La actual crisis en Europa demuestra que la ambiciosa idea de una comunidad política y económicamente unida dejó solo un laberinto financiero que tiene atrapados a sus ciudadanos.
La fiesta del euro, comenzó con baile y termina en llanto
En 1951, seis países daban el primer paso para una alianza económica y política sin precedentes. Era el origen de la Unión Europea. Pero lo que entonces comenzaba como un grupo cohesionado para ayudarse mutuamente, ahora parece haberse convertido en un callejón sin salida para muchos de sus integrantes. La crisis económica ha creado un efecto dominó que amenaza con derribar a algunos de sus gobiernos.
“El hecho de que la crisis gubernamental en Italia y en Grecia no haya desembocado en elecciones deja claramente entrever que hay momentos en los que se prescinde de los ciudadanos”, indicó José Ignacio Torreblanca, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
El bienestar de los europeos ha pasado a un segundo plano. Salir de esta crisis no es fácil y las medidas a tomar son tan duras que ni sus responsables pueden contener las lágrimas al anunciarlas.
La ministra italiana de Trabajo explicó así el sacrificio que tendrá que hacer su país ante las severas reformas de las pensiones. Un plan de ajuste de 30.000 millones de euros (unos 40.000 dólares) es el precio que pagarán los italianos por una ‘dolce vita’. Y como Italia, Grecia también se ha visto obligada a aceptar un estricto plan de rescate económico a exigencias de la Unión Europea.
“Tenemos que darnos cuenta de que en el momento en el que vivimos los países del euro no tienen una política monetaria propia, ni una cambiaria porque no tienen monedas y la política fiscal se la han quitado los mercados”, dijo Gayle Allard, profesora de Economía del Instituto de Negocios.
Por ello, los parlamentos nacionales ya ni siquiera son libres de aprobar sus propios presupuestos porque incluyen gastos y deudas que tendrán que ser financiados y respaldados por el Banco Central Europeo.
Los países europeos sucumben a la crisis
Desde que la Unión Europea amenazó a Grecia con su expulsión de la eurozona surgió una duda: ¿qué mecanismos existen para abandonar esta alianza? Ahora es España la que se encuentra en el abismo financiero y hay quien comienza a cuestionar la eficiencia del sistema.
En la zona euro se comparte la moneda, pero no la responsabilidad sobre la deuda. Con cada país que sucumbe ante la crisis, la alianza necesita encontrar nuevas vías de acción para contener su arrastre a la espiral del endeudamiento.
“O te respaldo o te expulso, pero no puedo seguir manteniéndote en un limbo en el cual sufrimos al final todos. Y esa pequeña grieta que se abrió en Grecia se ha convertido en una brecha enorme por donde se vacía toda la eurozona”, indicó José Ignacio Torreblanca.
La eurozona y todos sus ciudadanos podrían estar presenciando el final del acomodado estilo de vida del que han disfrutado durante años.
“Realmente a lo que nos enfrentamos es a la posibilidad de que aquí el Estado de bienestar muera por los problemas del mercado laboral, por los cambios demográficos y por la falta de competitividad de algunas sociedades”, agregó Allard.
La buena salud de los 27 países de la zona euro depende de economías que se tambalean.
Algunas entraron siendo locomotoras financieras y han acabado en el último vagón de la Unión Europea. Un tren al que cada vez le cuesta más jalar a sus endeudados países.
Fuente: Rusia Today
Estamos atrapados, si.
Pero vamos a devolver la deuda si nos demuestra que el dinero que nos prestaron fue real.
Pueden?