Si se enfrentara a una situación que amenazara su vida, ¿llamaría a los servicios de emergencia en su teléfono, pediría ayuda a los primeros en responder bien capacitados, o llamaría a su amable pariente? Si ocurre un desastre, inevitablemente primero pensamos en nuestros maravillosos socorristas. En casi cualquier escenario, estamos condicionados a buscar ayuda de aquellos que están mejor capacitados y equipados para ayudarnos. Aunque el consejo de un ser querido puede ser útil, necesita acción y actividad cuando está en problemas.
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En el Budismo Mahayana, los primeros en responder, los que nos salvan de los obstáculos y los demonios, están encarnados en los Budas y Bodhisattvas de la Actividad del Karma, como Tara o Guanyin.
O, cuando declaramos un estado de emergencia, en forma de Aspectos coléricos de los Budas.
Los primeros en responder en el budismo Vajrayana
En nuestras prácticas de meditación, los primeros en responder, al menos en algunas formas del budismo mahayana, son las deidades iracundas. Dado que los Budas han trascendido nuestras limitaciones mentales, pueden aparecer en cualquier forma.
Las formas iracundas son nuestro equipo de primeros auxilios. En lugar de uniformes, armas y equipos de rescate, nuestros socorristas budistas son presencias corpulentas, feroces, poderosas e imponentes que intimidan a nuestros demonios psicológicos y externos.
Ya sea que vea a los «demonios» y los obstáculos como seres psicológicos o sobrenaturales, es útil visualizar a los Iluminados y las fuerzas de ayuda como «coléricos, monstruosos, gigantescos». La psicología es obvia. Si te enfrentas a un «vampiro» emocional, quieres una «fuerza» más iracunda para quemar la fuerza negativa, algo mucho más fuerte que el monstruo atacante.
Chenrezig se convierte en Mahakala
Por ejemplo, si estuviera trabajando en un proyecto de caridad y lo encontrara desalentador, podría sacar fuerzas del gran Bodhisattva de la Compasión Chenrezig o Avalokiteshvara. Las tareas son abrumadoras. Los que están sufriendo son infinitos. Te sientes impotente. En este caso, tal vez, si tuviste la práctica de tu enseñanza, podrías recurrir a la forma más iracunda de Chenrezig.
Psicológicamente, esto le da a la meditación un impulso de energía compasiva pero feroz.
Estás meditando en el compasivo, el Buda de la compasión activa Avalokiteshvara o Chenrezig. Aunque miles de brazos de compasión están alcanzando a todos los seres con su amor y compasión, no es suficiente. En su maravilloso libro A Guide to the Deities of Tantra, el maestro Vessantara describe la transformación:
Avalokiteśvara, el Señor de la Compasión, contempla el mundo, su blanco resplandor alivia los sufrimientos de los seres vivos. Con un par de manos aprieta contra su corazón la gema que cumple los deseos de su voto de erradicar el dolor del mundo. En su mano izquierda superior sostiene el loto de la receptividad espiritual, el deseo de dejar el lodo del saṃsāra y alcanzar el sol de la verdadera felicidad.
Sobre su cabeza sentimos el amor oceánico de Amitābha, su padre espiritual. En el corazón de Avalokiteśvara, el mantra oṃ maṇi padme hūṃ gira sin cesar, vertiendo su luz en los seis reinos del sufrimiento. En su mano superior derecha vemos su cristal mālā girando. Con cada cuenta se extinguen los sufrimientos de otro ser. Observamos los reflejos danzantes en las cuentas de cristal, seguimos su ritmo constante a medida que pasan los eones.
Todavía las cuentas fluyen a través de los dedos blancos como la leche. El ritmo es constante, suave, incesante. Y sin embargo… todavía hay tanta agonía, dolor y frustración reflejada en esos ojos pacientes. Los corazones que escuchan la llamada del mantra y anhelan responder están encadenados por fuerzas oscuras, refrenados por el miedo, desconcertados por la confusión, de modo que no saben de dónde viene el sonido ni cómo seguirlo.
Los ojos de zafiro se nublan con una creciente tormenta de impaciencia espiritual. Ellos echan un vistazo al constante, pero demasiado lento, círculo de las cuentas de cristal a su derecha. Miran una vez más, con dureza, a las fuerzas pestilentes de la ignorancia, a los carceleros del odio, a los rescatadores de la avidez que tienen en sus garras a tantos seres.
Las cuentas de cristal comienzan a cambiar de forma. Pierden sus reflejos chispeantes por un blanco desteñido por el sol. Se convierten en una guirnalda de calaveras, un rosario de calaveras. La delicada mano blanca se vuelve más oscura, su luz cambia de blanco a azul profundo, como un eclipse de sol.
Los dedos primero y último de la poderosa mano apuñalan el aire en un gesto amenazador. A su alrededor ruge una corona de llamas. Con un grito que sacude el mundo, la figura, ahora de color negro azulado, comienza a ponerse de pie. La joya que cumple los deseos se transforma en un vajra-chopper y una copa de calavera que gotea con néctar rojo. El loto suave se transforma en un tridente con una calavera.
Del enorme y abrumador cuerpo negro azulado sobresale otro brazo, haciendo sonar un tambor de cráneo. A la izquierda, otro puño desenrolla una soga. La figura gigante golpea hacia adelante, con el cabello salvaje ondeando hacia arriba, atado con serpientes. El enorme cuerpo, casi desnudo, ceñido sólo con una piel de tigre, lleva calaveras, bonitas calaveras que miran fijamente, como joyas. Envuelto en serpientes, con la boca llena de colmillos, con tres ojos inyectados en sangre que brillan intensamente desde un rostro impresionante, marcha hacia adelante bramando un desafío…
Ahora, de esta forma, Chenrezig se ha convertido en el gran Protector Black Mahakala. Contra Mahakala, ningún mal u obstáculo puede prevalecer.
Deidades iracundas emanan de budas
Puede ser útil pensar en las deidades iracundas como aspectos “monstruosos” y “más poderosos” de los pacíficos budas y bodhisattvas. En términos modernos de historietas, podríamos pensar en superhéroes como el Increíble Hulk. Así como el Doctor Bruce Banner en este cómic es el científico pacífico, puede convertirse en Hulk en momentos de estrés emocional. En las historias, ambos son una fuerza para el bien, pero Hulk está mucho más animado. De manera similar, cuando meditamos, el compasivo Amitabha puede transformarse en el ferozmente compasivo Hayagriva, o el sabio Manjushri en el temible Yamantaka, o Chenrezig en Mahakala. Estas son las formas coléricas más “supercargadas” de cada uno de estos gloriosos.
Las deidades coléricas en el budismo pueden tener una apariencia aterradora, monstruosa y demoníaca, pero en realidad son los «buenos». Son deliberadamente más feroces que los «demonios» que están sometiendo. Las personas que podrían estar interesadas casualmente en el budismo a menudo se sienten desconcertadas, incluso horrorizadas, por las deidades budistas tántricas representadas como personajes feroces. A primera vista, pueden parecer casi demoníacos, luciendo guirnaldas de cabezas humanas, múltiples rostros aterradores, a menudo pisando formas humanas.
No se puede negar el “poder extraordinario de las imágenes de deidades tántricas. Estas formas son deliberadamente más terribles que los demonios; representan fuerzas que nos ayudan a transformar estos mismos demonios, ya sea que los veas como sombras psicológicas de la mente o entidades tangibles. Desde un punto de vista budista, nos ayudan a eliminar los obstáculos para la iluminación.
¿Como funciona?
El psicólogo Preece, en su libro La Psicología del Tantra Budista , aclara la práctica iracunda con un divertido ejemplo de pandilla de motociclistas:
“Si pensamos en una pandilla de motociclistas que se ha vuelto totalmente salvaje y anárquica, ¿cómo se puede controlar su energía? Si un hombre vestido con un traje a rayas con buenas intenciones les dijera: ‘Ahora miren, muchachos, esto simplemente no funciona’, podemos imaginar cuán predeciblemente irrisoria sería su respuesta. Por otro lado, si se les dirigiera como una figura tipo Schwarzenegger, que lucía poderosa y dura, vestida como un salvaje, despeinada y con cicatrices, portando cadenas, cuchillos y otras armas, la respuesta sería diferente. Podrían desarrollar respeto o interés y ser atraídos a algún tipo de relación, incluso hasta el punto de convertirse en su líder, podría cambiar la dirección de su comportamiento… y su agresión se canalizaría gradualmente”.
Las deidades coléricas encarnan características coléricas. Pueden aparecer en aspectos aparentemente demoníacos, erizados de armas, con colmillos, chorreando sangre y rodeados de fuego explosivo. Cuando un practicante serio los evoca, su poder de transformación es contundente y ciertamente muy tangible. Así como un personaje parecido a Schwarzenegger hace una demostración de fuerza y ferocidad para lograr su agenda de ‘amor duro’, las Deidades coléricas del Tantra están motivadas por la compasión. Su causa es la bodichita. La apariencia colérica es una expresión de medios hábiles.
Manjushri a Yamantaka – Sabiduría empoderada
Imagínate ahora, estás meditando en el Manjushri Pacífico, el Buda de la Sabiduría con su gran espada de sabiduría. Te encuentras opuesto, por tus propias dudas o fuerzas externas, oscureciendo tu comprensión de la sabiduría última. Si tienes la formación y un maestro, puedes transformar al pacífico Manjushri en el penúltimo Buda colérico Yamantaka. El gran Yamantaka es el «asesino de la muerte», posiblemente la más feroz de las deidades iracundas y se considera una práctica útil para las personas con problemas de ira u odio. En un nivel superior, Yamantaka, que significa literalmente «asesino de la muerte», es una forma más aterradora que la muerte misma y, en virtud de esto, representa el poder mismo de la Iluminación para vencer a la muerte.
Amitabha a Hayagriva – Compasión enfurecida
O bien, estás meditando en la gran compasión del Gran Buda de Occidente, el Buda de la Luz Infinita Amitabha, adorado por muchos millones de budistas. Su luz resplandeciente te ilumina y te consuela. Sin embargo, te enfrentas a obstáculos, tensiones. Te preocupa que tu compasión no sea suficiente para salvar a todos los seres. Con una mente meditativa empoderada, puedes transformar a Amitabha en el incomparable Hayagriva. Ningún enemigo, demonio u obstáculo interno, puede enfrentarse a la ira del colérico con cabeza de caballo, Hayagriva. Su compasión es tan feroz, cada ser es subyugado por su ira amorosa y enojada.
Tara se convierte en Palden Lhamo
Muchas personas recurren a la meditación de Tara para obtener compasión activa y energía de ayuda en sus vidas. Tara es famosa por los rescates e intervenciones que ayudan a los seres conscientes. Cuando la energía de ahorro activa de Tara no es suficiente, puede tomar muchas formas coléricas. En su última emanación colérica, White Tara, o White Sarasvati, que es una emanación de White Tara, puede transformarse en la máxima expresión de energía colérica y protectora, posiblemente la más grande de todas las protectoras, Palden Lhamo.
La encarnación de la sombra
¿Por qué querría alguien evocar imágenes tan aparentemente horribles de la Ilustración? Vessantara explica:
“En un nivel más profundo, los dharmapalas devuelven a las sombras las fuerzas de la pesadilla y la locura que siempre amenazan con desgarrar y subyugar la psique humana”.
Curiosamente, muchos psicólogos, Preece entre ellos, han analizado la práctica iracunda y la han encontrado psicológicamente sólida. De la misma manera, un psiquiatra puede pedirle a un paciente que enfrente sus traumas pasados, a menudo profundamente enterrados en el subconsciente, el practicante de Tantra enfrenta los obstáculos para la Iluminación.
Las prácticas altamente avanzadas de Tantra en realidad “transforman” los negativos, en lugar de suprimirlos.
“Hemos perdido los símbolos y los ritos de transformación que elevan al ángel oscuro de un estado inconsciente y potencialmente demoníaco a una relación sana y consciente”, escribe Preece. “A pesar de nuestros mejores esfuerzos para frenar y contener la naturaleza humana aberrante, las noticias diarias están llenas de sus efectos sombríos. La pregunta sigue en pie sobre cómo transformamos en lugar de suprimir sus fuerzas”.
Una práctica vívida
Meditar en las encarnaciones feroces de la Iluminación, para algunas personas, puede sentirse más vívido, en cierto modo más atractivo y convincente que las meditaciones calmantes y pacíficas de la deidad. No hay duda de que estás trabajando con la mente. Las imágenes saltan vívidamente, se ajustan a la claridad. Tal vez sea la escala masiva de las imágenes, tan intensas y feroces que hace que sea más fácil de visualizar para algunas personas.
Debido a que estamos trabajando con los obstáculos y los aspectos negativos de la mente, las deidades coléricas suelen ser prácticas restringidas. Debido a que trabajamos con las fuerzas internas y externas más oscuras, la práctica no guiada, que no sean simples ofrendas y postraciones, podría considerarse peligrosa y se desaconseja activamente.
Siempre se requiere un maestro calificado con linaje.
Para aquellos lo suficientemente bendecidos kármicamente para encontrar a su maestro perfecto y dispuestos a hacer un compromiso inquebrantable, el camino relámpago de la práctica de la deidad iracunda es una experiencia extraordinariamente gratificante e iluminadora.
Para aquellos de nosotros sin estos empoderamientos, ciertamente podemos traer este buen karma a nuestras vidas con imágenes, ofrendas y postraciones a las formas coléricas de los grandes Budas.
Mientras tanto, podemos confiar en el primer respondedor que parece menos iracundo pero no menos poderoso. Tara, el Buda Salvador es un Buda de actividad karma, activo en nuestro mundo, ayudándonos. En nuestra metáfora del cómic moderno, ella sería la Mujer Maravilla: poderosa, sí, pero amable y cariñosa. Su práctica no requiere un empoderamiento especial y es famosa por sus rescates.
Ya sea Tara como Wonder-Woman, o nuestros iracundos protectores, cuando se enfrentan a temibles obstáculos (fuerzas demoníacas internas o externas), puede ser útil recurrir a los primeros en responder de los meditadores: las iracundas deidades iluminadas del budismo.
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