Existe una corriente de pensamiento para el cual el ser humano es solamente la consecuencia aleatoria de la interacción accidental de la materia, fría y sin alma.
Para esta misma corriente, los seres humanos pueden ser reducidos a un conjunto de partes unidas sin un propósito, estas partes están llenas de inconvenientes defectos y limitantes para los cuales la única forma de evolución es una fusión con implementos tecnológicos.
A pesar de intentar vendernos esta idea transhumanista como una inevitable consecuencia del ejercicio de la creatividad humana llena de conveniencia, lo que es en realidad evidente es una visión completamente materialista y ciega de lo que implica ser un humano en nuestra realidad.
Conceptos como el alma, nuestro espíritu y mente son reducidos a la no existencia. Sin embargo, cualquier ser humano que haya vivido más de un par de años comprende lo falso de dicha afirmación.
Vender nuestros cuerpos por acceso a internet las 24 horas sin un dispositivo celular puede costarnos nuestras almas.