El arte de estar conmigo

por Emma Vázquez 
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¿Sabes cuál es el mejor curso, taller, retiro, libro… para enseñarte a estar contigo? La VIDA. Una Vida que solemos rechazar sin tener en cuenta lo que nos está aportando. Sin ser conscientes de lo que hay más allá de la propia experiencia.

Queremos vivir «a lo grande», olvidando que lo pequeño también late con fuerza. Queremos lo que no tenemos, olvidando lo que YA está en nuestra mano. Queremos un mañana luchado, olvidando que la Paz sólo podemos encontrarla HOY.

Y así vamos caminando, sin percibir los pasos que damos. Mirando hacia abajo para no tropezarnos. O hacia arriba por si nos cae algo del cielo… ¿Y qué pasa con lo Presente? ¿Qué pasa con lo que mis oídos escuchan Ahora, con lo que mis manos acarician Ahora, con lo que mis labios saborean Ahora, con lo que mis ojos ven Ahora, con lo que mi Corazón siente Ahora?

Estamos más pendientes de lo que ocurrió ayer o de lo que ocurrirá mañana que de lo que está sucediendo en este Instante, que es lo único Real. El único lugar, el espacio, el HOGAR donde se halla la Verdad. Pero ni siquiera le prestamos atención porque nuestra mente está divagando por otros tiempos ficticios. Por otros sueños ilusorios. Por otros objetivos. Por otras metas. Por otros… por otros… que no son Lo que ES.

Estar con uno mismo se ha convertido en un Arte que pocos practican. Porque, para ello, deben atreverse a mirar de frente todos esos tiempos que aparecen y desaparecen a su antojo. Tiempos repletos de historias. Algunas de cuento de hadas. Otras «para no dormir»…

Con todas y cada una de ellas, necesitamos ESTAR. Y digo necesitar porque lo contrario es huir. Lo contrario es guerrear. Lo contrario es rechazar. Lo contrario es abandonar. Lo contrario es miedo. Lo contrario es no-amor. Lo contrario es no-paz.

Luchar contra uno mismo es una batalla perdida de antemano

Intentamos por todos los medios y miedos… cambiarnos, mejorarnos. Ya sea a golpes de exigencia o de bisturí. Y no estoy hablando de cuidarse. Hablo de no aceptar lo que soy en cada momento. Hablo de mirarme al espejo y darme asco, no de ir al gimnasio. Hablo de lo que pienso de mí, de cómo me trato y de cómo actúo en base a esas creencias.

La mayoría anhelan ser otra cosa de lo que son creyendo que cuando lo logren se sentirán mejor. Cuando la clave está en Amar cada cosa que eres (Aquí y Ahora) en lugar de pasarte la vida intentando ser lo que no eres (mañana).

Esforzarse por no ser uno mismo es agotador. Y ese esfuerzo constante, ese auto-rechazo, ese auto-abandono, está sostenido por una creencia que no es verdadera, pero que asumimos como tal en nuestra infancia. Ya sea por la educación que recibimos en casa o en el colegio o por tratarse de una imposición cultural.

Da igual de dónde viene. Lo importante es darse cuenta de lo absurdo que es ir en contra de mí porque en mi casa, en mi país, en mi religión, en mi espiritualidad, en mi moda… es lo que se dicta.

Actuamos, decidimos, como si no tuviéramos ni voz ni voto ni opción. Como si fuésemos esclavos de esa colectividad que es, a la vez, esclava de sí misma. Nos excusamos en nuestra época, en lo manipulados que estamos, para no asumir nuestra Responsabilidad. La Responsabilidad de Amarnos tal y como somos. La Responsabilidad de no poner más leña en el fuego. La Responsabilidad de no entrar al trapo ni de jugar a no ser libres.

Le echamos la culpa al machismo, al patriarcado, a los medios de comunicación, al sistema, a las redes sociales, pero somos nosotros, nosotras, las que decidimos ver lo que vemos, hacer lo que hacemos, estar con quien estamos, taparnos las arrugas, llenarnos la cara de botox, seguir dietas milagrosas, maquillarnos las canas, las tristezas, las inseguridades y las penas.

No nos atrevemos a ESTAR con nosotros mismos porque este Estar requiere total y absoluta desnudez e intimidad. A la Soledad le importa tres pimientos tu físico, tu inteligencia, tu cultura, tu edad, tu raza, tu cuenta corriente y tu estatus social. Para ella todos somos IGUALES. Y esa Igualdad quizás es la que no deseamos ver.

Ver que mis lágrimas mojan igual que las tuyas. Que mis heridas escuecen igual que las tuyas. Que mi vacío grita igual que el tuyo. Que no soy especial. Que no estoy subida a ningún altar. Que no estoy por encima de nadie. Ni tampoco por debajo. Que no soy ni víctima ni verdugo ni salvador. Que mi piel se estremece. Y que mis miedos también tiemblan, IGUAL que los tuyos.

Quizás nos dé pánico asumir que no somos nada de lo que creíamos ser. Quizás nos aterre congelarnos si nos quitamos nuestro disfraz. Quizás a lo único que temamos es a nosotros mismos. Y por eso nos silenciamos tanto. Nos ocultamos tanto. Nos agrupamos tanto. Para no Escuchar que nuestro enemigo no está fuera, sino dentro. Que somos nuestro único carcelero. Que nos insultamos. Nos maltratamos. Nos faltamos al respeto como nadie es capaz de hacerlo.

Quizás sólo nos dé miedo la Muerte. La muerte de una mentira que hemos creado desde que nacimos. Y que seguimos re-Creando día tras día.

¿Quieres ser Libre? Practica el Arte de estar contigo mismo. Para que COMPRENDAS que de lo único que te tienes que liberar es de «ti». Que ya eres Perfecto. Que TODO es perfecto. Y que es un sólo pensamiento que te crees el que te hace sentir que estás SEPARADO del resto. Que ERES otra cosa distinta al resto.

ÁMATE. Con tu vulnerabilidad, tu fortaleza, tu inseguridad, tu alegría, tu melancolía. Con tu perfume y con tu mierda. Con tus secretos, tus errores, tus fracasos, tus éxitos, tus desatinos, tus aciertos, tus vicios y tus adicciones. Con los abrazos que no te llegaron. Con los «te quiero» que se perdieron en el desierto y los besos que jamás te dieron.

ÁMATE así. Así de COMPLETA. Porque no existe otra forma de Amarse más que ésta.

© 2020, Emma Vázquez
https://www.nodualidad.info/colaboraciones/el-arte-de-estar-conmigo.html

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