¿Qué es el Proyecto Viroma Global?

El “Global Virome Project” estima que en la fauna silvestre circulan alrededor de 1,6 millones de virus desconocidos, de los cuales, el 50% tienen potencial zoonótico.

El Proyecto Viroma Global (GVP por sus siglas en inglés, Global Virome Project) es una iniciativa lanzada en 2018, de colaboración internacional, cuyo objetivo es conocer la diversidad global de los virus presentes en la fauna silvestre del planeta. Busca desarrollar una red de organizaciones que tengan como fin detectar la mayoría de amenazas virales para la salud y la seguridad alimentaria y que resultan aún desconocidas. De esta manera, se podría estar preparados y saber detener futuras pandemias.

La idea del GVP empezó a gestarse en 2016, tras brotes de virus como el SARS, el Ébola y el Zika, que demostraron que no estamos preparados y que somos extremadamente a las enfermedades virales emergentes. Desde mediados del siglo XX, han surgido enfermedades nuevas y mortales a un ritmo alarmante y las amenazas de este vasto grupo de virus desconocidos se están acelerando exponencialmente, impulsadas por nuestra población en expansión y los viajes globales.

En 2018, el GVP hacía su presentación en los medios con su artículo publicado en la revista Science  y en el que los autores afirmaban lo vulnerables que somos a las enfermedades emergentes, muchas de ellas con impactos económicos y sanitarios masivos. Clarividencia? no, sentido común: “Nuestro conjunto de herramientas de adaptación, basado en gran parte en vacunas y terapias, a menudo es ineficaz porque el desarrollo de contramedidas puede ser superado por la velocidad de aparición y propagación de nuevos virus”, expresaban en el artículo. “Después de cada brote, las autoridades de salud pública lamentan la falta de previsión, pero tras décadas reaccionando a cada evento con un enfoque muy pobre en la mitigación, seguimos desprotegidos contra la próxima epidemia. Nuestra capacidad para mitigar la aparición de enfermedades se ve socavada por nuestra escasa comprensión de la diversidad y la ecología de las amenazas virales y de los impulsores de su aparición”.

De un enfoque reactivo a una estrategia proactiva

La idea es cambiar radicalmente el enfoque de lucha contra las nuevas enfermedades y pasar de una estrategia de tipo reactivo, que consiste en reducir el impacto de las mismas después de su aparición, a una estrategia proactiva, que permita anticiparse a las próximas amenazas mediante el conocimiento y caracterización de los virus que potencialmente puedan hacernos daño.

Según sus impulsores, la ciencia y la tecnología ya nos ofrecen las herramientas adecuadas para llevar a cabo un proyecto de tal envergadura: la bioinformática, por ejemplo, permite la búsqueda eficiente de nuevas estrategias para desarrollar vacunas, antivirales y todo tipo de contramedidas que estén listas ante futuras epidemias. Además, es imprescindible fortalecer las capacidades globales y locales para monitorear y responder a las amenazas virales mientras todavía están evolucionando en poblaciones animales para permitir una mejor prevención de la propagación de las mismas.

Debido al cambio global estamos cada vez más expuestos a estos virus zoonóticos, por lo que las amenazas se multiplican. El problema fundamental es que la inversión necesaria para caracterizar y conocer tal diversidad vírica es enorme. Paradójicamente, y como explica Mike Davis en el libro Llega el monstruo (Ed. Capitán Swing), pocos meses antes de la aparición del brote de Wuhan, la administración de Trump redujo sustancialmente los fondos del proyecto Predict del Programa de Amenazas Pandémicas Emergentes. Este programa se puede considerar el precedente del GVP, ya que muchos de los investigadores que trabajaban en él forman parte del Global Virome Project, y era un sistema pionero de alerta de temprana viral, así como un programa de ayuda a la formación de profesionales médicos para reconocer nuevas infecciones y monitorizar zoonosis.

El Global Virome Project en la pandemia de COVID-19

Para los responsables del GVP, se necesitarían al menos diez años y una inversión de más de mil millones de dólares para identificar el 75 % de los virus desconocidos que existen. El esfuerzo, eso sí, merecería la pena, pues si hubiéramos tenido esos datos es muy probable que la COVID-19 se hubiera podido contener mucho antes de su explosión en Wuhan.

La investigación llevada a cabo por los científicos del Predict, de hecho, permitió identificar decenas de nuevos coronavirus, y algunos de ellos se han usado, por ejemplo, para testar el remdesivir, actualmente el único retroviral aprobado para su uso contra la COVID-19 en los EE UU.

Sabremos que hay potenciales nuevas pandemias, porque de hecho los virus que las pueden causar ya están circulando en la naturaleza”, afirmó Dennis Carroll, director el GVP, en una entrevista para el Financial Times en octubre de 2020. Para este investigador, no hay motivo para que vuelvan a producirse eventos tan catastróficos como el causado por el SARS-CoV-2, pues con una red bien coordinada de alerta temprana de vigilancia viral global se podrían prevenir futuros eventos pandémicos.

Ecoportal.net

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