espontáneamente incluso cuando no se han enfrentado las contracciones psicológicas. Podemos llamar a esto «gracia» y puede haber una sensación de ser «bendecido». Pero no necesariamente hace que desaparezcan los problemas personales. Principalmente la vida continúa en la misma rutina, y esto está bien si hay una profunda aceptación de este hecho y no se espera que cambie alguna expresión particular de lo que se experimenta como «mi vida». Sin embargo, lo que sucede con demasiada frecuencia es que se niega algún bloqueo interno. Y esto evita una entrega más profunda que es parte de la maduración del despertar a medida que se incorpora en la vida cotidiana.
Al repudiar las partes de nosotros mismos que creemos que son inaceptables o no están iluminadas, son arrojadas al saco de las sombras. Y cuando estas fuerzas internas inconscientes permanecen sin ser reconocidas o no examinadas, inevitablemente toman posesión de la paz prístina del estado despierto incondicionado y causan estragos en nuestro entorno interno y externo, revelándose a menudo de manera distorsionada y catastrófica. El colapso mental y emocional es un síntoma de esto, al igual que las luchas de poder, las relaciones sexuales inapropiadas e incluso abusivas, y la codicia oculta o la corrupción que sale a la superficie en muchas comunidades espirituales. Estas fuerzas inconscientes no son necesariamente malévolas, pero se vuelven problemáticas porque han sido apartadas por mucho tiempo. Y dado que cada energía anhela volver a casa, ser amada, ser abrazada, llama a la puerta, y si no es vista realmente en la luz de la verdad, la derriba.
Si no ha habido una apertura honesta a todas las contracciones psicológicas, la división interna continuará incluso si nos hemos despertado. Esto es especialmente así en la etapa inicial del despertar, cuando el ego oscurece y se apropia fácilmente de las energías suprimidas. Si esta identificación sutil con el estado despierto permanece oculta, la plena integración del despertar en la vida cotidiana, a medida que desciende de la mente al corazón y al cuerpo, se ve obstaculizada. Incluso el Buda tuvo que sentarse debajo del árbol Bodhi, inmóvil, mientras que Mara, el Señor de la Oscuridad, lo tentó con deseos y lo atormentó con miedos antes de que la iluminación se convirtiera en su realidad viva. E incluso Jesús tuvo que encontrarse con sus demonios en el desierto antes de poder permanecer permanentemente en la luz del verdadero despertar espiritual.
La incorporación del despertar requiere una curación de la división interna y esto es más probable que ocurra si las contracciones cuerpo-mente se ven y se disuelven por completo. Aquí, el trabajo psicológico puede ser un gran apoyo. El despertar no tiene que ver con la superación personal; tiene que ver con la investigación inteligente de dinámicas internas ocultas que de otro modo podrían permanecer inaccesibles. Y si bien el despertar puede ocurrir en cualquier momento, no necesariamente corrige las cosas en el reino humano ni cura ninguna herida que pueda mantenerse dentro del subconsciente. Parece ser necesario integrar la sombra, especialmente en la psique occidental. Donde existe una cultura dominante de disfunción y abuso que solidifica la creencia en el yo herido y las historias de victimización creadas por la mente, todavía existe un papel constructivo para la terapia ―cuando se basa en la conciencia― que puede facilitar el encuentro de sentimientos dolorosos que son habitualmente evitados. La ansiedad, la depresión, los traumas y las adicciones pueden ser invitados al lugar de encuentro de la psicología y la espiritualidad no-dual. Aquí, hay un permitir suave de todas las energías mientras se señala el espacio incondicionado de la conciencia en todas partes. Cuando el trauma o la supresión emocional son profundos, los bloqueos energéticos a menudo pueden liberarse más fácilmente a través del trabajo corporal dentro del mismo contexto de la conciencia. En el cuenco del amor, sin esperar ningún resultado particular, hay un desarrollo natural de la conciencia (awareness) despierta y una estabilización de la consciencia (consciousness) despierta.
La mayoría de las personas esperan que el despertar haga que todo el dolor desaparezca. Pero la sabiduría y la humildad para permitir apoyo donde se necesita apoyo, incluso después del despertar, es un gran apoyo en sí mismo. Esto es especialmente así cuando la personalidad y el sentido del yo reaparecen dentro de la consciencia despierta, y puede resultar en una decepción o confusión, y aún más si hay un trauma no resuelto o patrones adictivos y no se ha realizado ningún trabajo interno previo. Cuanto más claro es el recipiente, en otras palabras, cuanto más transparente es el vehículo de la personalidad, menos probable es que las densas contracciones energéticas se unan al reingresar a la realidad terrenal tridimensional.
Ya sea que el apoyo se presente en la forma de terapia, o de continuación de la práctica meditativa, o del reflejo de la conciencia incondicionada de un maestro espiritual o de una conversación sincera con un amigo, el factor importante es la voluntad de recibir con ternura todo lo que continúa revelándose, sentarse y regar el suelo y esperar, como un jardinero sabio, mientras el capullo del despertar se convierte en una flor.
Es la capacidad de estar completamente con lo que es, permitir que el ser mismo infunda los espacios más oscuros de adentro hacia afuera, lo que crea la totalidad auténtica que es un sello distintivo del despertar completo. El despertar no niega el pasado, la historia de nuestras vidas, los recuerdos, las decepciones, las angustias, los remordimientos e incluso lo que parecen experiencias de vidas pasadas. Todo esto puede ser aceptado en la conciencia del momento presente para que el pasado y el futuro se vean en el eterno ahora. Y en este profundo abrazo de lo que está aquí ahora, se nos da la oportunidad de ver que la luz es la naturaleza de la oscuridad.
Amoda Maa es una autora y maestra espiritual contemporánea. Para más información sobre Amoda y su enseñanza: www.amodamaa.com