En el sur de Asia, millones de budistas han encontrado sus propias estrategias para lidiar con el nuevo coronavirus. Hasta el momento –y seguramente por diversos factores– en esta zona del mundo se ha logrado evitar una expansión de la pandemia tal y como ha ocurrido en Europa.
Al respecto, un artículo publicado en el sitio The Conversation nota que los monjes y practicantes budistas de países como Tailandia, Malasia, Cambodia, Nepal y otros más, emplean estrategias que para algunos países resultan quizá supersticiosas y mágicas, contradiciendo de alguna manera la noción difundida de que el budismo es una religión racional, casi científica (lo cual es parte de la imagen que ha circulado a partir del llamado «modernismo budista»).
Vemos, por ejemplo, que en Tailandia, el segundo país con mayor cantidad de budistas en el mundo después de China, se ha propagado la tradición de repartir talismanes con bendiciones con fines apotropaicos, llamados takrut o también yant. Se trata de pequeños trozos de papel que contienen invocaciones y formas geométricas que, según se cree, eliminan o espantan espíritus negativos y a la vez atraen la bendición y protección de budas y deidades. En otros países se registran prácticas similares y el budismo lleva realizándolas desde hace más de dos mil años con los llamados «dharanis«.
En el caso del budismo tibetano, el cual es una forma tántrica de budismo, se utilizan siempre mantras y se hacen rituales para, a través de la compasión y la intercesión de deidades o bodhisattvas celestiales, proteger a los practicantes y en general a las personas que podrían estar afectadas por la enfermedad.
El Dalái Lama ha recomendado la recitación del mantra de Tara, la deidad asociada con la protección. Para practicantes más avanzados se recomienda realizar la sadhana de las veintiún Taras, las veintiún manifestaciones de la deidad femenina de la compasión.
Otras sectas budistas comparten imágenes protectoras en las redes sociales y diversos tipos de mantras e invocaciones. Y aunque esto puede ser visto como algo supersticioso e inefectivo por algunos, diversos estudios médicos han mostrado que los rituales y las experiencias que proveen sentido tienen efectos notables en la salud (lo cual la ciencia explica como una especie de efecto placebo).
Por otro lado, la mentalidad de la que emergen este tipo de prácticas es muy distinta, pues parten de una concepción del mundo en el que lo fundamental no es la materia sino la mente –o el karma (la acción intencional)– y, en algunas sectas budistas, la realidad misma se considera como vacía. Las mismas divinidades son vistas como manifestaciones que surgen de manera interdependiente de la mente de la persona y no como seres externos autoexistentes. En otras palabras, las deidades –como en última instancia también los seres humanos– son sólo procesos de karma (más positivo) con los que la persona virtuosamente conecta.
Cabe mencionar que además de este tipo de prácticas, el Dalái Lama también ha dicho en otros momentos de crisis que la oración no es suficiente, sino que se deben tomar medidas políticas y científicas.
https://pijamasurf.com/2020/05/como_se_protegen_los_budistas_de_la_covid-19_ritos_mantras_y_talismanes/
Otro que no quiere perder foco.