― Primera parte ―
Por Francisco Javier Pérez de la Cruz 1 de mayo de 2021 – versión PDFPresentamos este corto trabajo, para todos aquellos amantes de la no dualidad, en un intento de resumir los pilares fundamentales en los que se basa esta filosofía tan especial y entrañable. Nuestro agradecimiento y admiración a los Maestros que nos mostraron esas nobles e importantes enseñanzas, un resumen de las cuales se muestran aquí. Que aproveche interiormente a todo el que las lea.
Para los que bucean en busca del tesoro
El hombre pertenece a la manifestación Universal de la Vida, en la que se encuentra tomando su experiencia, a través de distintos vehículos de expresión: el vehículo Físico, compuesto de células, tejidos y sistemas orgánicos interrelacionados con funciones específicas complejas. El vehículo Vital, Energético o Pránico conformado por el sistema energético de los Chakras y Nadis y el flujo de las fuerzas duales Ida y Pingala, junto a la energía sagrada de la Kundalini que reside como serpiente enroscada en el chakra básico Muladara, que se encuentra al nivel del hueso Sacro (hueso sagrado) y puede elevarse a través del canal shushumna en el raquis, durante el despertar espiritual. El vehículo Emocional o Astral, que en un sucesivo encadenamiento desarrolla: los sentidos – las sensaciones – las emociones – los deseos – las pasiones. También consideramos los tres instintos fundamentales, que tantas implicaciones tienen en la vida del hombre: Supervivencia, Generación y Superación. El vehículo Mental (El Alma) tomado de la Mente Universal, en el cual distinguimos dos tipos de mente: una Mente divina o abstracta (Alma divina o Superior) y una Mente concreta o inferior (alma inferior), ambas mentes, han sido tomadas como hemos dicho de la Mente Universal. Estos vehículos conforman la personalidad humana o ego, que van a servir como herramientas de la Conciencia o Espíritu (Atma) y que son necesarias para poder manifestarse en el Universo. La Conciencia en el hombre puede llegar a expresarse en la vida de manera directa, cuando el ego se tranquiliza y aquieta, permitiendo que la Conciencia haga dicha expresión a través de la Intuición, la cual va a conformar el vehículo Intuicional o Budhi. La Conciencia o Espíritu que reside en los hombres y en todas las formas de Vida, es la Conciencia Universal Una, tomando experiencia a través de los reinos de la naturaleza y los millones de egos o personalidades humanas. Por ello mismo muchos maestros dicen: en realidad “Todos somos Uno”. A la Conciencia Universal se la conoce también como Mónada Universal, Espíritu Universal, Atma Universal, etc.
Lo que denominamos posesivamente “nuestra” Conciencia o “mi” Conciencia, es la manifestación de la Conciencia Universal a través de un ego o personalidad. No somos nosotros los que tenemos a la Conciencia, es ella la que nos tiene a nosotros y a las miríadas de formas de manifestación en el Cosmos. La Conciencia Universal se manifiesta en la forma de todas las cosas, todo se desarrolla en ella como una Unidad de Vida. La Conciencia Universal es Una, Ilimitada, Universal e Indivisible, es en realidad lo que somos y a eso los hombres le llaman Dios.
Como seres humanos, somos la Conciencia Universal tomando experiencia de Vida a través de multitud de personalidades o egos. Los egos tienen su desarrollo de vida y cuando dejan de ser, sus componentes estructurales se reintegran en los planos universales o dimensionales correspondientes, en un continuo reciclaje. La Conciencia Universal (“nuestra” Conciencia) es permanente hasta la disolución del Universo, después de lo cual se sumerge en la Conciencia Absoluta, el estado Absoluto Vacío-Pleno eterno, lo que en realidad somos por ser partícipes de Ello, nuestra añorada casa, nuestro hogar eterno. En verdad, antes de la existencia de la Conciencia Universal, Tú ya eras.
Dado que la Conciencia Universal toma experiencia o vive a través de nuestra personalidad o ego, consideramos que somos vividos por ella y que hacemos lo que ella quiere vivir y realizar, plasmando el modelo de Universo en el que vivimos. Nuestro ego cree erróneamente, que vive la vida de manera individual actuando con libre albedrío. Nosotros en realidad somos vividos por la Conciencia Universal, son sus vidas, sus experiencias, que en nuestra ignorancia hacemos nuestras. Todo lo que existe pertenece a la Conciencia Universal, hasta la más mínima partícula atómica, sin la Conciencia la vida no sería posible. Nuestros pensamientos, que son hijos nacidos de la Conciencia Universal, nos hacen creer que nosotros somos el cuerpo, la psique y la mente y así vivimos en un engaño permanente. Nosotros somos algo más que el ego mortal y perecedero en el tiempo.
Como en el juego del ajedrez, los hombres representaríamos las fichas del tablero, sean peones o alfiles, caballos o torres, movidos por fuerzas inteligentes y con tácticas invisibles. Como piezas del juego, no tenemos capacidad de elección de movimientos en la partida que se juega entre dos jugadores (la Conciencia y la Energía) con fichas blancas y negras (la dualidad). Cuando los jugadores realizan los movimientos de fichas en la partida, tomamos dichos movimientos como si fueran nuestros y creemos que nosotros nos movemos, cuando en realidad hemos sido movidos (aparentemente nos hemos movido, sí, sin lugar a dudas), pero sin una voluntad consciente y sin energía propia detrás de dicho movimiento, el cual realizan los jugadores, que son los que mueven las fichas del tablero; en verdad nos han movido. Así es la Vida.
Si en realidad somos vividos y movidos por la Conciencia Universal, la debemos tomar como responsable de todas las acciones que realiza a través de sus personalidades, de sus vidas, de sus criaturas que no poseen libre albedrío y que se condicionan y mueven por los hilos invisibles de la vida y el destino “No cae un solo pelo del cabello, sin que el Padre celestial lo decida”. No existe pues el libre albedrío, solo la voluntad de Dios, la Conciencia Universal y la aplicación de su modelo. Nosotros no controlamos a la vida, es la vida la que nos controla a nosotros; nosotros como egos, aparecemos y desaparecemos dentro de ella, la vida siempre continúa.
Toda la vida del hombre está condicionada por multitud de eventos, sobre los que no tiene potestad ni capacidad de cambiar o modificar. La vida funciona como una unidad total, en la que todas sus aparentes formas o partes, se encuentran interrelacionadas e implicadas en un funcionamiento global, total y unitario de toda la naturaleza, que se va a manifestar y expresar en la vida de manera dual o binaria, los opuestos interrelacionados. Todo es dependiente de todo, nada está separado, la idea de seres separados, surge como consecuencia de no entender la Vida Una como entidad única, un equívoco y un error de los ignorantes.
Si lo que vivimos es la voluntad de Dios o Conciencia Universal, la responsabilidad individual se limita a una mera creencia fuera de la realidad de la vida, que nos indica que estamos siendo vividos. Al no existir el libre albedrío ni individuos con voluntad propia, no contemplaríamos el karma individual y solamente aceptaríamos el karma universal como consecuencia de la aplicación de la ley de Causa-Efecto, y la base para la reencarnación queda en mera suposición, aceptando como realidad, solo las encarnaciones en distintas vidas humanas de la Conciencia Universal. Lo contrario sería, admitir que nuestro libre albedrío queda por encima de lo que quiere la Conciencia Universal (Dios), entrando en competencia con ella. Muchos autores manifiestan, que la doctrina de la reencarnación refuerza la existencia individual y del ego, por encima de la experiencia como totalidad universal y que lo que sucede en realidad es una postura mental del ego como tabla de permanencia y supervivencia; un deseo de ser permanente en el tiempo, a través de una persona o individuo: realmente es una fascinante, sutil y perfecta estrategia de la Conciencia Universal realizada a través de la mente, que encandila y atrae a millones de personas en todo el mundo conformándose una trama de argumentos muy bien elaborados y atractivamente creíbles, para sostener la idea de una prolongada existencia y continuidad de los Egos. La Conciencia Universal es la responsable única de todo lo que sucede en el Universo, afortunadamente. No existen pues, individuos con voluntad propia, solo existe la voluntad del Padre (la Conciencia Universal y su Modelo).
Cuando los místicos captan el sentido verdadero de la unidad de la Vida en la Conciencia Universal, tienen la percepción del Amor profundo e insondable en plenitud, la vivencia de la esencia una de todas las cosas, ese benigno estado azul oscuro indescriptible, ellos nos transmiten, que solo hay Uno, no hay nadie más, no queda ni hay nadie ahí afuera, porque lo que realmente existe, es una totalidad sin manifestaciones separadas, solo UNO, la Vida Una. El Universo no reconoce individuos, desde la Conciencia se percibe que somos Uno, desde el ego aparenta que somos muchos y separados. Más allá del Amor y el Uno, se captaría, la insondable presencia del Vacío y Plenitud de lo Absoluto Inmanifestado, el estado final. Todo se inicia en el Silencio y vuelve al Silencio.
La Vida Universal es el modelo que surge en la Mente Universal, como consecuencia de la unión entre la Conciencia Universal (que porta el modelo de este Universo) y la Energía Universal para realizar todo el desarrollo del Cosmos. La unión de la Conciencia y la Energía dará lugar al nacimiento de todas las formas de manifestación en la Mente Universal (la raíz del Universo es Mental, dice el Kybalión). Conciencia y Energía (la energía es inconsciente) son la dualidad de opuestos necesaria, de la que surgirán todos los elementos duales de la naturaleza y que han partido de una unidad primaria previa, donde estaban integrados dichos opuestos y que los seres humanos denominan Dios, con distintos nombres según culturas o religiones. La Conciencia sin la Energía, solo sería un modelo inviable de plasmar, al carecer de los materiales necesarios; la Energía sin la Conciencia solo sería una radiación infinita sin posibilidad de manifestar absolutamente nada, al faltarle el Modelo guía necesario. Conciencia y Energía forman un matrimonio perfecto, del que surgirá todo lo que existe en la Mente Universal y los planos dimensionales. Para la manifestación será necesaria la aparición del espacio-tiempo, donde se desarrollaran todas las formas. El hombre vive su experiencia en la dualidad, y la manifiesta en sus comportamientos en la vida, a través de ambos hemisferios cerebrales con funciones contrarias u opuestas.
La vida del hombre que se desarrolla en la dualidad de opuestos, hace que de manera general, las personas siempre se encuentren en conflicto y discordia a causa de dichos opuestos; como consecuencia de ello buscan la añorada Unidad Primaria (Dios), que resuelva sus luchas y conflictos acogiéndose a distintas religiones, organizaciones o movimientos filosóficos, que le enseñen el camino de retorno a dicha unidad. Es el camino de la espiritualidad, que la mayoría de los hombres emprenden en mayor o menor grado de cumplimiento, con las normas, conductas morales e imposiciones de todo tipo, que le dictan los distintos grupos humanos. En verdad, aparenta ser un camino lleno de dificultades, que difícilmente suele culminar con éxito, a tenor de lo que percibimos en la Vida.
La vida espiritual presupone, la existencia separada de individuos que buscan la unidad perdida (yoga o religare) a través de una infinidad y variedad de métodos y técnicas a elegir, como métodos de purificación y de lucha contra el ego. Hablan de la necesidad de meditar, hacer un camino espiritual, desarrollar religiosidad a través de una religión, leer determinados libros, controlar la respiración, ser vegetariano, vestirse de forma especial, realizar posturas y movimientos diversos, pertenecer a algún grupo de carácter espiritual, practicar la alquimia sexual o sexo tántrico, elevar la kundalini, adoración de dioses, tener distintos tipos de ceremonias, tomar drogas psicotrópicas, hacer determinados tipos de yoga, realizar ofrendas variadas, recitar oraciones y mantras, práctica y manejo de energías sutiles, limpiar los Chakras, seguir y adorar a algún gurú y así, innúmeras prácticas o métodos incontables. Dicen los Maestros de la no dualidad, que todo esto es en realidad una forma agradable, sentimental, emocional y simpática de pasar el tiempo distraídamente, porque todos estos esfuerzos y sistemas mencionados solo dificultan la búsqueda y no te sirven para obtener la iluminación o liberación, ni para encontrar y ser lo que en realidad ya eres y posees. Tú ya estás iluminado porque eres Conciencia, y una persona o ego jamás podrá iluminarse, porque en ese momento de iluminación deja de ser y creerse persona. No debemos agobiarnos con la posibilidad de elegir entre tantos caminos o senderos, todos ellos pertenecen a la Conciencia Universal y son necesarias para plasmar el modelo de Universo en el que vivimos. Todos los caminos o senderos conducen a la irrealidad, pero también de una forma misteriosa te llevan a la Roma celeste. Elijas lo que elijas, eres Tú, la Conciencia Universal quien ha elegido y eso es lo preciso, necesario y correcto en todo momento.
El hombre busca la felicidad en la vida, a través de proponerse una serie de metas, desde la consecución de logros puramente materiales y pasionales de todo tipo, hasta las metas más intelectuales y con ello alcanzar un alto “status quo” en la sociedad, con poder y gloria. En verdad nunca quedará satisfecho y siempre notará que le falta algo, algo intangible que desconoce y se le escapa y que es de carácter interior, quizás esa paz interior tan añorada y deseada. Han oído que algún Maestro dijo: “despreocúpate de la felicidad y serás feliz”. Se propusieron encontrar la felicidad a través de la vía interior, al darse cuenta de que, en un mundo de dualidad de opuestos la felicidad es inalcanzable e imposible. Más allá de la dualidad, buscan la unidad que les proporcione el Amor de todo y para todo; pero tal vez, la única felicidad posible, completa y duradera, se encuentre en la Plenitud de lo Absoluto, donde nada falta y todo se encuentra. Hay quienes quieren encontrar la verdad eterna y la buscan en cosas mundanas, filosóficas o espirituales usando en general para ello la ayuda de la mente. Cuando dejas de buscar con esos medios inadecuados, tal vez entonces puedas encontrar la verdad eterna. La sabiduría no es acumular conocimientos, sino desprenderse de la ignorancia, que abunda en los estériles campos del mundo.
Ese camino espiritual de búsqueda, puede emprenderse a nivel individual de diversas maneras, la más común y normal es la búsqueda de Maestros que le lleven a uno a la iluminación, liberación, despertar o realización… a la mística de la unión con Dios, el final de la dualidad. El viaje hacia el desarrollo de la vida interior, solo lo puede realizar uno mismo, el único que puede ver y bucear en la profundidad de nuestro ser interno, nadie más puede hacerlo, solo tú. Los Maestros místicos de la no dualidad te dirán que tú ya eres eso que buscas, que tú ya eres la Conciencia Universal que se expresa a través tuyo y que por lo tanto no tienes que hacer nada para lograr ser lo que ya eres y que mientras más te esfuerzas en la búsqueda, menos resultados obtendrás y quedarás confundido. Ellos nos dicen que no hay camino ni sendero que recorrer, porque tú ya estás en la meta y tú mismo ya eres la meta, pero lo has olvidado y que no necesitas normas, ni pagar ninguna deuda. Por ello es necesario encontrar en la vida, la claridad que nos permita captar lo que somos y lo que no somos. Aquello que somos es el Yo Soy, la Conciencia Universal en cada uno de nosotros y en todas las formas de vida, y aun más allá se encuentra la Plenitud del Vacío del estado Absoluto, la verdadera Realidad, lo eterno, la verdad, nuestro último estado. Lo que no somos, es lo transitorio y perecedero que hay en nosotros, los elementos vehiculares que componen el ego y que hemos tomado prestado de los distintos planos dimensionales del Universo.
La mente adora la iluminación, la encuentra fascinante, distante e inalcanzable, por causa de nuestras acciones y sus consecuentes efectos (Karma). El ego se carga a lo largo de la vida, de una ingente cantidad de conceptos y de todo tipo de prejuicios, religiosos, familiares, políticos, sociales o filosóficos, que le impiden percibir la Verdad y descubrir la verdadera Realidad que hay detrás de cada hombre. Hay que limpiar la vida de esos conceptos y prejuicios que nos impiden “ver”, cortando de raíz y sin temor, todo aquello que no te sirvió para realizar el gran descubrimiento interior, lo que realmente somos, el “Yo Soy” y más allá lo Absoluto. Valor y seriedad, son valores fundamentales para aquellos que deciden entrar en el laberinto y lograr vencer al Minotauro, el símbolo de la inconsciencia y el materialismo excluyente… /
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