Japón afronta una decadencia demográfica irremediable. Se trata de una amenaza existencial para el futuro del país, pero también de un problema económico. Faltan trabajadores. El gobierno ha tratado de solventar tan grave problema impulsando la inmigración y fomentando la natalidad. Las empresas, en especial las del sector de la construcción, han depositado sus esperanzas en otra alternativa: los robots.
Una presa. Lo cuenta Nikkei Asian Review: Obayashi, una de las principales constructoras japonesas, está construyendo una presa íntegramente con robots. Una vez terminada, en 2023, la infraestructura se elevará 84 metros sobre la superficie y cubrirá más de 330 metros de ancho. Gran parte del proceso se realiza ya de forma automatizada, fruto de los avances técnicos hollados por la industria robótica japonesa y de la carencia de trabajadores especializados en la materia.
Procedimiento. A grandes rasgos, las máquinas se encargarán de volcar cemento en los múltiples paneles que compondrán la presa. La tarea la realizarán gigantescas grúas controladas remotamente por trabajadores humanos. Tradicionalmente, otros grupos humanos se encargaban de alisar los paneles, de eliminar cualquier irregularidad y de impedir que el material se filtrara. Tales tareas han sido automatizadas por Obayashi, reduciendo drásticamente la necesidad de empleados tradicionales.
Beneficios. La empresa prevé un aumento del 10% en la productividad de la obra. No es muy espectacular, en parte porque sigue desplegando a una amplia bolsa de obreros por cuestiones de seguridad. Pulidos los detalles y reducida la necesidad humana, el tiempo de construcción podría reducirse hasta un «30%». En clave laboral, los robots permitirán seguir adelante con las infraestructuras del país. El 35% de los trabajadores de la construcción japoneses tienen ya más de 55 años.
General. Es un drama que afrontan otros sectores de la economía nacional. En Japón, a día de hoy, hay 1,5 ofertas por cada demandante de empleo. Las previsiones más optimistas calculan que el país afrontará una escasez de hasta 6,4 millones de trabajadores para 2030. La ingeniería civil, la construcción, la arquitectura, la minería y el mantenimiento de maquinaria se cuentan entre los sectores con mayor escasez de trabajadores.
Alternativas. Frente a una población inmigrante históricamente baja (a día de hoy sólo representa el 1,75% del país) y a unas tasas de fertilidad apocalípiticas (450.000 muertes más al año que nacimientos), muchas empresas están optando por la automatización del trabajo. Kajima, otra constructora, ha desarrollado bulldozers y camiones de carga autónomos capaces de seguir operando durante las 24 horas del día.
Es una tendencia al alza en el sector de la construcción. Desde el transporte de materiales al desarrollo de moldes y prefabricados hasta maquinaria pesada controlada por remoto, las grandes obras de infraestructuras se prestan por sus características (localizaciones remotas, altos riesgos, tareas repetitivas y mecánicas) a una rápida automatización. En Japón, la circunstancia se ha confabulado con una escasez de empleo humano para avanzar el terreno de los robots.
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