Exteriores e Interior no reparan en gastos a la hora de fortalecer la cumbre de la Alianza Atlántica, prevista para los días 29 y 30 de junio. Dentro del aumento presupuestario de 1,95 millones de euros para las Fuerzas de Seguridad del Estado, se incluye la compra de 6000 cargadores Táser, a la espera de protestas convocadas.
El pasado 8 de octubre de 2021 se anunció oficialmente la celebración de la próxima cumbre de la OTAN en Madrid, donde Sánchez anunció que “contarían con todas las capacidades” para “garantizar la seguridad”, en un “momento histórico” clave para la organización.
A 2 meses de la fecha oficial, Marlaska y Albares ya anticipan algunas de las medidas que se van a tomar para la preparación de la cumbre. 37 millones será el límite presupuestario, donde se incluirá el gasto en montaje y adecuación de Ifema, el cátering y la seguridad del encuentro. Más concretamente, las Fuerzas de Seguridad del Estado contarán con casi 2 millones de euros para el refuerzo de sus equipos, donde se incluye la compra de 6000 cargadores para pistolas Táser, para garantizar “un entorno seguro ante una eventual amenaza”, según afirmaba el propio Marlaska.
Junto a esta adquisición, se prevé la compra de arcos detectores de metales, escáneres de inspección de paquetería, videocámaras personales digitales y equipamiento de infografía para la elaboración de planos tridimensionales de edificios completos.
La Policía Nacional será el cuerpo desplegado para esta cumbre, la cual se implicará en “establecer un dispositivo de seguridad integral para la misma que abarcará, además del lugar de celebración de las reuniones, los desplazamientos y todos aquellos lugares donde se alojen las delegaciones de distintos países que tienen prevista su asistencia”. Desde Gobierno, todas estas medidas son prioritarias puesto que “varias organizaciones y grupos sociales ya anuncian protestas”.
El tema protagonista en esta cumbre dado el contexto es la guerra de Ucrania y la posición que debe jugar la OTAN frente a la invasión reaccionaria de Putin. Esta vez, habrá 50 delegaciones, algunas de ellas invitadas fuera de la OTAN pero con acercamientos a ésta, como es el caso de Ucrania, Suecia o Finlandia. En dicha cumbre, es previsible que se potenciará la principal tendencia que ya lleva dándose los últimos meses y se ha justificado con la guerra entre Kiev y Moscú: el rearme imperialista.
En los últimos meses, desde los distintos socios de la alianza y desde la UE se han enviado armas sucesivamente a Ucrania cargas de armamento, defendiendo los intereses de la alianza, armando a las Fuerzas de Seguridad y milicias ucranianas, entre las que se encuentran grupos como el ya conocido Batallón Azov y el Pravy Sektor, por nombrar algunos ejemplos. Mientras las tropas rusas siguen cometiendo atrocidades en sus frentes de batalla, estos grupos de extrema derecha armada fortalecen su hegemonía y represión en las partes del país que controlan.
En este plano, como bien afirmaba Sánchez: “Madrid y España van a jugar un papel determinante”. El pasado jueves el presidente del Gobierno anunciaba que España iba a doblar la ayuda militar a Ucrania, al mismo tiempo que el buque “Ysabel” del Ejército de Tierra se encuentra navegando rumbo a Polonia con 200 toneladas de munición y material bélico de diversa clase. Desde el 2 de marzo, donde se aprobaba en el Congreso el primer envío de armas por parte del Estado Español, de forma ininterrumpida han continuado los esfuerzos del “gobierno progresista” en participar activamente en la escalada bélica.
Sánchez parece reforzar su intención de convertir al Estado Español en uno de los socios principales de la OTAN y de los EEUU en Europa. En concordancia con las positivas relaciones diplomáticas históricas entre EEUU y Marruecos, España reconocía hace menos de un mes la legítima ocupación del Sáhara Occidental por parte de la monarquía alaouita, vendiendo al pueblo saharaui a cambio de una relación diplomática que mantenga una fuerte política fronteriza entre África y la UE; y asegure los intereses económicos de España sobre su excolonia.
España es el séptimo país que más dinero aporta a la organización y que en consonancia con los demás miembros del tratado, subió 1500 millones de euros su presupuesto en defensa entre 2020 y 2021, lo cual aún se aleja del 2% que pide “La Casa Blanca” a sus socios. El “gobierno progresista” aprobó ya desde sus inicios con los presupuestos de 2018 un aumento de casi el 11% en defensa y un 6,5% en Policía Nacional y Guardia Civil, por lo que es de esperar que esta tendencia siga en alza.