Sir Roger Penrose es uno de los físicos contemporáneos más eminentes. Penrose ha postulado importantes teorías no sólo en el ámbito de la cosmología sino también de la conciencia y su relación con la mecánica cuántica.

Para algunos, sus ideas son radicales y carecen de evidencia, pero éstas bien podrían ser las más elegantes y matemáticamente sofisticadas en relación a una explicación del «origen» y un destino del universo. Hay que poner entre comillas «origen» pues Penrose cree que el universo es cíclico, se expande y colapsa o se crea y se destruye en un proceso infinito.

Recientemente el físico ganador del premio Nobel hizo unas declaraciones en las que explica que existe evidencia de la existencia del universo antes del Big Bang, la cual yace en los agujeros negros. Los llamados «puntos de Hawking» son, según Penrose, remanentes de universos previos. Los agujeros negros son regiones en los que la materia ha colapsado y posiblemente la escala de tiempo de esta evaporación de la materia podría ser superior a la de nuestro universo.

La también llamada «radiación de Hawking» sería un registro energético, por así decirlo, de universos previos que emana de los agujeros negros. Cuando un universo se expande llega a un punto en el que toda la masa decae y eso se convierte, dice Penrose, en el Big Bang de otro eón. Nuestro universo (o, como también podemos llamarlo, nuestro eón), empezó con el «futuro remoto de un previo eón».

Algunos científicos han criticado sus ideas y sostienen que no existe evidencia de la radiación de agujeros negros.  Penrose señala que es normal que esto ocurra, como ocurrió también con los agujeros negros que por mucho tiempo se pensaba eran solo objetos matemáticos. Pero finalmente se ha comprobado su existencia, incluyendo uno masivo en el centro de nuestra galaxia.

La teoría de Penrose se conoce como «cosmología cíclica conforme» y, a grandes rasgos sostiene, que el universo se vuelve a generar y cada una de estas iteraciones en las que el infinito se expresa como tiempo finito reducido es identificada con la singularidad de un Big Bang. Al respecto dice Penrose:

Pero el ‘estiramiento’ conforme en el Big Bang reduce estas temperatura y densidad infinitas a valores finitos, y la ‘compresión’ conforme en el infinito aumenta la densidad y la temperatura nulas a valores finitos. Estos son precisamente los tipos de reescalado que hacen posible que los dos encajen, y el estiramiento y la compresión son procedimientos a los que la física relevante en uno u otro lado es completamente insensible»

Quizá las ideas de Penrose son resistidas por muchos físicos por su aferramiento a una noción de un origen único, a una especie de idea metafísica, similar a la creación cristiana de la nada, el Big Bang. Las ideas de Penrose de alguna manera son más orgánicas y resuenan, por ejemplo, con la cosmología de las grandes religiones de India que sostienen que el universo es cíclico y vive infinitos procesos de manifestación y disolución. Una energía sumamente sutil permanece una vez que el universo se ha destruido y de esta energía se produce el siguiente universo.

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