Cuando eres madre, todas las niñas del mundo pasan a ser tus hijas.
Y tus hijos, todos los niños del mundo.
En cualquier caso,
cuando empiezas a ver a tu madre,
todas las madres del mundo,
especialmente las ancianas (madres o no), todas ellas
pasan a ser tus madres.
A veces, como una segunda
o una enésima
oportunidad.
La Vida no se cansa de volver a intentarlo,
aun cuando eres una estudiante torpe.
Tenía una amiga que solía decir «Recuerda que tiene una madre»
cuando, llevada por el dolor de alguna herida,
alguien decidía tratar con desdén o humillación a alguien,
a su pareja, pongamos por caso.
Y eso qué tiene que ver?, preguntaba la interpelada.
Imagina cómo te sentirías si vieras vivir a tu hija una relación de abusos,
era su respuesta.
Trata a las personas como una madre desearía que fuera tratada su hija, su hijo.
La vida nos reparte papeles,
y los va cambiando,
para ayudarnos a comprender mejor.
Desde un enfoque y desde otro,
desde una perspectiva u otra.
Hasta que tiene lugar la realización.
Estable y ya para siempre.
http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com/2022/01/la-madre-la-hija.html