La actitud de largo alcance de la paciencia

El enojo (o la hostilidad) puede surgir contra personas, objetos o nuestro propio sufrimiento (como cuando estamos enfermos). Aparece porque exageramos las cualidades negativas de una persona, objeto o situación, o porque sobreponemos cualidades negativas que no están ahí. El enojo quiere dañar a la fuente de su infelicidad. Enojo (hostilidad), es un término genérico que abarca irritarse, estar molesto, criticar, juzgar, ser moralista, beligerante y hostil.

Las desventajas del enojo

Reflexionando en tus propias experiencias, examina si el enojo es destructivo o útil.

1. ¿Eres feliz cuándo te enojas?
2. En las situaciones en las que te enojas o entre las personas con las que te enojas, ¿puedes identificar algún patrón? ¿Qué efecto tiene ese patrón en tu vida?
3. ¿Cómo te sientes cuando estás enojado? Y debajo de ese enojo ¿hay alguna herida, temor, tristeza? El
   enojo suele hacernos sentir poderosos, mientras que en nuestro interior nos sentimos impotentes. Entrar en contacto con el sentimiento que está debajo de nuestro enojo nos puede ayudar a comprenderlo mejor.
4. ¿Te comunicas eficazmente con los demás cuando estás enojado? ¿Arremetes violentamente contra ellos? ¿Te alejas y no hablas?
5. ¿Cómo afectan tus acciones a los demás? ¿Tu enojo te da la felicidad que tanto anhelas?
6. Después, cuando te tranquilizas, ¿cómo te sientes respecto a lo que dijiste e hiciste mientras estabas
   enojado? ¿te avergüenzas, sientes culpa o pérdida de tu autoestima?
7. ¿Cómo te ven los demás cuando estás enojado? ¿El enojo promueve el respeto mutuo, la armonía y la
   amistad?

Conclusión: Dándote cuenta de que el enojo y el resentimiento destruyen tu felicidad y la de los demás, toma la determinación de estar atento para que en el momento en el que surjan apliques los antídotos del Darma para contrarrestarlos.

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