Todos los seres sintientes han sido nuestros padres. Su bondad y retribuyendo esa bondad

1. Desde el tiempo sin principio, hemos renacido una vez tras otra en muchos tipos de cuerpos en todos los reinos de la existencia cíclica. Cuando fuimos seres humanos, animales y espíritus hambrientos, tuvimos madres que nos dieron a luz. Puesto que nuestras vidas anteriores son infinitas, eso significa que todos los seres sintientes, en un momento u otro, fueron nuestras madres y padres. Tomando en cuenta que los demás no solamente son la apariencia que tienen en el presente, intenta percatarte del contacto que has tenido con ellos desde el tiempo sin principio.
2. Cada uno de los seres sintientes fue bondadoso con nosotros cuando le tocó ser uno de nuestros padres y nos amó de la forma en la que los padres aman a sus hijos. Para ejemplificar el amor de los padres por sus hijos, reflexiona en lo bondadosos que han sido tus padres de esta vida contigo. Si te resulta más fácil, piensa en la bondad de algún otro pariente, de un amigo o de alguien que se haya hecho cargo de ti. Mientras recuerdas cada acto de bondad, date la oportunidad de sentir gratitud hacia esa persona. Si en el proceso de traer a la memoria eventos de tu infancia surgen recuerdos dolorosos, piensa que tus padres son seres sintientes comunes, que hicieron lo mejor que pudieron de acuerdo con sus capacidades y las circunstancias en las que se encontraban. Algunos de los actos de bondad de nuestros padres hacia nosotros son:
   • Nuestra madre soporta felizmente las incomodidades del embarazo y el parto.
   • Nuestros padres nos cuidaron cuando éramos bebés y párvulos y no podíamos hacernos cargo de nosotros mismos. Nos protegieron de los peligros y, a pesar del cansancio, se levantaban en medio de la noche para alimentarnos.
   • Nos enseñaron a hablar y a hacernos cargo de nuestras necesidades básicas. De ellos aprendimos muchas cosas, quizás pequeñas, pero indispensables, tales como amarrarnos las agujetas, cocinar, hábitos de higiene personal, etc.
   • Como niños, casi siempre pensábamos sólo en nosotros y nuestros padres tuvieron que enseñarnos modales, normas sociales y a relacionarnos con los demás.
   • Nos dieron educación.
   • Trabajaron duro para contar con los recursos económicos suficientes para darnos un techo, juguetes y otras cosas de las que disfrutamos.
3. Ya que todos los seres sintientes han sido nuestros padres, entonces, ellos también han actuado de esas formas bondadosas con nosotros una y otra vez.
4. Recordando su bondad y a sabiendas de que a lo largo de tus vidas sin principio, has sido el receptor de incontables bondades por parte de todos ellos, deja que surja naturalmente desde tu corazón el deseo de retribuirles toda esa bondad. Permite que tu mente repose en ese sentimiento.

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