Investigadores en estudios paleontológicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia lograron un hallazgo explorando una cueva en el estado de Zacatecas, en el centro de México, donde encontraron herramientas usadas por seres humanos hace 13.000 hasta 30.000 años, que serían los más antiguos descubiertos en el continente americano.
«Los nuevos descubrimientos aportan pruebas contundentes a la postura de que el poblamiento de América del Norte fue más antiguo de lo que se suponía hace apenas dos décadas», informó el INAH.
El notable hallazgo en la Cueva del Chiquihuite en la localidad Concepción del Oro, se suma a otras evidencias relevantes en las llamada Tierras Altas del sureño estado de Chiapas, en el centro de este país, y en cuevas inundadas de la costa caribeña, correspondientes al final de la época del Pleistoceno y al Holoceno Temprano, según la reseña del hallazgo publicado este 22 de julio en la revista científica Nature.
Los científicos describen sus rigurosos métodos de estudio en laboratorios de Dinamarca, Oxford en el Reino Unido y México, aplicados en muestras microscópicas de hueso, carbón y sedimentos.
En esas muestras «se conservaron polen y fitolitos, así como elementos químicos propios de la acción humana, los cuales llevaron a la obtención de datos cronológicos certeros, a partir de más de 50 fechas».
Se trata de 46 fechas establecidas por radiocarbono y seis por Luminiscencia Ópticamente Estimulada; datos genéticos, paleoambientales y químicos «que documentan entornos cambiantes donde habitaron hombres y mujeres desde hace 30,000 a 13,000 años».
La investigación multidisciplinaria encabezada por la Universidad Autónoma de Zacatecas (centro) sugiere que América del Norte estaba poco poblada, posiblemente, antes del llamado Último Máximo Glacial (LGM, en inglés), que ocurrió hace entre 18.000 a 27.000 años.
«Es decir que existieron grupos humanos anteriores a los Clovis, por mucho tiempo considerados los primeros pobladores de América, con 13.500 años de antigüedad», indican las conclusiones de los científicos.
Herramientas y artefactos
Los científicos describen el estudio de la lítica recuperada en la cueva, alrededor de 1.900 artefactos de piedra.
Explican que se trata de «una tradición cultural de trabajo de piedra desconocida, que perduró durante los casi 18.000 años de ocupación del sitio».
El autor principal del artículo es Ciprian Ardelean, y los tres investigadores del INAH son Joaquín Arroyo, el paleontólogo Alejandro López, e Irán Rivera, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Ardelean explica que por tratarse de lítica desconocida no significa algo extraordinario, pues la talla de piedra en los grupos cazadores-recolectores del periodo Pleistoceno es distinta, lo relevante es que los datos indican una diversidad cultural amplia de la gente que llegó a poblar Norteamérica.
«La propuesta del investigador advierte que cada grupo seguía sus rutas y enfrentaba el entorno con respuestas particulares y desarrollaba sus estilos propios», dice el informe científico.
Ardelean llegó al sitio después de un año de recorrer a pie y de manera sistemática kilómetros de sierra, en busca de evidencias humanas antiguas.
En 2010 alcanzó la Cueva del Chiquihuite, a 2.740 metros sobre el nivel medio del mar y, aproximadamente, 1.000 metros sobre el valle.
Los primeros vestigios los halló en 2012, en 2016 comenzó la primera temporada de campo, y a lleva cumplidas cuatro temporadas de campo.
«La cueva es de paredes grisáceas, tiene dos cámaras interconectadas, cada una de más de 50 metros de ancho, 15 metros de alto y un suelo inclinado repleto de estalagmitas», describen los investigadores.
Las puntas carbonatadas son las centinelas del pasado: «debajo de los espeleotemas uno pisa el periodo Pleistoceno», explica Ardelean.
Las herramientas más antiguas se alcanzaron a los tres metros de profundidad, pero en todas las capas se encontraron artefactos.
Los científicos clasificaron núcleos, lascas, cuchillas, restos de lascas modificadas o usadas, rascadores, puntas, azuelas y elementos puntiagudos formados por fractura de los bordes de la piedra caliza y láminas de calcita.
El 90% de las herramientas son de piedra caliza recristalizada, de colores verde y negruzco.
«La selectividad de material observada en la fabricación de herramientas, refleja un conocimiento de los valores de la piedra disponible, y la toma consciente de decisiones, de acuerdo a ese valor», destaca el artículo científico.
Al interior de la cueva, la temperatura se mantiene en 12 grados, no importa si afuera es invierno o primavera, que podría haber servido como refugio obligado durante el invierno, para los cazadores-recolectores antes del Último Máximo Glacial.
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