Integrar nuestra parte más oscura significa reconocer que alguna vez fuimos injustos, egoístas, dañinos o tóxicos. En este sentido, la aceptación de estos actos miserables es lo que nos permite crecer a nivel humano.
Integrar nuestra parte más oscura significa reconocer nuestros propios actos erróneos, para hacernos cargo de ellos y evolucionar. ¿Por qué es tan importante pasar por este proceso personal y cómo podemos llegar a conseguirlo?
En este texto, desgranamos el sentido de nuestra propia sombra e identificamos el obstáculo que nos impide acceder fácilmente a ella. Además, enunciamos las razones por las que es necesario realizar este tipo de cambios personales y algunas de las metodologías que nos permiten lograr este conocimiento. Así, pasemos a adentramos en la sombra para que la luz siga brillando.
No hay luz sin sombra: la miseria humana
Todos hemos dejado algunos heridos emocionales por el camino. Son los damnificados por nuestros errores: aquellos que, generalmente, escapan al sentido moral. Pensar en estos actos como propios nos produce vergüenza, culpa, arrepentimiento y, sobre todo, mucho dolor.
Por eso, y para proteger la imagen de nuestro propio “yo”, muchas veces decidimos dejarlo a la sombra. Con frecuencia, este mecanismo defensivo es el que impide que integremos nuestra parte más oscura: admitir que alguna vez fuimos crueles, desagradables, injustos, tóxicos o dañinos.
Integrar nuestra parte más oscura significa ser más conscientes de nuestro lado humano. Entender que nuestros actos a veces pueden ser mezquinos y, otras, brillar con luz propia. Y, si no, no hay más que echar un pequeño vistazo a nuestra historia y analizar nuestras culturas, tan llenas de luces y sombras, de cielos e infiernos.
Conocer es el primer paso para integrar nuestra parte más oscura
Por norma, nuestro primer impulso no es integrar nuestra parte más oscura, sino más bien seguir el camino contrario. Mantenemos en el olvido estas partes inmorales para proteger nuestro ego y no hacer de nuestro propio juez y verdugo. Proyectamos, incluso, estas partes foscas en los demás: criticando y odiando fervientemente algo que por dentro nos resuena familiar.
Sin embargo, a veces, los actos mezquinos saltan todas las barreras defensivas de la consciencia. Así, podemos llegar a verlo claro: hemos sido injustos, egoístas o poco honestos. Entonces, la culpa empieza a perseguir y martirizar. Sin embargo, no es ella la que nos ayuda a integrar nuestra parte más oscura; por el contrario, actúa dañando nuestro ser e impidiendo repararlo. La culpa, únicamente, paraliza.
El sondeo de la sombra de la humanidad ha sido explorado a lo largo de la historia del arte y los arquetipos. Obras de arte, como poesías, pinturas o composiciones musicales son a menudo representaciones fiables de nuestros intentos por integrar nuestra parte más oscura.
Dicho esto, podría parecernos curioso que una metodología para explorar nuestras partes oscuras sea producir arte: escribir, pintar o a través de técnicas psicoterapéuticas que utilizan a la espontaneidad como medio, como el psicodrama o la psicodanza.
¿Por qué es necesario integrar nuestra parte más oscura?
Integrar nuestra parte más oscura es necesario como parte del crecimiento a nivel personal. Analizar el propio recorrido y poder reconocer el daño que alguna vez ocasionamos o las injusticias que cometimos. No para culparnos y sentirnos mal con nosotros mismos, sino para lograr una visión holística de nuestro propio ser.
A continuación, te explicamos cómo integrar nuestra parte más oscura obedece a importantes razones:
- Nos permite hacernos cargo de nuestros actos. Como hemos comentado, no se trata de hostigarnos por ellos. Todo lo contrario: pasa por reconocer la propia injusticia para poder hacernos cargo de los daños ocasionados y valorar la posibilidad de una reparación. Si no vemos nuestros errores, muchísimo menos podemos repararlos.
- Poder perdonarse en aquello en lo que no obramos bien. Aunque, puede que en cierta manera necesitáramos realizar ese daño para proteger nuestro propio ser, es posible que nos siga atormentando al reconocerlo. Y, precisamente, ese reconocimiento es el antecedente del perdón hacia uno mismo. Podemos pensar que, al no admitir estos errores, la culpa no debe existir. Pero, el inconsciente puede hablarnos a través de síntomas o proyecciones cargadas de ira y reiterar que esa culpa realmente sí nos acompaña.
- Perdonar a los otros por sus actos miserables. Cuando conseguimos empezar a integrar nuestra parte más oscura, tenemos una visión más real del ser humano. Al no reconocer lo dañino del pasado como propio, es fácil desplazar los actos miserables de los otros como algo totalmente ajeno. Esta negación nos impide conecta a nivel humano con el otro y, también, aceptar su perdón.
- Ver a los otros de forma más real, de forma más humana. Muchas veces tendemos a idealizar a los otros cuando nos enamoramos, por ejemplo. Así que, más adelante, cuando cometen un acto egoísta o dañino esa imagen se cae a pedazos y sentimos una disonancia y, posiblemente, la decepción. En nuestro ejemplo sobre el enamoramiento, conocer a alguien profundamente y el amor va más allá de esta imagen idealizada, ya que consiste en ver la sombra del otro y aceptarla, si es lo que deseamos.
- Integrar nuestra parte más oscura supone que ésta no nos gobierne. La razón más importante de conocer nuestra sombra e integrarla es, precisamente, permitir que no dirija todos nuestros actos. Cuando uno mismo conoce sus puntos débiles es más consciente de cuando estos le pueden hacer actuar de forma estereotipada. Por eso, en los procesos psicoterapéuticos, conocer las heridas emocionales e integrar la propia sombra se torna indispensable para el crecimiento personal.
Integrar nuestra parte más oscura para que no nos gobierne
Todos hemos sido injustos, egoístas o tóxicos en algún momento. La sombra en nuestros actos es una característica muy humana. Sin embargo, esta naturalidad de nuestra parte más oscura no suele ser tenida en cuenta; una ignorancia que hace especialmente difícil el logro de integrarla en el relato de nuestra historia. Mantenerla en el inconsciente nos sirve para proteger la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Por otro lado, la proyección de nuestros propios actos miserables es un ejemplo habitual de la dificulta de este desafío. Puede pensarse que el eco de nuestros actos miserables es la culpa y el hostigamiento. Sin embargo, este sentimiento funciona como paralizador de crecimiento personal. Se trata de reconocer nuestros actos para poder evolucionar a nivel personal y espiritual.
El arte, la escritura y algunos procesos psicoterapéuticos son algunas formas privilegiadas para poder integrar nuestra parte más oscura. Este acto nos permite, precisamente, perdonar y perdonarnos. De la misma forma, lograremos hacernos cargo y reparar, si fuese posible, las consecuencias de nuestros propios actos.
Integrar nuestra parte más parte más oscura nos acerca a una visión más real de nosotros mismos y de los otros. El conocimiento profundo pasa por reconocer e integrar estas partes miserables como integrantes del ser. Y, lo más importante, reconocer nuestra sombra induce al empoderamiento y un mayor autogobiernos en nuestra vida.
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