En los últimos años, los astrónomos han detectado misteriosos y ultra breves estallidos de energía repetidos desde el espacio profundo, y algunos expertos sugirieron que podrían ser evidencia de vida extraterrestre avanzada. A día de hoy se desconoce el origen de las ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés), pulsos de ondas de radio de milisegundos de duración, pero la mayoría de los científicos dicen que son generados por poderosos fenómenos astrofísicos que emanan de miles de millones de años luz fuera de nuestra galaxia, la Vía Láctea, como los agujeros negros o estrellas de neutrones superdensas fusionándose.

Sin embargo, algunos científicos, incluido el profesor Avi Loeb, profesor del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, han propuesto teorías mucho más interesantes, lo que sugiere que podrían ser evidencia de una tecnología extraterrestre increíblemente avanzada. Y el último en confirman haber detectado las FRB ha sido China.

Enigmáticas señales

El Dr. NIU Chenhui del equipo dirigido por el Dr. LI Di y el Dr. ZHU Weiwei de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China ha descubierto tres nuevos FRB con una medida de alta dispersión a partir de los datos masivos del telescopio esférico de quinientos metros de apertura (FAST, por sus siglas en inglés).

Sus hallazgos fueron publicados en la revista científica The Astrophysical Journal Letters el 3 de marzo. El descubrimiento indicó que estos tres FRB ocurrieron hace miles de millones de años cuando el Universo aún estaba en su juventud.  Los FRB recién descubiertos, junto con el primer FRB detectado por FAST el año pasado, sugieren que podría haber hasta 120.000 FRB detectables llegando a la Tierra todos los días.

“Nos estamos poniendo al día en términos de procesamiento de datos y esperamos más descubrimientos de FAST, el radiotelescopio más sensible del mundo”, dijo el Dr. NIU Chenhui, primer autor del artículo.

Al comparar muestras de otras FRB del telescopio Parkes, en Australia y el Pathfinder de matriz de kilómetros cuadrados de Australia (ASKAP), investigadores australianos revelaron la relación entre la fluencia (flujo integrado) y la medida de dispersión de los FRB. El nuevo descubrimiento ayuda a ampliar dicha relación y cubre un espacio de parámetros menos explorado anteriormente. 

“Combinado con simulaciones, FAST podría detectar FRB con corrimiento al rojo mayor de 3, es decir, más de 10 mil millones de años”, continuó explicando el Dr. NIU.

La distribución de las medidas de dispersión de estos FRB fue sensible a la forma de la distribución de brillo intrínseca de estos eventos cósmicos.

“Más descubrimientos de FAST ayudarán a revelar el origen aún desconocido de los FRB”, concluyó el Dr. LI Di, autor correspondiente del estudio y científico jefe de FAST.

Búsqueda de extraterrestres

Es cierto que China en ningún momento se ha referido a estas nuevas FRB como señales extraterrestres, pero la verdad es que los científicos han estado escaneando los cielos en busca de señales de radio que pudieran tener un origen artificial durante 60 años, comenzando con el Proyecto Ozma, una búsqueda realizada en 1960 por el astrónomo Frank Drake.

A diferencia de las ondas de radio que el cosmos produce de forma natural, se cree que estos “susurros” de extraterrestres se parezcan mucho a las transmisiones que los humanos usan para comunicarse. Tales señales cubrirían un rango muy estrecho de frecuencias de radio. También tendrían una “deriva” característica que indica que la fuente se está moviendo hacia o alejándose de la Tierra, una pista de que la fuente de radio proviene de un objeto cósmico distante, como un planeta que orbita una estrella. Sólo la tecnología humana parece producir señales como esa. Nuestro WiFi, nuestras torres de telefonía móvil, nuestros GPS, nuestras radios satelitales son similares s las señales que los astrónomos están buscando, lo que hace que sea muy difícil saber si algo proviene del espacio o de tecnología generada por humanos.

A lo largo de las décadas, los astrónomos han detectado numerosas señales candidatas. Algunas resultaron provenir de fuentes astronómicas previamente desconocidas, como los púlsares, los cadáveres de estrellas muertas que giran rápidamente y que emiten ondas de radio al cosmos. Las primeras ráfagas rápidas de radio conocidas todavía son misteriosas. Y por si fuera poco, el pasado año un equipo internacional de astrónomos descubrió un patrón cíclico de 157 días en un misterioso pulso de radio de radio desde el espacio, lo que parecía demostrar que su origen era artificial.

Según el nuevo estudio publicado por los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China, estamos recibiendo cada día nuevas FRB que somos incapaces de descifrar, y que podrían contener información altamente importante de una civilización extraterrestre, tanto lejana como cercana.

¿Las nuevas FRB son señales de origen extraterrestre? ¿Se están intentando comunicar con nosotros?

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