El camino del practicante del nivel superior
La ecuanimidad
- Visualiza a un amigo, a una persona con la que tienes dificultades y a un desconocido. Pregúntate, ¿por qué siento apego por mi amigo? Escucha las razones que te da tu mente. Luego pregunta, ¿porqué siento aversión hacia la persona con la que tengo problemas? y haz lo mismo. Finalmente piensa, ¿por qué soy indiferente con el desconocido?
- ¿Qué palabra escuchas una y otra vez en todas las razones que te da tu mente? ¿En qué se basa la mente para considerar a alguien como bueno, malo o neutral, es decir, como amigo, persona desagradable o extraño? ¿Es realista juzgar a los demás con base en la relación que tienen con “yo”? ¿Realmente son buenos, malos o neutrales desde su propio lado, o es tu mente la que los categoriza como tales? ¿Cómo se presentarían los demás ante ti si dejaras de discriminarlos basándote en tus propias opiniones, necesidades y deseos egoístas?
- Las relaciones de amigo, enemigo y desconocido cambian continuamente. Una misma persona puede ser las tres en un corto periodo de tiempo. Si alguien te golpeó ayer y hoy te alaba, y otra persona te alabó ayer y hoy te golpea ¿quién es tu amigo? ¿cuál de ellos es tu adversario?
Conclusión: Aceptando que tus actitudes crean la relación aparentemente sólida de amigo, enemigo y desconocido, suelta el apego, enojo e indiferencia que sientes por ellos. Date la oportunidad de sentir un interés sincero por todos los seres.
Para poder sentir amor y compasión genuinos por los demás, tenemos que considerarlos como seres amorosos. Si los vemos como nuestros padres o como los seres que nos cuidaron, y si recordamos lo bondadosos que fueron con nosotros entonces, al igual que cuando no eran ni nuestros padres ni nuestros cuidadores, entonces podremos tener una imagen positiva de ellos.
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https://thubtenchodron.org/2001/01/meditaciones-guiadas-del-lamrim/4/